Mar 29.05.2012

SOCIEDAD  › UNICEF SOBRE LA MORTALIDAD MATERNA

Un informe que alerta

› Por Mariana Carbajal

Argentina es el único país del Cono Sur que no presenta una tendencia descendente de la mortalidad materna entre 1990 y 2010, advierte un informe global que acaba de publicar la OMS, Unicef, Unfpa y el Banco Mundial. Es más, la razón de MM viene en ascenso, si se mira a lo largo de ese período. El estudio revela que en Uruguay, Chile, Brasil, Paraguay y Bolivia hubo una reducción de hasta 57 por ciento, mientras que en Argentina se incrementó un 8 por ciento. “De esta forma, el único Objetivo del Milenio que no podrá cumplir en 2015 el país es el de reducción de la mortalidad”, advirtió ayer a Página/12 Zulma Ortiz, experta en Salud de la oficina local de Unicef, en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Ortiz adjudicó la ausencia de mejoras a “una falta de liderazgo político” para encarar el problema. Las consecuencias de los abortos inseguros, practicados en la clandestinidad, son la principal causa directa de mortalidad materna en la Argentina. “Todas las muertes maternas son muertes evitables”, destacó la especialista.

Desde Unicef ven con mucha preocupación la tendencia ascendente que registra en el país en los últimos veinte años en su razón de mortalidad materna –que mide la cantidad de muertes vinculadas con el embarazo, el parto y el puerperio cada 100 mil nacidos vivos–. Esa tendencia se ve con claridad al observar ese indicador cada cinco años, como propone y muestra el informe global “Tendencias en Mortalidad Materna: 1990-2010”. El estudio fue elaborado por especialistas de varias agencias de la ONU que trabajan en la temática desde los ’90, justamente para hacer un seguimiento de la problemática.

Se trata de un grupo interagencial integrado por referentes de Unicef, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y cuenta con el asesoramiento de técnicos de prestigiosas universidades como la de Berkeley. Parten del supuesto de que en todos los países hay un subregistro de MM, porque no se toman todas las variables para medirlo. Por ese motivo, los indicadores que incluye el informe –que acaba de darse a conocer– no coinciden con las estadísticas oficiales, explicó Ortiz, de Unicef.

En 2010, según el estudio, en el mundo se registraron 287.000 muertes maternas. El 85 por ciento de las muertes ocurren en Africa Subsahariana (162 mil muertes, 56 por ciento) y Sur Asiático (83 mil muertes, 29 por ciento). En América latina y el Caribe se registraron 8800 muertes.

En el caso de la Argentina, el grupo interagencial ubica la razón de MM en 77 muertes de mujeres cada 100 mil nacidos vivos para 2010. Para las estadísticas oficiales, ese mismo año fue de 44 cada 100 mil. Según el informe interagencial, en la Argentina el riesgo que enfrenta una mujer durante toda su vida de morir por causas relacionadas con el parto, el embarazo o el puerperio es de uno en 560. En cambio, en Brasil es de uno en 910; en Costa Rica, de uno en 1300; Uruguay, uno en 1600 y en Chile, de uno en 2200. Para una mujer en Suecia es de uno en 14.100. En ese país, uno de los que presentan mejores indicadores, hay cuatro muertes cada 100 mil nacidos vivos.

La Argentina, recordó Ortiz, asumió compromisos internacionales como los Objetivos de Desarrollo del Milenio suscriptos en 2000. Entre ellos figura “mejorar la salud materna” y para ello el país debe reducir en tres cuartos la tasa de MM con relación a 1990. El plazo límite es 2015 y la MM debería bajar para ese año a 13 por 100 nacidos vivos. “Con las tendencias que muestra el país no va a poder cumplirlo. Será el único ODM que Argentina no cumpla”, alertó la especialista.

Si se analizan los países del Cono Sur, “todos excepto Argentina tuvieron una tendencia descendente desde 1990 al 2010”, apuntó Ortiz. En ese lapso, de acuerdo con el informe global, Argentina pasó de 71 a 77 muertes cada 100 mil nacidos vivos; Uruguay, de 39 a 29; Chile, de 56 a 25; Brasil, de 120 a 56; Paraguay, de 120 a 99, y Bolivia, de 450 a 190. Si se toma el período de 1990 a 2010, se observa que estos países tuvieron una reducción de hasta 57 por ciento en su razón de MM, mientras que en Argentina se incrementó un 8 por ciento, enfatizó Ortiz. A nivel mundial, hubo un descenso de MM del 47 por ciento respecto de 1990: de 400 a 210 muertes cada 100 mil nacidos vivos.

La experta de Unicef explicó que “la mortalidad materna es uno de los indicadores más difíciles de medir. No sólo requiere una correcta medición del número de muertes de mujeres en edad reproductiva, lo que ya representa un desafío, sino que también requiere la correcta clasificación de la causa de muerte. La muerte materna se considera un evento raro y se puede afirmar que es un hecho evitable. Ninguna mujer debería morir como complicación del embarazo, parto o puerperio. Las muertes maternas son las muertes más erróneamente clasificadas porque el estado de gravidez no siempre es constatado en el certificado de defunción o porque las instituciones de salud adjudican la muertes a otras causas”.

–¿Por qué hay una diferencia en la medición del grupo interagencial y las del Ministerio de Salud? –le preguntó Página/12.

–La gran diferencia entre este informe y el que produce la Dirección de Estadísticas e Información de Salud es la comparabilidad internacional. Bajo ningún punto de vista debe interpretarse que los datos de la DEIS son erróneos, pero sí debe contemplarse que si se pretende comparar con otros países, las estimaciones del grupo interagencial son las apropiadas.

Ortiz indicó que en relación con las provincias, haciendo el análisis por quinquenio –en base a las estadísticas oficiales–, debería destacarse a Jujuy, que pasó de tener 120 por cada 100 mil nacidos vivos en 1996-2000; a 136 (2001-2005) y a 87 (2006-2010). En estos últimos cinco años, las que muestran peores indicadores son Formosa (140), Chaco (96), La Rioja (93), Misiones (91), Salta (67), La Pampa (66) y Corrientes (57), detalló la especialista. La Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Río Negro y Tierra del Fuego presentan los mejores indicadores, por debajo del promedio nacional.

–¿Cuáles son las causas de MM?

–La mayor parte de las muertes maternas ocurren debido a cinco complicaciones obstétricas: abortos inducidos inseguros, hemorragia, sepsis, hipertensión durante el embarazo y partos obstruidos. La mayoría de las muertes maternas suceden en países en desarrollo. Sin embargo, eso no significa que sólo las mujeres de los países en desarrollo tengan complicaciones médicas durante o después del embarazo. Las mujeres de cualquier país y de cualquier tipo de población pueden desarrollar complicaciones, pero es menos probable que en los países en desarrollo obtengan tratamiento rápido y adecuado.

–¿Es un tema exclusivamente médico?

–En realidad, la muerte materna es un problema que trasciende lo exclusivamente médico; se trata de un problema social en la medida que su ocurrencia está ampliamente relacionada con pobreza y marginación. También es un problema de salud pública debido a que refleja las deficiencias en el acceso y la calidad de los servicios de atención a la salud materna que son ofrecidos a la población. Sus factores determinantes pueden estar por fuera del sistema de salud: en la comunidad, en el sistema educativo o el de transporte, por ejemplo. Es necesario ubicar en cuál de ellos se están presentando las fallas para saber en qué sector se debe trabajar para mejorar. Y para eso es necesario un liderazgo político para poner este tema en la agenda.

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