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”La salud en la zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un derecho vulnerado”, es el título que lleva un informe presentado a fin del año pasado por la Asesoría General Tutelar (AGT) de la Ciudad. A partir de relevamientos realizados por la Oficina de Atención Descentralizada (OAD) de Mataderos-Liniers, los profesionales identificaron tres nudos problemáticos en materia sanitaria en esa zona: insuficiencia de personal para áreas de pediatría y salud mental infantil, escasez de actividades de prevención y promoción de la salud y, por último, inexistencia de acciones específicas desde el primer nivel de atención de la salud respecto de la problemática de adicciones. Dada la interrelación de los derechos, cuando la atención primaria de la salud está insatisfecha “se forma un círculo perverso”, señaló ante Página/12 el coordinador de la OAD Mataderos-Liniers, Mariano Valentini.

La Asesoría General Tutelar es el organismo de la Justicia porteña que se ocupa de observar el cumplimiento de los derechos de menores de edad. Los profesionales de Atención Descentralizada de la AGT realizaron entrevistas a los principales efectores de los barrios sobre los que tienen injerencia: Villa Lugano, Villa Riachuelo, Mataderos y Parque Avellaneda. Entre ellos, el Hospital Santojanni, una decena de centros de salud (Cesac), referentes de organizaciones sociales, y entrevistas con especialistas del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de la Ciudad. Los datos alarman más cuando se da cuenta de que la Comuna 8 es la que mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes tiene en el territorio porteño: más de 56 mil, es decir, el diez por ciento del total de menores de 18 años. La Comuna 9, en tanto, se encuentra en el tercer lugar, con 36.564.

En esas zonas, la insuficiencia de profesionales se da en las áreas de pediatría, salud mental infantil (psicología, psicopedagogía y psiquiatría), también en trabajo social y fonoaudiología. “Es difícil registrar la demanda insatisfecha. Una persona a la que le dan turno para dentro de cuatro meses es probable que no inicie una denuncia, pero sí un caso urgente”, graficó Valentini. Esa situación es precisada en el informe, donde inclusive se muestra la incongruencia que existe entre el aumento del índice poblacional y la demanda registrada en los centros de salud. El efecto final es “la invisibilización de la demanda”.

Respecto de la escasez de actividades de prevención y promoción de la salud, el informe transcribe algunas respuestas obtenidas en las entrevistas. “El centro recibe una gran cantidad de demanda por urgencias, lo cual absorbe el tiempo de los profesionales y dificulta la realización de actividades”, reseñan como uno de los factores que impiden llevar a cabo esa tarea. Entre otros problemas, se encuentran hechos de inseguridad, desgaste profesional, decisiones de política interna de cada Cesac o falta de profesionales.

Por último, de acuerdo con el relevamiento, la mayoría de los Cesac no cuenta con personal para asistir en materia de adicciones, excepto en el Nº 18. Esta falta de dinámica en los centros –“donde se recepta el 80 por ciento de las demandas de atención primaria de la salud”, sostuvo Valentini– incide directamente sobre el cumplimiento de otros derechos de los niños, niñas y adolescentes. “Todos están interrelacionados: si un equipo de orientación educacional primario detecta en un chico inconvenientes para seguir la escolaridad normal, requieren al sistema de salud y muchas veces de atención primaria”. Según las estadísticas de la oficina coordinada por Valentini, las falencias en la atención de la salud se encuentran en séptimo lugar, detrás de las problemáticas habitacionales, intrafamiliares y de escolaridad.

Informe: Carla Perelló.