Jue 25.04.2013

SOCIEDAD  › EL SENADO APROBó EL PROYECTO, PERO LE INTRODUJO MODIFICACIONES Y DEBE VOLVER A DIPUTADOS

La fertilización avanza, pero no es ley

La iniciativa que garantiza el acceso a los tratamientos de reproducción asistida fue aprobada por amplia mayoría. Pero el oficialismo incorporó tres cambios, por lo cual la Cámara baja debe tratarla nuevamente.

El proyecto que garantiza el acceso integral a los procedimientos y técnicas médicoasistenciales de reproducción asistida fue aprobado ayer por el Senado de la Nación. La iniciativa ya había sido votada en forma favorable por Diputados, pero como los senadores oficialistas introdujeron tres modificaciones, el texto tendrá que volver a ser tratado en la Cámara baja, aunque se descuenta su aprobación. El proyecto incluye entre su ámbito de aplicación los tratamientos realizados con asistencia médica para conseguir un embarazo, entre ellos las técnicas de baja y alta complejidad que incluyan o no la donación de gametos o embriones. Del mismo modo, podrán incluirse nuevos procedimientos técnico-científicos que hayan sido autorizados por el Ministerio de Salud. Los procedimientos se podrán realizar en los establecimientos sanitarios habilitados que cumplan con los requisitos necesarios y contarán con fondos del Estado.

La iniciativa debe volver a Diputados porque el Frente para la Victoria impulsó, en el Senado, tres cambios para “lograr una ley de igualdad estructural”, justificó la diputada jujeña Liliana Fellner. Se agregaron dos incisos al artículo 6 para dejar sentado el deber de publicar la lista de centros de referencia públicos y privados habilitados para realizar estas técnicas. Al mismo tiempo se propicia la capacitación permanente de los especialistas en fertilidad.

También se agregó un artículo que establece que el Ministerio de Salud de la Nación debe incluir en su presupuesto anual una partida destinada al cumplimiento de la norma. El titular del bloque del FpV, Miguel Pichetto, elogió el texto aprobado por unanimidad en Diputados, el año pasado, pero respaldó los cambios porque es “necesario sancionar leyes que cuenten con financiamiento porque hay leyes que se dictan pero no se aplican”.

En el proyecto se señala que los procedimientos de fertilización, así como el diagnóstico y las terapias de apoyo, tendrán que ser cubiertos por el sector público, las obras sociales y las entidades de medicina prepaga. Se incluyen los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos para aquellas personas –incluso menores de 18 años– que, aunque no deseen un embarazo inmediato, puedan ver comprometidas sus posibilidades futuras de procrear por problemas de salud.

Hubo un momento de tensión, cuando la senadora del justicialismo disidente Liliana Negre de Alonso planteó el rechazo del proyecto hasta tanto se aprueben cuestiones como “la regulación de la criopreservación de los embriones, el tema del anonimato de los donantes, el consentimiento de la voluntad de procreación y la gestación por sustitución”.

Le respondió el senador del FpV Daniel Filmus. “Para seguir el criterio de la senadora habría que prohibir la fertilización asistida, porque actualmente los sectores que tienen recursos pueden hacer uso de esa prestación”, mientras “quedan marginados los sectores con mayores dificultades”. Filmus resaltó que el proyecto “es mucho más avanzado que el de otras provincias, como la de Buenos Aires, ya que no exige constancia de infertilidad para el acceso, al mismo tiempo que no requiere estar en pareja, no discrimina por género e incluye las técnicas de alta complejidad y tampoco restringe por edad”.

El presidente de la Comisión de Salud del Senado, el radical José Cano, consideró que se trata de un “paso adelante importante” para “garantizar el principio de igualdad”. Recordó, en ese sentido, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la infertilidad como una enfermedad. Cano dijo que el proyecto “avanza no sólo en la superación de trabas económicas, sino que también establece la promoción de campañas de prevención” y prevé “avances sobre cuestiones de exclusión o discriminación, según la orientación sexual”.

Senadores de todos los bloques, con excepción de Negre de Alonso, elogiaron el contenido de la norma. De todos modos, legisladores radicales cuestionaron los cambios introducidos en el Senado por entender que retrasan la aprobación y puesta en vigencia de la ley “cuando hay personas que están esperando una pronta solución”.

El radical Eugenio Artaza afirmó que “lo que se está planteando (desde el oficialismo) es una dilación más que no podemos compartir”. El senador Filmus respondió diciendo que “no es verdad que el tratamiento de esta ley en Diputados pueda llevar mucho tiempo” más, dando por sentado que se aprobarán las modificaciones. La senadora Sandra Giménez aseguró, por su parte, que la aprobación del proyecto en la Cámara alta, con las modificaciones introducidas, significa “una tranquilidad y un verdadero honor”. El proyecto modificado fue aprobado con 60 votos a favor y dos en contra. Las diferencias en el recinto se marcaron en la votación parcial de los tres cambios introducidos por el Frente para la Victoria. Allí, la aprobación fue de 37 votos a favor y 26 en contra.

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