SOCIEDAD › UN TESTIGO DEL CASO CANDELA MURIó AL ESTALLAR SU CASA EN MORENO
Fue el principal testigo del inicio de la causa por la muerte de la niña. Luego, esa investigación fue anulada por la Justicia y su declaración dejó de ser tenida en cuenta. Ayer explotó su casa por un escape de gas y murió. Investigan si realmente fue un accidente.
El ex testigo estrella de los policías bonaerenses y el primer fiscal del caso Candela, apartados todos de la investigación, murió anoche con más del 80 por ciento del cuerpo quemado. La casa donde vivía Roberto Arturo Aníbal, en la ciudad de Moreno, en el oeste del conurbano, explotó en las primeras horas de la madrugada de ayer, al parecer, por una fuga de gas. “Por lo que vieron y encontraron los expertos, por ahora el accidente es la principal hipótesis”, aseguró una fuente judicial. Sin embargo, no se descarta una venganza, como observó el abogado de dos ex imputados, Rodrigo González: “Un escape de gas también puede ser producido adrede, así que queremos que esto se investigue porque Aníbal innumerables veces dio nombre y apellido del personal policial involucrado en este caso”.
Según informó la policía, la explosión sucedió poco antes de las 2, luego de que Aníbal regresara desde la ciudad de Buenos Aires a su casa, sobre la calle Virgen de Luján y Santos Dumont, en Villa Trujuy. Había estado en un programa de televisión y luego en la Villa 31, visitando a familiares suyos. La explosión se registró en la cocina, unida al comedor, y el hombre salió malherido a la calle, donde los vecinos le tiraron agua y lo asistieron hasta que llegó una ambulancia que lo trasladó al Hospital Mariano y Luciano de la Vega.
En la casa trabajaron la comisaría 2ª de Moreno y Bomberos Voluntarios de Villa Trujuy. Más tarde, circuló la primera explicación, a cargo de los peritos de la División Siniestros de la Policía Científica de La Plata. “No se detectaron rastros de pólvora o de cualquier otro tipo de explosivo en el lugar”, aseguró una fuente policial, respaldada más tarde por voceros ligados al fiscal de Moreno, Federico Luppi. Los vecinos habían afirmado que el ex testigo había sido atacado con una bazuca, aunque ninguno vio merodear autos o personas por esas horas.
Por cómo quedó el lugar, estimaron los peritos, “una explosión por acumulación de una fuga de gas podría ser la causa”. En ese sentido, los expertos encontraron, como posible fuente de la pérdida de gas, una garrafa; y como probable detonante un cargador universal de celulares que podría haber hecho alguna chispa o un cortocircuito. El fiscal de Moreno Federico Luppi hizo saber que no se descartaba la posibilidad de un atentado, en buena parte por las repetidas denuncias por amenazas que había hecho Aníbal ante la Justicia.
De hecho, a mediados de marzo pasado, el ex testigo se encadenó a la Casa de Gobierno provincial, pidió la recompensa de 400 mil pesos, fijada para quienes aporten datos cruciales para dar con el o los asesinos de la niña de 11 años, oriunda de la localidad de Hurlingham. “Después de que conté todo, me balearon mi casa, me dieron tres tiros y me mantuvieron en cautiverio durante tres días”, dijo entonces. El hombre, de 40 años, había ingresado a la causa como uno de los tantos testigos de identidad reservada, pero el fiscal Marcelo Tavolaro terminó revelando su nombre.
Aníbal tenía custodia policial, pero no estaba frente a su casa. Los custodios lo habían pasado a ver a las 23 del martes pasado y se apostaron a una cuadra y media, afirmó un jefe de la Bonaerense. “Es raro, porque anoche (por el martes pasado) me lo crucé en un programa de televisión con la custodia policial, que son hombres de la Policía Bonaerense, son de custodia dinámica, que se turnan cada 48 horas, y en su mayoría son policías del interior de la provincia”, aclaró el abogado Alberto Domínguez, defensor de Alberto Espinola, defensor de uno de los ex acusados.
Durante la investigación, este carnicero de 40 años señaló a Héctor “Topo” Moreyra, Guillermo López, Fabián Gómez, Hugo Bermúdez y Leonardo Jara como integrantes de la banda que asesinó a la niña en agosto pasado. Los dos últimos están presos, Bermúdez está imputado como supuesto autor material del asesinato y Jara sería la voz detrás de las llamadas extorsivas, cuando la nena estaba en cautiverio. El resto continúa libre desde hace un año, luego del fallo de la Cámara tercera de Apelaciones y Garantías de Morón, que volvió la investigación casi a foja cero. En ese escrito, los jueces descalificaron sus cinco declaraciones porque “las insuficiencias y contradicciones son notorias”.
“El pronóstico es malo”, afirmó ayer por la tarde un médico del hospital local, donde quedó internado este ex testigo, que no fue llamado a declarar por el nuevo fiscal de la causa, Mario Ferrario. Se había pedido un traslado de Aníbal porque no había espacio en la terapia intensiva de ese centro médico, pero falleció a las 19, por las heridas que le provocó la explosión. Los restos de la casa donde intentó ocultarse, en vano, seguirán siendo peritados, según informaron desde la fiscalía interviniente, en busca de pruebas que descarten la hipótesis de un accidente.
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