SOCIEDAD › ENTERRARON A LA FAMILIA MUERTA EN LAS HERAS
Ayer enterraron al chico que aparentemente asesinó a su madre adoptiva y a sus abuelos, junto a sus víctimas. Su padrino dijo que Ezequiel sufría una esquizofrenia muy violenta.
Reunidos en el parque descanso Los Apóstoles del distrito mendocino de Algarrobal, ayer un centenar de familiares y amigos despidió los restos del matrimonio de ancianos, su hija y su nieto de 10 años hallados muertos el jueves pasado en Las Heras. En medio de la conmoción, el padrino de Ezequiel, el niño fallecido, insistió en que éste “sufría de esquizofrenia y venía desde hace mucho tiempo con tratamiento psicológico por sus violentas reacciones en la familia”. Los investigadores creen que el niño pudo haber acuchillado a su madre adoptiva y a sus abuelos, algo que Rubén Molina, su padrino, no descarta, aunque señaló que “contó con ayuda”. Quien por ahora es considerado “sobreviviente” del cuádruple crimen, un adolescente de 14 años que declaró que mató a Ezequiel en defensa propia, fue trasladado a un hospital psiquiátrico.
Según fuentes judiciales, la hipótesis principal indica que los dos chicos jugaban con la computadora cuando discutieron por un pendrive y se desató la tragedia: Ezequiel, con un cuchillo de cocina, asesinó a su madre adoptiva, Mónica Miguel, y luego a los padres de ella: Alí y su esposa, Sara García. “Esa es la versión que dio el adolescente”, confirmó ayer a este diario el jefe de la policía mendocina, Juan Carlos Caleri. En ese contexto, el adolescente habría matado a Ezequiel para defenderse, aunque esto aún es materia de investigación.
“El cuerpo de Alí Miguel había sido arrastrado más de ocho metros, demasiado pesado para la fuerza de un niño”, comentó ayer Molina. Caleri aseguró que esto ocurrió, aunque dijo que el abuelo “era menudito” y agregó que Ezequiel fue hallado malherido en el baño, donde lo habían encontrado, agonizando, los efectivos policiales. “Tenía heridas cortantes en el cuello, el pecho y la espalda”, agregó sobre el niño que estaba por cumplir once años. La cantidad de cuchilladas dadas por el adolescente a Ezequiel, en principio para defenderse, resulta sospechosa aún, por lo que las sospechas sobre él siguen firmes.
El fiscal de Menores Gustavo Farmache decidió que el adolescente sea alojado en dependencias de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), desde donde fue trasladado ayer a un hospital psiquiátrico en el que sería sometido a un peritaje. La hipótesis de una presunta participación de este adolescente en el crimen fue rechazada ayer por una maestra que trabajaba junto a Mónica en la escuela Cruzadas. “El chico de 14 años actuó en defensa propia y ayudó a que a Mónica no la apuñalaran más”, dijo la mujer en la cochería Mutual en Las Heras, a 10 kilómetros de la capital provincial.
“Ella decía que había sido amenazada por el niño y que los abuelos le tenían miedo, yo sé que era golpeada por él”, afirmó la docente, quien considera “creíble” el testimonio del adolescente. Luego agregó: “Mónica siempre iba a la psicóloga y le decía lo que ocurría con el chico, pero nunca hubo una decisión judicial de internarlo”. La maestra también comentó que Ezequiel, por su enfermedad mental, a veces “no reconocía a sus familiares”. Al velatorio concurrieron muchos colegas de Mónica y amigos de sus padres, a quienes recordaron como dos personas con mucha destreza e iniciativa, a pesar de tener más de 80 años.
El padrino de Ezequiel recordó que vio nacer a los dos chicos, que vive en el lugar hace 35 años y que el adolescente sobreviviente, pese a las sospechas sobre él, “nunca demostró actitudes violentas, sino que al contrario, era aceptado por sus amigos y con quien tenía más amistad y compartía más tiempo era con Ezequiel”. Tras los estudios que se le realizarán, el fiscal resolverá si se lo envía a un instituto de menores o si es entregado en guarda a algún familiar. La tercera hipótesis apunta a este joven como autor de todos los asesinatos.
La semana que viene, con los resultados definitivos del Cuerpo Médico Forense y el resultado del peritaje sobre la humilde casa del barrio 8 de Mayo, a cargo de la Policía Científica, se confirmarán algunas de las hipótesis. “Lo seguro es que no hay otras personas involucradas ni un robo, como dijo al principio el chico que sobrevivió”, afirmó ayer Caleri.
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