Vie 27.06.2003

SOCIEDAD  › OPINION

Apenas casualidades

› Por Raúl Kollmann

El rumor estaba extendido en las últimas 48 horas: “Se viene un secuestro o un asesinato de impacto en la provincia de Buenos Aires”. Nadie tenía precisiones, era apenas una premonición, una casualidad.
La semana pasada, el comisario Norberto Fiori, acusado de proteger desarmaderos, salió a la cancha a destapar la olla podrida que todos saben que existe. Contó como él y sus pares, comisarios y subcomisarios, recaudan fortunas increíbles cubriendo el juego clandestino, la prostitución, la venta de drogas, los desarmaderos que se llenan de plata con los autos robados e incluso la piratería del asfalto y los secuestros.
Pese a algunas vacilaciones, el gobernador Felipe Solá y el ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, terminaron dando una orden de peso: que se dé nuevo impulso a una investigación sobre los bienes y la fortuna de todos los subcomisarios y comisarios de la Bonaerense. Como reveló el propio Fiori, “muchos viven en supermansiones, andan en superautos y sus hijos conocen Disneylandia antes que nadie”.
Es más –tal como publicó el martes Página/12–, ya circulaba el dato de que habría dos o tres revelaciones de impacto en los próximos días e incluso se mencionaba que uno de los afectados sería un comisario de altísimo rango con vasta trayectoria en la zona de San Isidro, justamente la de los secuestros y la del secuestro del padre de Astrada. Tal vez sea otra casualidad.
La misma mecánica de la operación contra Rubén Astrada llama la atención:
- A plena luz del día, en una zona transitada.
- Se mueven seis delincuentes en dos autos.
- Los secuestradores estuvieron sentados durante bastante tiempo en ambos vehículos esperando a su víctima.
- Cargaban encima armamento de envergadura, incluyendo fusiles FAL y hasta una ametralladora.
“¿A quién se le ocurre hoy andar con armas largas, tres hombres en un vehículo, si no tiene alguna protección?”, ironizaba anoche uno de los comisarios retirados con mayor experiencia. “Con toda la seguridad, incluso privada, que hay por ahí, ¿cómo se pueden haber quedado sentados dentro del auto haciendo la guardia hasta que saliera el padre de Astrada? Una banda de delincuentes no se para de esa manera en una esquina, se va moviendo, dando vueltas. Y, además, la forma en que lo secuestran, a plena luz del día y chocándole el auto, se parece más a un operativo policial que a una movida de una banda de delincuentes”, completó otro comisario retirado. Todo indica que se trata de casualidades.
El razonamiento es el siguiente: si van a investigar los bienes de comisarios y subcomisarios, puede sobrevenir la casualidad de un secuestro de repercusión, un secuestro que por azar opere como una suerte de extorsión. En otras palabras: si ustedes nos tocan, van a tener problemas.
¡Ah! Y no se olviden de que estamos en campaña electoral y casualmente tendrán que enfrentar a dos candidatos, Aldo Rico y Luis Patti, que también casualmente hablan de un supuesto orden y mano dura.
Lo que seguro no será casual es que se repita lo que ocurrió en el caso del hermano de Riquelme: cuando iban a allanar una casa, se registraron escuchas telefónicas en que una voz les advertía a los delincuentes que se venía el allanamiento.

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