Con críticas provenientes de todo el arco opositor, se llevó a cabo ayer la audiencia pública para definir la modalidad y condiciones de los nuevos contratos para la recolección de residuos en la Ciudad de Buenos Aires. El ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, que presidió la audiencia que se llevó a cabo en el Centro Cultural Recoleta, consideró que el trámite fue “muy satisfactorio” y adelantó que “las ideas que puedan ser incorporadas estarán dentro del pliego y fundamentaremos por qué dejamos afuera las que no se incorporen”. Desde la oposición, en cambio, cuestionaron que los pliegos siguen manteniendo el servicio de higiene urbana como “un negocio”.

El ministro de Ambiente destacó algunos aspectos que se agregaran a los nuevos pliegos, tales como la incorporación del servicio de limpieza dentro de las villas de emergencia, las cuales son consideradas como “barrios”; y la recolección durante los siete días de la semana. Los nuevos pliegos, además, estarán ajustados a la Ley de Basura Cero, prevén que la contratación con las empresas designadas se extenderá por 10 años y que éstas cuenten con una flota de vehículos cero kilómetro. En tanto, se garantiza la continuidad de los cinco mil trabajadores del rubro más allá de cuáles sean las empresas ganadoras de la licitación.

El legislador Juan Cabandié, presidente del bloque del Frente para la Victoria, cuestionó que la audiencia pública se haya realizado “en enero, a espaldas de los porteños”, y comentó que el contrato para la recolección de residuos es “uno de los más onerosos para el erario”.

“Hay que cambiar el negocio de la basura”, expresó el legislador Julio Raffo, presidente del bloque Proyecto Sur. Raffo opinó que “no están dadas las mismas condiciones de recolección de residuos en los asentamientos urbanos y se deja mucho librado a la arbitrariedad”, por ejemplo, en cuanto a la utilización de los contenedores.

Por su parte, el diputado Alejandro Bodart (MST) planteó que este año “las empresas privadas embolsarán 3000 millones de pesos” por la tarea. “Proponemos reestatizar el servicio, equipar al Ente de Higiene Urbana y así tener una Ciudad limpia, menos basura, más reciclado y, además, gastar menos. En 10 años podríamos ahorrar hasta 23.700 millones de pesos”, destacó.

La diputada María Elena Naddeo evaluó que la licitación promovida por el gobierno porteño “no va a lograr una ciudad más limpia”. “No estamos yendo al fondo de la cuestión: generar menos basura para no seguir enterrando miles de toneladas por año en la provincia de Buenos Aires”, dijo Naddeo.

“Este pliego no garantiza que las villas tengan un servicio de recolección igual al que tiene el resto de la ciudad”, dijo la diputada Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica). “Es necesario que el gobierno haga menos marketing y más campañas de educación ambiental”. “La ciudad está muy sucia a causa de la mala gestión. Las empresas funcionan sin controles del Gobierno de la Ciudad, prestando un servicio deficiente con costos multimillonarios para el Estado”.

La comunera de la Comuna 13 (Núñez, Colegiales, Belgrano) Julieta Costa Díaz (Socialismo Auténtico) advirtió que “el nuevo pliego de Higiene Urbana del PRO les saca a las empresas la responsabilidad de rendir cuentas ante los vecinos y las vecinas de la ciudad”, como ocurre hasta ahora. “Hoy nos encontramos discutiendo un pliego que no hace otra cosa que deslindar a la empresa de esta responsabilidad”, agregó. El pliego crea en rigor el Observatorio Ambiental conducido por un funcionario de la comuna, y conformado por vecinos/as, representantes de ONG, cooperativas, asociaciones intermedias, universidades y funcionarios del ministerio, pero nada dice de las empresas.

Respecto de las críticas a la falta de mención a la separación domiciliaria de residuos, Santilli respondió que “el año que viene saldremos con una campaña de comunicación muy importante para concientizar sobre la separación en origen”, adelantó.