Lun 05.05.2003

SOCIEDAD  › SE FRUSTRO EL PAGO DEL RESCATE POR FLORENCIA, QUE SIGUE CAUTIVA

Un secuestro con final en suspenso

La familia Macri intentó pagar el millón y medio de dólares que piden los secuestradores pero el operativo se frustró. Nuevo intento.

El pago de rescate por Florencia Macri se frustró ayer y la chica secuestrada seguía anoche en cautiverio. Su padre, Franco Macri, habría acordado un monto con los secuestradores pero, por razones no reveladas, la entrega del dinero no pudo concretarse. Se haría un nuevo intento en las próximas horas. Anoche, ante la enorme casa blanca de la familia, continuaba la guardia periodística. Durante toda la tarde las puertas se abrieron súbitamente, a intervalos irregulares, para dejar pasar autos con vidrios polarizados. En uno de ellos había llegado Mauricio Macri, medio hermano de Florencia, y hubo indicios de que se retiró de incógnito. La joven permanece secuestrada desde el martes pasado. El sábado los secuestradores habían hecho llegar la “prueba de vida” y se especulaba con que la liberaran anoche, pero no pudo ser.
La mansión de los Macri, en Pedro Acosta al 3100, a media cuadra de la avenida Figueroa Alcorta, es un edificio blanco, cuadrado y feo, de tres plantas, que ocupa casi media cuadra de esa calle en Barrio Parque. Su prolongación hacia la esquina, con una baranda de bordes redondeados en la terraza superior, le da un vago parecido con un transatlántico. A las 18.31 de ayer, fotógrafos y cámaras de televisión se arremolinaron cuando el garaje se abrió de pronto para dejar salir a un auto. Era el Peugeot 607 de Mauricio Macri; lo manejaba un chofer y, cuando los focos potentes de la televisión perforaron la oscuridad de los cristales, se advirtió que en el asiento posterior había alguien, acostado para no ser reconocido. Mauricio había llegado a primera hora de la tarde. “No hay ninguna novedad”, había contestado a la guardia periodística. No se lo vio salir.
Anoche se habían renovado las tratativas entre la familia y los captores para coordinar el pago. En tanto, representantes de la familia Macri se habrían reunido con el jefe de la División Delitos Complejos de la Policía Federal, comisario mayor Carlos Sablich, “para reclamarle que no interviniera en las negociaciones”. El pago del rescate por la liberación de Florencia, de 19 años, había sido acordado entre la familia y los secuestradores el sábado, y debía concretarse ayer. El monto solicitado inicialmente habría sido de un millón y medio de dólares.
El mismo sábado, los secuestradores habían hecho llegar a la familia la “prueba de vida”, una carta manuscrita de puño y letra de Florencia, que apareció en un cajero automático en una colectora del Acceso Norte.
La chica había sido secuestrada el martes pasado cuando, en su propio auto, regresaba a su casa desde la Universidad del Cine, donde estudia dirección cinematográfica, en Pasaje Giufra 330, barrio de San Telmo. Florencia no acostumbraba llevar custodia en sus salidas diurnas.
En el peritaje sobre el auto de Florencia, que apareció el jueves pasado en Hurlingham, sólo se encontró un ticket de peaje, que podría permitir cotejar horarios. Se investiga también la posibilidad de un “entregador” entre las relaciones de la chica, aunque la aparición de fotos y datos de su vida en revistas de actualidad podría haber bastado para orientar a sus secuestradores. La familia no efectuó la denuncia policial. Interviene, de oficio, la jueza federal María Servini de Cubría.
El secuestro de Florencia reedita el de Mauricio Macri, en agosto de 1991. Permaneció encerrado 13 días y fue liberado contra el pago de 6 millones de dólares. Posteriormente fueron detenidos siete miembros de la banda de secuestradores, cinco de los cuales eran policías.
Franco Macri dirige el grupo Socma, que, tras haber crecido como contratista y proveedor del Estado argentino, en los últimos años trasladó gran parte de sus inversiones a Brasil. Actualmente controla el Correo Argentino –por el cual mantiene impaga una deuda con el Estado por 300 millones de dólares–, la Autopista del Sol y diversas empresas. Su hijo Mauricio es presidente de Boca Juniors y candidato a jefe de gobierno porteño.
Ayer el equipo de Boca, cuando salió a la cancha para jugar el partido con Vélez Sársfield en Liniers, portaba una bandera azul con letrasamarillas que decían: “Devuelvan a la hermana de Mauricio”, presidente del club.

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