Vie 16.11.2012

SOCIEDAD  › LOS CASOS DE CAMAFREITAS, CARBALLO Y CARRERA

La fuerza policial desproporcionada

Tres casos fueron mencionados ayer, durante la conferencia de presentación del programa sobre Uso Racional de la Fuerza y Armas de Fuego, para ejemplificar los cuatro principios en que se sostiene dicho programa (oportunidad, proporcionalidad, legalidad y rendición de cuentas), especialmente el de la proporcionalidad. Se trata de los casos de Jon Camafreitas, Rubén Carballo y Fernando Carrera, en los que los uniformados intervinieron en forma claramente desproporcionada, llevando a la muerte de dos jóvenes en dos casos y a la muerte de terceros en el otro.

Jon Camafreitas, de 18 años, es el más reciente. A las 2.30 del sábado 21 de enero de este año, la plaza Boedo, entre Estados Unidos y Loria, fue escenario de una pelea entre dos grupos de jóvenes. Hubo pedradas y palazos. Llegó un patrullero de la 8ª y los jóvenes escaparon. Según la versión de los uniformados, uno de ellos alcanzó a Jon y en el forcejeo se le escapó un disparo. La autopsia concordó con la versión. La bala había ingresado por la nuca. Según familiares del chico, Jon no estuvo en la pelea, caminaba con unos amigos y cuando los policías bajaron, corrieron asustados. Uno de los uniformados disparó. Durante cuatro días estuvo internado en el Hospital Ramos Mejía, hasta que murió.

Rubén Carballo, de 17 años, fue golpeado por uniformados cuando intentaba entrar al recital de Viejas Locas, en Vélez Sarsfield, el 14 de noviembre de 2010, y falleció el 8 de diciembre tras permanecer internado desde entonces. Carballo apareció caído en la calle, junto al puente que lleva al Acceso Oeste. La versión policial sostuvo que se cayó cuando intentó trepar por el puente para escapar. La policía había intentado poner orden en el ingreso al recital disparando balas de goma, gases y usando hidrantes. Un testigo dijo que vio a Rubén desmayado en la puerta 15 del estadio, a unos 150 metros de donde fue encontrado finalmente, y avisó a un policía para que lo recogiera. Luego pudo observar cómo dos uniformados introducían a Rubén dentro de un patrullero. Luego Carballo apareció golpeado donde lo encontraron.

Fernando Carrera fue detenido el 25 de enero del 2005, procesado un mes después, y condenado a 30 años de prisión durante un juicio oral y público que finalizó el 7 de junio del 2007. La versión policial dijo que Carrera huía de federales que lo perseguían por un robo, tomó con su auto la avenida Sáenz de contramano y embistió a varios peatones, provocando la muerte de una madre y su hijo de seis años y otra mujer. Carrera siempre sostuvo que la causa fue armada, que él fue confundido con un ladrón y que los efectivos le dispararon 18 balazos, ocho de los cuales le impactaron en el cuerpo provocándole un desvanecimiento en el que perdió el control y atropelló a las dos mujeres y al chico. La Corte, en junio pasado, ordenó revisar todo el juicio. En la decisión de la Corte fue determinante el informe de Nilda Garré que dispuso revocar el sobreseimiento administrativo de todos los policías que participaron en la persecución porque la instrucción estaba plagada de irregularidades.

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