Mié 11.06.2003

SOCIEDAD

“Una metodología mafiosa que empieza a aparecer”

La monja Martha Pelloni explicó ante Página/12 las semejanzas y diferencias entre el caso María Soledad y el doble crimen de Santiago: el poder feudal, los métodos mafiosos, el encubrimiento, la actitud del gobierno nacional.

› Por Carlos Rodríguez

La monja Martha Pelloni, de relevante intervención en todo el proceso por el crimen de María Soledad Morales, habló con Página/12 sobre las semejanzas y las diferencias entre aquel suceso, ocurrido en setiembre de 1990, y el doble homicidio de Santiago del Estero. “Por un lado hay que reconocer que hay una actitud diferente, al menos por parte del gobierno nacional, respecto de la que tuvo en su momento el ex presidente (Carlos) Menem, que lo único que hizo fue salir a embarrar la cancha para evitar el esclarecimiento del hecho.” De todas maneras, por su experiencia anterior, advirtió a los familiares que “hay que tener mucho cuidado con los abogados que se acercan porque a veces, sin quererlo, se está metiendo al enemigo en casa”. Consideró que la semejanza está dada “por el hecho de ser Santiago del Estero, como Catamarca, una provincia con un poder feudal que es manejado por unos pocos y que logra silenciar los crímenes”. Otra característica común es la presencia, en las sombras, de “una metodología mafiosa que empieza a aparecer cuando el caso se hace público”.
Pelloni, cuyo destino religioso está ahora en Buenos Aires, aunque viaja en forma constante por todo el país, era rectora del Colegio del Carmen y San José al que concurría María Soledad Morales, que fue violada y asesinada en una fiesta privada regada con droga y alcohol, de la que participaron “los hijos del poder” catamarqueño, cuando el mandamás era el peronista Ramón Saadi, cuyo gobierno se desplomó por el escándalo. Por este caso fueron condenados Guillermo Luque, hijo de Angel Luque, un ex diputado cercano al gobierno de Saadi, y Luis Tula, un ex novio de la víctima que habría actuado como entregador.
Teniendo en cuenta la reunión que los familiares de las chicas santiagueñas, Patricia Villalba y Leyla Bashier Nazar, mantuvieron el lunes con el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, la monja Pelloni estimó que “ahora hay una actitud diferente por parte del actual gobierno nacional”. Opinó que ésa es “la mayor diferencia, porque el ministro Beliz salió a impulsar el esclarecimiento y esto es positivo”.
Subrayó que la postura del actual gobierno es “bien diferente de la que tuvo en su momento el gobierno de Menem, que a través del ministro (del Interior Julio) Mera Figueroa salió a embarrar la cancha y después decidió la intervención en la provincia (designando en el cargo a Luis Prol), con la intención de sacar al saadismo para instalar en su lugar al menemismo con el Frente de la Esperanza”. Pelloni insistió en que en el de María Soledad “en ningún momento se trabajó para que el caso se esclareciera y ahora parece ser que la cuestión es distinta”.
La religiosa hizo algunas advertencias a los familiares de las víctimas, en función de la experiencia vivida por ella. “Hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir a los abogados”, porque “a veces, sin quererlo, estás metiendo al enemigo en tu propia casa”. Recomendó ser cuidadosos con “los abogados que vienen a trabajar gratuitamente y terminan traicionando los intereses de la familia damnificada”. Aunque ahora no hizo mención de nombres, en un reportaje con este diario, en febrero de 1998, Pelloni había criticado a una de las primeras abogadas de la familia Morales, la doctora Lila Zafe.
En cuanto a las coincidencias entre un caso y otro, estimó que “siempre aparece una metodología mafiosa que comienza a funcionar no bien el caso se hace público”. Remitiéndose al caso María Soledad, sostuvo que “de esa metodología mafiosa participaron tres poderes: el gobierno, nacional o provincial, según el caso, el Poder Judicial y las policías”. Estimó que en Santiago del Estero se intuye “alguna vinculación mafiosa” y por eso “hay que tener mucho cuidado porque casi siempre hay connivencia entre los distintos poderes”. En el caso María Soledad, decenas de policías federales y de la provincia fueron acusados por presunto encubrimiento, pero las causas nunca llegaron a una condena.
Para Pelloni, en el caso de Santiago del Estero “también tuvo un papel importante la prensa nacional, que es la que siempre termina destapando laolla”. Recordó que los crímenes de Santiago, ocurridos a principios de este año, “se conocieron recién cuando la prensa comenzó a socializar la información, a hacerla pública; en la provincia la cosas se estaban callando y eso quedó en evidencia también en este caso”.
Recordó que se trata de provincias “donde sigue vigente la presencia de un poder feudal, un poder que está reservado sólo para unos pocos, como era el poder de los Saadi en Catamarca”. Sobre el tema agregó que en los estados provinciales “hay también un sector importante de la sociedad que calla porque son obsecuentes y porque reciben favores otorgados por la demagogia de los gobernantes, que con poco o con mucho dinero tapan todo y consiguen que nadie diga nada”.

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