La lluvia le dio una tregua a la ciudad de Santa Fe, pero la situación sigue siendo preocupante en materia sanitaria, ya que aumentaron a 66 los casos de leptospirosis y a 55 los de hepatitis. El secretario de Salud de la provincia, Daniel Tardivo, admitió que “el riesgo aumenta mientras más se demore el retiro de la basura” que tapa los barrios afectados por la inundación. Junto con el sol reapareció el intendente de Santa Fe, Marcelo Alvarez, quien mantiene una sorda pulseada con el gobernador Carlos Reutemann. “No pienso renunciar, nunca pasó por mi cabeza renunciar”, aclaró Alvarez, enfrentando las críticas que vienen desde que dijo por LT10, en los instantes previos a la inundación, que “todo estaba bien” y que nada iba a pasar en barrios que después fueron tapados por las aguas.
–¿Se siente responsable de lo que dijo? –le preguntaron a Alvarez.
–En su momento responderé sobre qué y en quién me basé para decir lo que dije. Cuando sea oportuno responderé eso –dijo el intendente, abriendo dudas y especulaciones sobre quién será el enigmático personaje.
–¿Esta catástrofe se podía evitar? –insistieron los periodistas.
–Pregúnteles a los ingenieros hidráulicos –dijo Alvarez.
Ayer estuvo en Santa Fe la ministra de Trabajo, Graciela Caamaño, quien anunció planes de ayuda nacionales para más de 10 mil personas afectadas. Se trata de “programas de empleo comunitarios, apoyo productivo y una ampliación del Plan Jefas y Jefes de Hogar”. Cada beneficiario recibirá una ayuda de 150 pesos. El descontento social crece ante la prolongación de la crisis y hoy se realizará una nueva marcha de protesta frente a la Casa de Gobierno.
Marcharán, entre otros sectores, los desocupados nucleados en la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Reclamarán “soluciones concretas para los inundados” y que se impulse “la causa penal contra Reutemann como responsable del desastre social”. Un equipo multidisciplinario comenzó ayer la evaluación del estado en que quedaron unas 2000 casas afectadas, para determinar si son habitables. El trabajo demandará unos 40 días.