La muerte del médico italiano Carlo Urbani, el primero en diagnosticar la neumonía atípica, fallecido a causa de esa enfermedad, renovó la inquietud en todo el mundo por la expansión del mal, que ya provocó 56 víctimas fatales y afectó a más de 1500 personas. La alarma tiene su epicentro en el sudeste de Asia –allí murieron 53 de los afectados, entre ellos Urbani–, pero ya se trasladó a Toronto, la principal ciudad de Canadá, donde se registraron cerca de cien casos –tres de ellos fatales–, el cierre de dos hospitales y la cuarentena de miles de personas.
Urbani, que tenía 46 años y era padre de tres hijos, trabajaba para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Hanoi (Vietnam). Hace dos semanas estaba en Bangkok, participando de un Congreso, cuando se sintió mal y fue internado. El sábado falleció víctima de la enfermedad que había descubierto.
En Canadá, las últimas cifras proporcionadas por las autoridades sanitarias de la provincia de Ontario, donde se encuentra Toronto, colocan en cerca de cien personas los casos confirmados y sospechosos de infección del llamado Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS). Desde que la epidemia se detectó a principios de marzo, tres personas han muerto, todas en Toronto, como consecuencia de la enfermedad, que se originó en China y se ha extendido por varios continentes a través de viajeros internacionales.
James Young, comisionado de Seguridad Pública de Ontario, informó que la mayoría de casos afecta a pacientes y visitantes de hospitales y trabajadores sanitarios. Dos hospitales de la ciudad, el Scarborough Grace –el primer centro que trató a pacientes con el SRAS–, y el York Central, han sido cerrados debido a la difusión de la neumonía atípica.
La última persona que murió en Toronto a causa del SRAS fue una enfermera de 29 años, del suburbio de Scarborough, que había estado en contacto con los primeros infectados. Las otras dos víctimas son parientes, Sui Chi Kwan, quien murió el 5 de marzo, y su hijo Chi Kwai Tse, de 44 años, que falleció poco después de que un familiar regresara de un viaje a Hong Kong.
El gobierno local ha declarado una emergencia sanitaria en toda la provincia y ha ordenado la cuarentena de todas aquellas personas que han visitado el hospital Scarborough Grace desde el pasado 16 de marzo, lo que significa permanecer en sus hogares durante 10 días para limitar el contacto con otros individuos. Según las recomendaciones de la OMS, los viajeros que salen del aeropuerto de Toronto hacia destinos internacionales van a empezar a ser interrogados sobre su situación médica para evitar la difusión de la enfermedad.