Nuevos resultados en la causa por el crimen de Nora Dalmasso podrían desvincular de la investigación al viudo, Marcelo Macarrón, y al hijo de ambos, Facundo, único imputado en la causa “por sospecha leve de homicidio”. La mujer fue hallada asesinada en un barrio cerrado en Córdoba, en noviembre de 2006. En casi seis años la Justicia cordobesa no encontró rastros del asesino: hasta el momento fueron 28 las personas que pasaron por la causa en calidad de “sospechoso”. Ahora podría sumarse uno, ya que el perfil genético encontrado no se corresponde con ninguna de las muestras de sangre recabadas.

La causa de la empresaria asesinada el sábado 25 de noviembre de 2006 en su casa del barrio de Villa Golf, en Río Cuarto, estuvo entreverada desde su inicio. En ese contexto, el Laboratorio de Genética de la Policía Judicial de Córdoba sostiene que las pruebas nuevas restarían sustento a las presunciones en contra de los Macarrón.

“La determinación de rastros de Marcelo Macarrón en el cuerpo de Dalmasso no permitiría probar la presencia de un Macarrón (padre o hijo) en el momento del crimen”, determina el informe presentado. Por lo cual, ratifican los entregados el año pasado por el FBI, la agencia de investigaciones estadounidense, sobre que “existe perfil genético en la vulva” de la mujer asesinada, así como en la sábanas.

Para la jefa del laboratorio, Nidia Modesti, el tiempo de permanencia del ADN en la zona vaginal “es compatible con una relación de cuatro, cinco, siete días o más”. Lo cual, se corresponde con la declaración del viudo sobre que el lunes anterior al asesinato mantuvo relaciones sexuales con su mujer.

Otro elemento que podría desvincular a Macarrón padre es el material genético de las sábanas de la cama: con jabón, en diversos programas y temperaturas, el laboratorio genético dice haber corroborado la posibilidad de “transferencia de ADN en el lavarropas”. Aunque se lave a mano o a máquina, “ADN o células de descamación pueden permanecer en la tela sin degradarse”, aseguraron los peritos.

Los estudios también advierten sobre otro perfil en la sábana de abajo, que no es Macarrón y “no coincide con ninguno de los ADN solicitados en la causa”. Ese material genético también aparece en varios tramos del cinturón de la bata con el que estrangularon a la empresaria.