SOCIEDAD › EL CASCO HISTóRICO DE GOYA, CORRIENTES, CON MEDIA SANCIóN A NIVEL NACIONAL
Después de reclamos locales y nacionales por la desprotección de una ciudad con un patrimonio edificado excepcional, el Senado aprobó por unanimidad declararlo Lugar Histórico. Se espera que llegue a Diputados en extraordinarias.
› Por Sergio Kiernan
El patrimonio edificado acaba de llegar al más alto nivel de la política nacional, con el Senado de la Nación creando un Lugar Histórico de 21 manzanas en pleno centro de la ciudad de Goya, Corrientes. Que este tipo de cautelar, un Area de Protección Histórica local, se haga a nivel nacional y no municipal, como es habitual, es una muestra de la importancia del tema. El proyecto de los senadores correntinos Eugenio “Nito” Artaza y José Roldán fue votado por unanimidad.
Goya es un puerto sobre el río Paraná que supo ser un importante centro comercial y cultural en la era federal y de la organización nacional. Los goyanos recuerdan con orgullo que su ciudad se ganó el sobrenombre de la “Pequeña París” por su vívida cultura, por su colonia extranjera y por su rol como escala obligada del entonces intenso tránsito entre Asunción y Buenos Aires. En Goya se ocultaron, posando como maestros, Camila O’Gorman y el cura español Ladislao Guitérrez, y allí vivieron personalidades como José Hernández. La ciudad fue una base importante durante la guerra con el Paraguay.
El centro viejo de Goya todavía muestra esta época de prosperidad y cultura en piezas como el Teatro Solari, construido en 1877 y hoy el teatro más antiguo en actividad del país. En esa misma zona se despliegan casas de excelente calidad en el mejor estilo criolla italianizante, con piezas notables como la catedral local y la casa obispal. Estos edificios siguen formando un conjunto coherente, algo ya raro en Argentina.
El origen de la ley que obtuvo media sanción en el Senado el 28 de noviembre está en la alarma por la preservación de este conjunto. Vecinos de Goya denunciaron las demoliciones y reformas de edificios históricos, sin que el gobierno municipal pusiera límites. Los vecinos formaron la ONG Proyecto Goya, que ya tiene 2200 miembros, una enormidad para una ciudad de 80.000 habitantes. La madrina del grupo es Teresa Parodi, cuyo padre vivió en el casco histórico.
En junio de 2011, la Comisión Nacional de Monumentos, de Museos y Lugares Históricos envió a Goya una misión dirigida por su vocal y ex diputada porteña Teresa de Anchorena. Después de recorrer el casco histórico y ver los edificios amenazados, Anchorena recomendó “rediseñar” las obras en altura cercana para que fueran “más amigables con el entorno histórico”. La enviada también pidió crear una zona donde se prohibieran las obras que no fueran de restauración.
La recomendación fue ignorada y el deterioro siguió. Una obra de las más críticas se alza frente al Teatro Solari, donde se construyó un feo local. El entorno del teatro ahora está amenazado por la anunciada construcción cercana de un edificio de siete pisos, que no sólo implica la demolición de una casa histórica sino que va a dejar fuera de escala a dos edificios famosos en Goya, las casas Pando, de 1900, y la Monferrer de 1855. El desmán sigue frente a la plaza central, trazada en 1807, que agrupa la escuela donde trabajaba O’Gorman, el obispado de 1860, la biblioteca y la casa López Lecube y donde el municipio autorizó agregar ahora un edificio de nueve pisos.
Ante estas demoliciones y permisos de construcción, la Comisión Nacional emitió el 28 de julio de 2011 una propuesta de declaratoria donde advertía del riesgo inminente. Lo único que admitió el municipio de Goya fue que las obras no tenían estudio de impacto ambiental, como manda la ley nacional 25.675 y que no respetaban la legislación local que manda tener en cuenta “el emplazamiento y el carácter del lugar”.
Fue entonces que los senadores correntinos tomaron el tema y basándose en los textos de la comisión presentaron un proyecto creando un Lugar Histórico con las 21 manzanas del centro viejo. La ley crea además una zona de amortiguación donde se limitan las alturas y se controla el diseño de los edificios para que el entorno histórico no sea “enanizado” por la escala de los nuevos. En los considerandos, Artaza escribió que “no debemos consentir que el Casco Histórico de Goya, verdadero lugar de memoria nacional, sea desfigurado por edificios que pueden hacerse a distancia razonable de un sitio que debe ser preservado”. El senador habló también de las posibilidades económicas que crea un casco histórico bien preservado en una ciudad que está entre las tres más pobres del país en su tamaño. El proyecto contó con el apoyo de todos los bloques y recibió media sanción por unanimidad.
Ahora falta la Cámara de Diputados para que el proyecto sea ley nacional, en firme. Como terminaron las sesiones ordinarias, se espera que este tema se incluya en el temario de extraordinarias. El presidente de Diputados, Julián Domínguez, adelantó a Página/12 que esperan el proyecto “con ganas” y que está seguro que también en su cámara “será aprobado de inmediato y también por unanimidad”.
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