Mar 22.05.2012

SOCIEDAD  › EL TERREMOTO EN EL NORDESTE DE ITALIA DEJó SIN TECHO A UNAS CINCO MIL PERSONAS

Más de cien réplicas después del sismo

Miles de pobladores en las zonas afectadas duermen en la calle o en vehículos. El sismo de 5,9 grados en la escala de Richter dejó un saldo de siete muertos: cuatro hombres que estaban trabajando y tres mujeres que sufrieron infartos.

Miles de pobladores de las ciudades del nordeste de Italia que fueron sacudidas el domingo por un sismo de 5,9 grados de la escala Richter, siguieron ayer durmiendo en la calle o en el interior de automóviles. El terremoto, que provocó siete muertos y 50 heridos, dejó sin techo a unas 5 mil personas. Cuatro de los fallecidos estaban debajo de los escombros de fábricas –la región es una de las más industriales del país– y las otras tres son mujeres de distintas edades que fallecieron por problemas cardiovasculares provocados por el pánico. Las autoridades reconocieron que en la región de Ferrara fueron dañadas obras artísticas y arquitectónicas que reflejan “mil años de historia” y que habían sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. “Sentimos un miedo tremendo, todo el pueblo salió a la calle después de la primera réplica. A la segunda nos refugiamos en los automóviles; por fortuna los daños han sido limitados, aunque varias iglesias resultan afectadas”, le dijo a la prensa Umberto Mazza, alcalde de Ostiglia, cerca de Mantua.

Más de cien réplicas se hicieron sentir luego del primer temblor. Otras zonas afectadas fueron las de Mirandola y San Feliciano. Cuatro de los muertos son obreros que se encontraban cumpliendo turnos nocturnos. Uno de ellos es un marroquí de 29 años, fallecido al desplomarse el galpón de una fábrica de poliestireno en Ponte Rodoni di Bondeno, en Módena. Otros dos son italianos que trabajaban en una fábrica de cerámica en San Agostino, en Ferrara. Uno de los italianos, Nicola Cavicchi, de 35 años, “quería pasar el domingo en el mar, pero como estaba por llover aceptó reemplazar a un colega enfermo”, según contaron sus familiares a los medios locales.

El cuerpo de un cuarto operario fue hallado en el interior de una herrería. Los bomberos lo encontraron debajo de los escombros de la fábrica Tecopress, en Ferrara. Otras tres personas, una anciana de más de cien años, otra mujer de 87 años y una alemana de 37, fallecieron por ataques cardíacos producidos por el pánico, al partirse el techo de las casas en las que se encontraban. Unas 50 personas resultaron heridas en la región de Ferrara, aunque ninguna de gravedad.

Muchas casas y campanarios se derrumbaron, y varios hospitales fueron evacuados por cuestiones de seguridad. “La parte superior de una torre medieval del Castillo de Galeazza se desprendió”, informaron fuentes oficiales. En Bolonia y en otras ciudades, miles de habitantes fueron despertados por el terremoto y salieron a la calle.

En Venecia, una familia de turistas colombianos que se hospedada en un hotel al lado de la plaza de San Marcos, se despertó por el temblor, que duró veinte segundos. “Fue durísimo. Pensábamos: ojalá que esto no se caiga, que tenga cimientos”, declaró la turista Claudia de Escallón. Las centrales telefónicas de los bomberos quedaron rápidamente saturadas.

Las primeras imágenes difundidas por la televisión italiana mostraron casas semiderrumbadas, escombros en las carreteras, torres antiguas e iglesias con las paredes agrietadas. A pesar de lo ocurrido, las autoridades confirmaron la realización de las elecciones administrativas locales en las ciudades de Piacenza, Parma, Budrio y Comacchio. El número de personas que quedó sin techo pasó muy rápido de 3 mil a 5 mil, dijo a la prensa el prefecto de Ferrara, Luigi Mauriello.

El primer ministro Mario Monti anticipó su regreso de los Estados Unidos y se espera que hoy declare el estado de emergencia. “Según los primeros informes, los daños causados al patrimonio cultural son significativos”, informó el Ministerio de Cultura. La región afectada alberga tesoros artísticos y arquitectónicos. El centro histórico de Ferrara forma parte del patrimonio mundial de la Unesco. El techo de una capilla del siglo VI, en San Carlo, cuya restauración llevó ocho años, se derrumbó y dejó al aire libre las estatuas de ángeles que hay en su interior. “Mil años de historia han desaparecido”, comentó acongojado el alcalde de Finale Emilia, Fernando Ferioli.

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