Un hombre de 31 años, que había concurrido con su hija de siete al Festival de Doma y Folklore en la localidad correntina de San Lorenzo, fue asesinado a golpes por agentes de la policía local. Los policías trataron de ocultar las huellas de la golpiza y prendieron fuego al cadáver. La odisea de Raúl Cardozo comenzó cuando salió del predio donde se realizaba el festival para orinar, ya que no había baño dentro de las instalaciones. Cuando intentaba reingresar fue interceptado por unos policías que creyeron que no había pagado la entrada. A pesar de que los encargados de la boletería corroboraron que Cardozo estaba autorizado para entrar, los policías se lo llevaron detenido y una vez en una celda comenzaron a golpearlo hasta matarlo. Los uniformados se lo llevaron preso alegando que el hombre había bebido demasiado.

Cuando Cardozo salió del predio, su hija de siete años quedó al cuidado de los responsables de la boletería. Ellos fueron los que después relataron cómo habían sucedido los hechos en el momento de la detención. El encargado relató a la prensa local que los policías “lo interceptaron porque el hombre estaba algo borracho y pensaron que intentaba ingresar sin pagar. Nosotros les dijimos que sí tenía su entrada y que había pedido permiso para salir, pero igual lo detuvieron”. Los uniformados comenzaron a golpear a Cardozo en el mismo momento de la detención, pero las agresiones se intensificaron una vez que llegaron a la comisaría. Los testigos dijeron que la víctima, ante el atropello sufrido, “lo único que hizo fue pegarle una trompada a la puerta” de entrada al predio donde se realizaba el festival.

Una vez que se lo llevaron preso, unas personas que conocían a Cardozo llevaron a su hija a la casa en la que vivían. La esposa del hombre, enterada de lo sucedido, se dirigió hacia la comisaría. En el trayecto se encontró con vecinos que le comentaron que habían escuchado los gritos de un hombre que estaba siendo golpeado dentro de la dependencia policial. Desesperada, la mujer entró en la seccional y preguntó por su marido. Al principio, los policías le dijeron que no se preocupara que estaba detenido pero bien de salud. Cuando le daban esas explicaciones, ella misma empezó a escuchar los gritos de su marido, quien pedía que dejaran de golpearlo. Luego de varias horas de infructuosos reclamos, la mujer fue informada sobre la muerte de su esposo.

Una vez que intervino la Justicia, se determinó que a Cardozo lo habían golpeado con ferocidad hasta matarlo y que luego habían prendido fuego al cadáver para tratar de eliminar las huellas del maltrato y simular un suicidio. Dijeron que se había prendido fuego con un encendedor. Cardozo nunca había fumado.