Los integrantes de la organización Tití Guerra bajaron de dos micros en la entrada del pueblo de Humahuaca, sobre la Ruta 9. Apenas había pasado el mediodía del miércoles. Allí hay un terreno de unas cinco mil hectáreas, habitado por una pobladora ancestral. La mujer intentó resistir, llamó a sus vecinos. “La golpearon, le destrozaron su casa”, describió a Página/12 Rodrigo Teglia, abogado de la mujer. Los habitantes del pueblo rápidamente se acercaron para defender el territorio. Hubo una refriega, los que intentaban ocupar el lugar se replegaron, subieron a los colectivos en los que habían llegado, pero no podían irse. Eran atacados a piedrazos. En esas circunstancias, Daniel Condorí, un humahuaqueño de 29 años, recibió un balazo que le provocó la muerte. Hoy estarán los resultados de la autopsia y las pericias que podrían determinar quién fue el autor del disparo.

La finca Vieyra y Colorado está en el pueblo Santa Bárbara, a unos cinco kilómetros del casco urbano de Humahuaca. La familia Urbina es pobladora ancestral de esas tierras, donde ahora vive Lidia Urbina. Hace 12 años que está en trámite de sucesión de un total de 20 mil hectáreas entre las montañas.

Hasta ahí llegaron los integrantes de Tití Guerra, con un supuesto boleto de compra-venta del terreno, desde la capital jujeña. “Fueron a romper la puerta, le mataron a los perros, la golpearon y arrastraron de los pelos”, contó Teglia. “Decían que tenían una sucesión de derechos de una persona a título oneroso, pero no presentaron pruebas”, informó un vocero de la fiscalía 5 de Jujuy, a cargo de Gustavo Araya, que interviene en la causa penal.

Como si los habitantes de Humahuaca hubieran estado esperando, en cuestión de minutos se armó una pueblada. Es que, según Teglia, ésta no era la primera vez que intentan hacerse de ese pedazo de tierra: “Desde que Humahuaca fue declarada Patrimonio de la Humanidad, en 2003, el terreno cotiza muy bien, al punto de que ahora una inmobiliaria (de la que prefirió reservar el nombre) falsificó un documento y se lo dio a esta organización”, sostuvo el letrado. Eso, pese a que la Justicia dictaminó una medida de “no innovar”, por lo que no se pueden comprar, vender ni arrendar esas tierras.

El enfrentamiento llevó a la intervención de la policía. Fuentes de la gobernación de Jujuy comentaron que se intentó una negociación en la que intervino el fiscal humahuaqueño Fernando Alancay, pero los vecinos no permitían que los micros regresaran a San Salvador de Jujuy: arrojaban piedras y cascotes para impedirlo. La tensión aumentó, hasta que un disparo perforó el abdomen de Condorí.

Las balas de goma de la policía y los gases lacrimógenos tampoco permitían que se calmaran las aguas, hasta que unas 58 personas de la agrupación fueron detenidas. Todos fueron trasladados a la comisaría de Humahuaca, adonde los siguieron los habitantes del lugar para continuar con el hostigamiento. Por las dudas, incendiaron un micro y los autos en que habían llegado los integrantes de la organización. Los detenidos están imputados por “usurpación en grado de tentativa y homicidio”, ya que el fiscal Araya considera que entre ellos se encuentran el o los autores materiales.

La agrupación Tití Guerra formó parte de la Red de Organizaciones Sociales de Jujuy. Fuentes de esa red aseguraron a Página/12 que, hace un mes, en una asamblea, las organizaciones resolvieron desvincular a Tití Guerra por “incumplimiento en la construcción de viviendas”.

Informe: Carla Perelló.