“La crisis de nuestro país no es ni política ni económica. Es una crisis de valores”, asegura José con su tonadita santiagueña y sus 18 años. Y explica: “Recuperando el sentido de la vida pública podemos recuperar nuestros valores y tratarnos un poquito mejor”. José Vezzosi es uno de los 11 argentinos que participaron ayer de la Olimpíada Internacional de Filosofía junto a otros jóvenes de escuelas secundarias de 17 países del mundo, como Lituania, Turquía o Uruguay.
El tema general del ensayo que debían escribir en cuatro horas era “La resignificación de la ética y la ciudadanía en el siglo XXI”. Una vez sentados frente a las enormes computadoras del Instituto Nacional de Enseñanza Técnica (INET), cada uno de los 39 chicos de entre 16 y 18 años, eligieron una de las tres frases propuestas por los delegados olímpicos. Las ideas de Kant, Montaigne o Freud serían el disparador de los textos que los participantes desarrollarían en una lengua que no fuera la materna. Los idiomas oficiales de la Olimpíada son el inglés, el francés y el alemán, aunque los representantes de Latinoamérica siguen intentando incorporar el español.
Los once argentinos que participaron del evento, auspiciado por el Ministerio de Educación, llegaron a la instancia internacional luego de atravesar las olimpíadas nacionales que se hicieron el año pasado en Mar del Plata con la asistencia de más de tres mil chicos. “Yo me anoté de caprichoso”, cuenta Gabriel Abelof, que hasta el año pasado cursaba en el colegio ORT de Buenos Aires. “Me divierte mucho el juego de plantearme una idea y discutirla conmigo mismo”, dice. El tema que más le preocupa a Gabriel es la libertad en la posmodernidad, libertad que, según este flamante estudiante de Biología, se encuentra limitada por las organizaciones sociales creadas por el desarrollo tecnológico.
A nivel internacional, la olimpíada se realiza anualmente desde hace once años. Argentina comenzó a organizar las locales desde hace siete y envió sus representantes a los últimos cinco certámenes mundiales. El año pasado, Florencia Di Rocco de 17 años, logró un octavo lugar en Japón, lo que constituye la mejor posición argentina desde que se participa.
José llegó a Buenos Aires hace cuatro días, despedido por los carteles que pegaron los vecinos en las calles de Santiago del Estero. “Allí somos pobres pero tenemos una gran conciencia cultural”, explica y rápidamente agrega “estoy muy orgulloso de representar a una escuela pública en un momento en el que se piensa que lo público no tiene sentido porque no es de nadie. Tenemos que darnos cuenta de que el Estado es de todos y que, por eso, debemos respetarlo”.
“En la actualidad hay un problema de legitimidad muy fuerte, tanto a nivel mundial como nacional”, dice el director de la olimpíada argentina, Marcelo Lobosco, para explicar el porqué del tema elegido para este año. “La ciudadanía es un acto de resistencia y tiene que ver con el imaginario de cada sociedad. Hoy en día, muchos de los chicos de la Argentina viven bajo un gran escepticismo”, observa luego de haber presenciado largos debates entre los propios chicos.
“Atrévete a pensar por ti mismo” es la frase que guía a la olimpíada y a las reflexiones que hace Sergio sobre las últimas elecciones presidenciales, en las que no votó por sus 18 recién cumplidos. “Lo que quiere la gente es que otros piensen por ellos. La democracia no funciona porque estamos acostumbrados a que alguien nos mantenga entretenidos para no pensar”, dice este bonaerense de Banfield, cuyo deseo es recibirse en Filosofía “aunque más que una carrera es una actitud”. “Si los ciudadanos pensaran por sí mismos sobre lo que es esencial para nuestro país, elegirían mejor”, dice Sergio e insiste: “La gente siempre espera que todo le venga de afuera. Es jodido hacerse cargo de uno”.

Informe: Martina Noailles