SOCIEDAD › LEóN GIECO Y MUNDO ALAS BRINDARON UN SHOW PARA LOS PACIENTES Y SUS FAMILIARES
El músico, que es padrino de la institución, grabó el recital, que será parte de un futuro programa en la televisión digital. El documental Mundo Alas I, en formato DVD, acompañará en septiembre una edición de Página/12, a beneficio de la Casa.
León Gieco, padrino de la Casa Garrahan, junto al grupo de músicos y coreógrafos Mundo Alas, se sumó con un recital a los festejos por el 15° aniversario de esta institución, donde se alojan en forma temporal chicos que necesitan tratamiento y control médico ambulatorio, pero viven lejos de ese centro de salud y no tienen recursos. En ese contexto de festejo, Gieco y el grupo de jóvenes músicos, cantantes, bailarines y pintores, todos artistas con capacidades diferentes, brindaron un espectáculo que cosechó los aplausos de todos los pacientes, de sus familias y de los médicos presentes en el lugar. Todos son protagonistas del largometraje documental Mundo Alas I –dirigido por el cantautor y que obtuvo 34 premios–, que en formato DVD acompañará una edición de Página/12 en el próximo mes de septiembre, a beneficio de la Fundación Garrahan.
León Gieco comentó: “Es un placer estar presente en un lugar que siento como mi casa”. “Hace un tiempo decidí que parte del dinero recaudado en los shows de Mundo Alas sea destinado al Garrahan y por eso, además de ser padrino institucional, hemos apadrinado dos habitaciones que están en el segundo piso de este lugar.”
“La Casa Garrahan abrió sus puertas hace 15 años y tiene como función primordial procurar un ámbito que propicie la recuperación de la salud para niños pacientes de este hospital, y también del Pedro Elizalde y Ricardo Gutiérrez, mientras cumplen tratamientos médicos ambulatorios o esperan diagnósticos de complejas enfermedades que no requieren internación”, explicó a este diario Fernando Matera, presidente de la Fundación Garrahan.
“En 1997, la fundación inició las actividades de la Casa Garrahan y desde entonces recibió a más de 12 mil chicos con sus madres, carentes de recursos y de cobertura social”, dijo Matera. “Este es un espacio de contención al paciente y a su familia, que busca armonizar la situación de tensión y angustia que genera un hospital. Es un hogar lejos del hogar que cuenta con 46 habitaciones con baño privado para cada uno de los grupos familiares, cocinas, sala de estar, sala de juegos, de computación, de lectura y biblioteca, lavadero y patio externo e interno, porque los chicos que aquí se hospedan necesitan de un espacio donde sean cuidados y que cumpla además con las condiciones de higiene adecuada”, agregó.
“Estoy agradecida de que este hospital y todo su equipo humano me haya abierto las puertas en un momento tan difícil. Mi hija Camila tiene ocho años y padece de cáncer en la vista. Desde los cuatro es no vidente. Allá en Santiago del Estero no le daban un diagnóstico exacto, por eso me sugirieron trasladarla acá. Ahora espera un trasplante medular”, relató Rosa Bonahora, madre de una paciente que se hospeda desde hace cinco años en la Casa Garrahan.
Josefa Rodríguez, directora del Hospital Garrahan, agradeció la presencia de Gieco y de Mundo Alas y felicitó al cantautor por el compromiso que lleva adelante en la integración de las personas con capacidades diferentes. “Si las capacidades diferentes son respetadas, si son organizadas y queridas, se puede”, indicó Rodríguez. Además, dijo que “es conmovedora la confianza que cada familia le tiene al equipo médico del hospital para confiarle algo tan preciado como lo es un hijo”.
Gieco explicó que el recital de ayer formará parte de “un programa dentro de un ciclo que se llama Recitales Solidarios, que a fines de este año será presentado junto a tres documentales más en una nueva señal de Televisión Digital Abierta (TDA) que se llamará Argentinos Cuentan a Argentina (ACUA)”.
Más tarde, llegó el momento del show tan esperado por los chicos y sus padres. Cada uno de los integrantes de Mundo Alas interpretó un tema. “Carito”, “La memoria”, “Pensar en nada”, entro otros, sonaron en la sede de Pichincha al 1700, donde funciona la Casa Garrahan.
El baile también tuvo un lugar importante. Dos parejas de jóvenes con síndrome de Down bailaron tango. Mientras que dos bailarines, uno en silla de ruedas, interpretaron una coreografía de “La memoria”.
Informe: Sabrina Améndola
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