El ex juez de menores de Lomas de Zamora Raúl Abel Donadío fue asesinado ayer de un balazo en el pecho durante un asalto protagonizado por dos hombres que habían ingresado a la casa quinta propiedad de la víctima, en la localidad de Glew, en el partido de Almirante Brown. El hecho ocurrió cerca de las 18, cuando Donadío se encontraba haciendo los preparativos para festejar el cumpleaños de su hijo. A la propiedad, en Cambaceres y Lamberto, ingresaron dos personas por los fondos de la casa y fueron sorprendidas por el juez cuando se llevaban una play-station. Los ladrones le pegaron un balazo en el pecho y escaparon.

“Era el cumpleaños del hijo y se escuchó un tiro. Yo salí a ver qué era porque justo mi hija se iba y en eso veo cuando todos salen corriendo y lo llevan en un remís a él”, contó una vecina que se identificó como Mary. La mujer dijo estar “muy triste porque hace treinta años que conocía” a Donadío, a quien calificó como “una excelente persona y vecino que no parecía un juez, sino alguien común”.

Una comerciante que se identificó como Norma contó, a su vez, que Donadío había ido a comprar gaseosas a su negocio, para el cumpleaños del hijo. “Estaba muy contento, era muy querido. Hoy vino caminando por el barro porque ni había traído el auto”, agregó la mujer, que dijo que Donadío usaba esa casaquinta los fines de semana y durante las vacaciones y había sido víctima de varios robos.

Móviles de distintas comisarías de la Jefatura Departamental de Almirante Brown concurrieron a la casa del ex juez y se montó un “operativo cerrojo” para tratar de dar con los ladrones, que hasta anoche continuaban prófugos. La Policía Científica trabajó en el lugar bajo las órdenes del fiscal de Lomas de Zamora Domingo Ferrari en busca de pruebas que puedan ayudar a la investigación del homicidio.

El ex juez había sido víctima de un hecho de violencia el 9 de mayo de 2002, cuando salió de su vivienda de Lomas de Zamora hacia la casa de su ex esposa en Banfield para llevar a sus hijos al colegio. Con los chicos a bordo de su automóvil, en viaje hacia una escuela de Temperley, Donadío fue interceptado por cuatro hombres que iban en un auto. Dos de los asaltantes tomaron a los chicos como rehenes, mientras sus cómplices obligaron al juez a manejar hasta su casa para robarle. En ese caso, los tres fueron liberados sanos y salvos.