El caso de Florencia Macri comienza a moverse. Ayer, una carta escrita de puño y letra por la joven llegó a manos de su familia como “prueba de vida”, y se produjo una nueva comunicación con los secuestradores, lo que hizo suponer a los investigadores que en las próximas horas la hija menor de Franco podría quedar en libertad. En este contexto, Mauricio decidió romper su silencio y le envió a su hermanastra un mensaje por televisión. “Fuerza Florcita, que va a estar todo bien”, dijo el presidente de Boca antes de ingresar en la casa de su padre, en Barrio Parque, desde donde se manejan las negociaciones. El presidente Duhalde, por su parte, también se refirió al tema y aprovechó el momento para reclamarle al Congreso que sancione leyes más duras contra quienes comentan este delito. “Tenemos que preparar herramientas penales para este terrible crimen, que no es nuevo pero que ha recrudecido en estos años”, dijo Duhalde.
Aunque el hermetismo y la cautela siguen siendo las marcas distintivas de este caso, sobre todo en lo relacionado con las negociaciones entre la familia de Florencia y los secuestradores, ayer Mauricio Macri decidió, por un pequeño instante, romper el silencio que venía llevando desde el último martes, para enviarle un mensaje de aliento a su hermanastra, en donde quiera que ella esté, para que sepa del apoyo de su familia.
“Por si Flor me está mirando en este momento quiero decirle que papá está bien, que Cristina (Greffier, la madre de la joven) también y que va a salir todo perfecto. Que esté tranquila. Fuerza, Florcita, que va a estar todo bien”, dijo Mauricio aprovechando las cámaras que lo esperaban en la entrada de la casa de su padre. Luego deslizó un escueto “sin novedad” cuando le preguntaron sobre el avance del caso, y desapareció rápidamente dentro de la mansión desde donde su padre, Franco, tal cual ocurrió 12 años atrás cuando fue secuestrado el actual presidente de Boca, maneja personalmente las negociaciones con los captores.
Sin embargo, pese a estas palabras, según se pudo saber, los secuestradores habrían establecido ayer una nueva comunicación con la familia, la segunda luego de que le exigieron un rescate de un millón y medio de dólares, y le habrían hecho llegar una carta escrita de puño y letra por Florencia como “prueba de vida”. “Estos dos elementos permiten ser optimistas sobre el futuro de Florencia”, explicaron fuentes cercanas a la investigación.
Con respecto a la forma en que fue secuestrada la joven, entre los investigadores toma cada vez más fuerza la hipótesis de que Florencia fue “entregada” a sus captores por alguien que conocía a la perfección sus movimientos, basándose en el hecho de que la joven fue interceptada justo cuando salía de la facultad donde estudia cine camino a su casa, uno de los pocos momentos en que por su propia negativa no era acompañada por un custodio.
Por ello, desde que comenzaron a intervenir de oficio en el caso, los investigadores han ido volcando su mirada sobre el círculo de conocidos de Florencia, sobre todo hacia sus amistades más recientes, ya que suponen que de allí puede haber surgido el entregador. Lo que también les queda por determinar a los policías es si esta persona “vendió” la información a los delincuentes por una suma de dinero o si, por el contrario, el o ella pertenece a la banda.
Mientras tanto, ayer por la mañana, el propio presidente Eduardo Duhalde decidió dedicarle unos minutos al tema. “Sé el dolor de la familia, y precisamente por respeto a ello es que no quiero hablar mucho de este lamentable episodio. La familia ha pedido discreción y debemos respetar ese pedido”, dijo Duhalde, luego de reclamar vehementemente al Congreso que sancione un serie de leyes, que ya tienen dictamen de comisión, y que proponen protección a testigos de identidad reservada, recompensas para quien aporte datos y agravamiento de las penas cuando se toma en cautiverio a un menor.
“Tenemos que preparar herramientas penales para combatir este delito que no es nuevo pero que ha recrudecido en forma significativa en estos últimos años”, expresó el Presidente.