SOCIEDAD › AVANCE ARGENTINO CONTRA EL CáNCER
Un equipo de científicos argentinos diseñó un virus que se “carga” en células madre y viaja a través de ellas hasta el interior del tumor para atacarlo. El desarrollo podría ser usado en cánceres de ovarios, colon, páncreas y melanoma.
A partir de la combinación de células madre y de virus diseñados para atacar determinados cánceres, un grupo de investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL) logró detener el crecimiento de algunos tumores humanos, inoculados en ratones de laboratorio. “Hace cuatro años que venimos haciendo combinaciones para introducir los virus oncololíticos que diseñamos en el tumor. Ahora encontramos el vehículo: las células madre de médula ósea”, comentó ayer a este diario Osvaldo Podhajcer, jefe del laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la FIL. Se investigaron cánceres de ovarios, colon, páncreas y melanoma (piel) y el próximo paso serán las pruebas en animales superiores, como cerdos o monos, para estudiar los efectos colaterales de las toxinas de los virus oncololíticos.
Según explicó Podhajcer, quien publicó sus conclusiones en la revista científica Stem cells and development, desde hace varios años en la Argentina se viene estudiando la técnica de virusterapia y ya se patentaron varios de estos virus, pero no se lograba que detuvieran o eliminaran los cánceres investigados. Es que además de su heterogeneidad, las células de los tumores malignos están embebidas en estroma, un tejido que actuaba como barrera cuando los investigadores intentaban que el virus entrara en el tumor. Las células madre de médula ósea, por otra parte, ya demostraron su eficacia para tapizar y cerrar heridas externas debido a sus proteínas.
“Las células madre también tienen la capacidad de llegar a tejidos activos que se remodelan, como los tumores. Y al mismo tiempo los tumores que investigamos reclutan células madre de la médula ósea, pero todavía no tenemos en claro para qué, es una capacidad natural. Lo importante es que estas células nos sirven de vehículo”, explicó este investigador del Conicet. Junto a su equipo, logró preincubar el virus en las células madre e infectarlas. Luego, al inyectarlo al ratón, notaron, gracias a un reactivo que vuelve fluorescente la célula, que ésta se movía hacia el tumor.
El virus diseñado genéticamente se “cargó” en las células madre, donadas por pacientes del Hospital Naval en el barrio porteño de Caballito, durante cuatro horas. Después se abrió una ventana de tiempo de un día hasta que el virus comenzó a matar a la célula que lo contenía. Antes, se alojó en el tumor, que en este caso fue de piel. “Cuando logró traspasar el estroma, una vez dentro del tumor y pasadas las 24 horas, el virus largó las toxinas que contenía y atacó. En la mitad de los casos logramos detener el tumor, lo que podría abrir la puerta en un futuro a tratamientos crónicos. En la otra mitad eliminó el tumor”, aseguró.
Los ensayos fueron hechos sobre “ratones desnudos”, como se conoce a los roedores pelados que son criados para estos experimentos, debido a una mutación que impide que rechacen células humanas. “Esto nos permitió ver cómo actúa el virus, que es un medicamento genético de avanzada. Antes no lográbamos que llegara hasta el tumor”, comentó Podhajcer. Los virus oncololíticos vienen siendo probados y patentados en varios países, agregó, y fueron probados en España, donde a partir de células madre neuronales se aplicaron en cinco pacientes con tumores cerebrales: uno de ellos logró la remisión total.
“En el caso que investigamos, el virus invadió otros organismos pero a lo sumo, cuando esto pasa, lo que genera es una gripe. El virus que cargamos, según determinaron en el Instituto Fleni, no contenía toxicidades que pudieran percibirse en el microscopio”, comentó el experto consultado. El equipo de trabajo se completó con Marcela Bolontrade, investigadora del Conicet; Leonardo Sganga y Eduardo Piaggio, de FIL, y también hubo integrantes de la Universidad Austral, del Hospital Naval y el Instituto Fleni. En total, el grupo consta de nueve científicos.
“El problema que venimos teniendo con los tumores es que se pueden hacer resistentes y aparecer en otra parte del cuerpo. Por eso, se debe analizar caso por caso, si en algún momento se lleva esto a la práctica médica”, informó Podhajcer. En los primeros ensayos, los virus diseñados eran potentes para destruir los tumores en un 90 por ciento de los casos, pero una vez inyectados no lograban su cometido, hasta que aparecieron las células madre que provenían de la médula ósea. “En un futuro se podría extraer una muestra de médula del propio paciente”, agregó.
Ahora faltan las pruebas en “animales superiores”, para demostrar la baja toxicidad de los virus. “Después vienen las pruebas en humanos, mientras tanto debemos mejorar la ingeniería genética de los virus y su impacto dentro de los tumores malignos. De esto, ya hay estudios y ensayos clínicos en varios lugares del mundo, pero debemos testear los que diseñamos nosotros”, indicó Podhajcer. La efectividad demostrada en la combinación entre terapia celular y genética abre las puertas a un diseño más específico y dirigido del tratamiento de la enfermedad con biofármacos que tengan menores efectos colaterales adversos.
En la actualidad, no hay más de cinco grupos en el mundo que hayan hecho esta combinación y el grupo del doctor Osvaldo Podhajcer es el primero que describe el potencial vehicular de las células madre de médula ósea con mayor capacidad de llegada al tumor de piel.
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