El titular de la Anses, Diego Bossio, resolvió “objetar” ante la Sociedad Central de Arquitectos el otorgamiento del primer premio del Concurso para el Desarrollo de un Plan Maestro en la Playa Ferroviaria de Palermo, del que resultó beneficiario un funcionario del gobierno porteño. Tal como publicó Página/12 el 2 de mayo último, el ganador del concurso resultó ser el arquitecto Mario Boscoboinik, director de Fiscalización y Control de Obras del gobierno porteño. “Esta persona no debería haberse presentado, porque no podía cumplir los requisitos para ganar el primer premio”, dijo Bossio a este diario. Es que, para la Anses, promotora del concurso, la condición de funcionario público de Boscoboinik “constituye un claro impedimento legal para su participación”.

Según publicó este diario, el funcionario porteño, al ganar el concurso, había quedado de los dos lados del mostrador: como responsable de la fiscalización de obras en la Ciudad debía controlar la ejecución de la obra que él había proyectado. El concurso fue convocado por la Anses para elegir la mejor idea para urbanizar el predio ferroviario de doce hectáreas, perteneciente al Estado nacional, ubicado en el barrio de Palermo, a la altura de la estación Pacífico, entre la avenida Juan B. Justo y Godoy Cruz. Ese terreno será vendido a inversores privados y el dinero obtenido sería invertido en el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.

El otorgamiento del primer premio al funcionario porteño había sido cuestionado por el legislador Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico). “No es ético que un funcionario tenga que controlar las obras de su propio proyecto”, afirmó el legislador, quien no cuestionó la transparencia del concurso, pero pidió la renuncia de Boscoboinik.

En la Anses explican que en el concurso los proyectos no están identificados por el nombre de sus autores, sino por un número. De esa manera, después de elegir el que consideran el mejor proyecto, se abre el sobre del ganador y recién entonces se conocen los nombres de los autores. Agregaron que Boscoboinik no aclaró, en su presentación, que era funcionario del gobierno porteño, a lo que estaba obligado por ley. “Si lo hubiera hecho, el jurado por la ciudad de Buenos Aires –el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín– se hubiera apartado”, aclaran.

Bossio adoptó la decisión de revisar el concurso después de la publicación en Página/12. “El director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social, en su carácter de promotor de dicho concurso, ha resuelto plantear a la organizadora del mismo, la Sociedad Central de Arquitectos, una objeción en relación con la decisión adoptada concerniente al primer premio”, informó el organismo. “Se considera que el funcionario público participante ha omitido comunicar el hecho de su participación en el concurso a sus superiores en el ámbito funcional del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el que se desempeña, lo que hubiera permitido el apartamiento del jurado designado para representar a tal jurisdicción”, argumenta la Anses. Y agrega que “su ocultamiento impacta en forma definitiva en uno de los objetivos primordiales del concurso, consistente en la realización de los trabajos a nivel ejecutivo y su presentación ante la autoridad de aplicación, a la postre el mismo Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”.

“Como promotor del concurso, me veo en la obligación de objetar la decisión adoptada en el marco del jurado”, dijo Bossio a este diario. “Estamos llevando adelante este proceso con total transparencia y de cara a la sociedad, por lo que no vamos a permitir que cuestiones de esta naturaleza dejen la más mínima duda.”

Si el jurado resuelve anular el primer premio, el proyecto ganador sería el que fue calificado en segundo término.