Sáb 27.10.2012

SOCIEDAD  › CUATRO MUERTOS, SEIS DESAPARECIDOS Y CATORCE HERIDOS, EN EL DERRUMBE DE UN SUPERMERCADO EN NEUQUEN

Consecuencia de una obra clandestina

La tragedia pudo haber sido aún mayor: el techo del supermercado se desplomó a las 19.45, cuando el local estaba lleno. Al lado se construía sin permiso un edificio de departamentos. Decretan tres días de duelo en la provincia.

El techo se desplomó a las 19.45 del jueves. Un segundo antes, en el supermercado

Cooperativa Obrera, del centro de Neuquén, cajas y pasillos bullían. No todas las personas que trabajaban o compraban en el lugar alcanzaron a salir. El número de víctimas fue incierto; a última hora de ayer, fuentes de la municipalidad refirieron a Página/12 que el saldo parcial de la tragedia era de cuatro muertos, seis desaparecidos y 14 heridos. No todos los fallecidos se encontraban identificados al caer la noche del viernes. Entre los escombros del supermercado, seguían las tareas de rescate, pero con dificultades, porque el peligro de derrumbe persistía: al retirar cada losa era preciso apuntalar una pared para evitar nuevos desmoronamientos. Quizá esta mañana hayan terminado de rescatar a las víctimas; anoche era sólo una posibilidad.

El intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, confirmó que el derrumbe sobrevino por una construcción clandestina: sin permiso municipal, sobre el supermercado, el propietario del lugar había empezado a erigir un edificio de departamentos. El dueño del inmueble, Néstor Guerrero, se descompensó al conocer la noticia y anoche permanecía internado. Ayer mismo, en la causa penal que investiga la tragedia, se ordenó el allanamiento de una oficina municipal en busca de documentación. El gobernador neuquino, Jorge Sapag, decretó tres días de duelo por lo que definió como “una tragedia tremenda, que enluta a todo el país”.

Por su parte, la Cooperativa Obrera aclaró en un comunicado que el edificio era alquilado, la “causa del siniestro” sería “el derrumbe de una obra en construcción (...) de la que la Cooperativa es totalmente ajena” y que las 104 sucursales, ubicadas en Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Neuquén, ayer permanecían cerradas. “Nuestra prioridad es acompañar y asegurar una adecuada asistencia a las personas afectadas”. El gerente de Cultura y Acción Comunitaria de la Cooperativa, Enrique Moreno, dijo que “en la sucursal tenemos 24 empleados y ninguno de ellos se ha visto afectado” por lo sucedido. Sin embargo, agregó, “el 98 por ciento de la gente que asiste son nuestros asociados a los supermercados, tenemos un rol afectivo que va más allá de la relación comercial”.

Entre los seis desaparecidos hasta anoche, figuraba un docente que dictaba clase en el colegio Don Bosco, ubicado a la vuelta del supermercado, y cuyo auto anoche seguía estacionado a metros de donde el techo se hundió. Entre los muertos bajo los escombros, habría un niño cuya identidad ayer por la tarde aún no había sido confirmada; también, una chica de 17 años que estaba por terminar el secundario en el mismo colegio. “Pudo haber sido peor. El techo que cayó es inmenso, de 12 metros de ancho y más de 30 de largo”, dijo uno de los rescatistas. Ayer por la tarde, mientras bomberos, personal de Defensa Civil, de Servicios Urbanos de la municipalidad y policía provincial trabajaban en la remoción de escombros y búsqueda de víctimas, especialistas de Asistencia a la Víctima acompañaban a familiares y heridos. Esos 100 socorristas se sumaban a quienes seguían las tareas desde la calle, a la espera de que fueran hallados sus seres queridos.

El supermercado Cooperativa Obrera, en Ortega y Gasset y Godoy, funcionaba en un inmueble alquilado y cuya construcción databa de 2009, de acuerdo con los registros de la municipalidad. El lugar pertenece a Néstor Guerrero, propietario también de otros inmuebles en la misma manzana. “A fines de agosto de este año pidió una inspección porque quería construir un pelotero sobre el edificio que ocupa el supermercado”, informó a este diario el vocero de la intendencia. El 30 de julio, el Poder Ejecutivo local se lo negó. Hasta entonces, no había ninguna construcción sobre el edificio donde tres meses después se desató la tragedia.

Pero donde el primer día de agosto no había nada, el jueves un edificio de departamentos en pleno proceso de construcción hizo que el techo del supermercado se desplomara. Hasta ayer, se desconocía si al momento del derrumbe, en la construcción clandestina se encontraba gente trabajando. “Estimamos que no, porque en general aquí los albañiles trabajan hasta las 6 de la tarde, pero todavía no sabemos”, explicó el vocero de la municipalidad.

El secretario de Coordinación de la municipalidad, Marcelo Bermúdez, contó que cuando ingresaron bomberos y policías por primera vez, se pudo descubrir “una obra en construcción, que es de difícil visualización desde la vereda”. “En el corazón de la manzana hay un montacargas y la entrada de materiales probablemente se efectuaría desde la calle paralela a la fachada del supermercado”, añadió.

Los empleados de la Cooperativa Obrera coincidieron en sus testimonios: en los últimos tres meses, nunca escucharon ruidos de construcción, de albañiles trabajando en el techo del lugar. Eso abona la teoría de que, amén de clandestina, los departamentos eran erigidos con sigilo y los materiales, ingresados al lugar en días y horarios con poco movimiento de gente, de manera que no pudiera observarse la actividad desde la calle.

El derrumbe generó una causa penal cuya instrucción recayó sobre la Fiscalía IV, de Neuquén. En el marco de esa investigación, ayer por la mañana el fiscal Ignacio Di Maggio allanó el Departamento de Obras Públicas del municipio, donde fue recibido por el intendente Quiroga.

Por la tragedia, el gobernador Sapag suspendió una gira provincial y, al decretar los tres días de duelo, suspendió todas las actividades oficiales, ordenó colocar las banderas a media asta en todos los edificios públicos y realizar un minuto de silencio en los actos públicos que deban cumplirse. En conferencia de prensa, Sapag detalló que “cedieron las planchas de hormigón y las columnas. No aguantaron las columnas y la platea y colapsaron dos en forma de abanico”, provocando “una tragedia tremenda, que enluta no sólo a la provincia sino a todo el país”. La presidenta Cristina Fernández, contó el gobernador, lo llamó para interiorizarse sobre lo sucedido y puso a disposición la “colaboración para todo lo que sea el rescate” de quienes permanecían bajo los escombros.

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