SOCIEDAD › EL FISCAL PEDIRá LA PENA DE MUERTE PARA EL SECUESTRADOR DE CLEVELAND
El dueño de la casa donde tres mujeres estuvieron cautivas diez años compareció ante el tribunal por primera vez. Fue acusado por cuatro secuestros y tres violaciones. Le fijaron una fianza de ocho millones de dólares. Sus dos hermanos quedaron libres.
Ariel Castro, dueño de la casa de Cleveland donde estuvieron secuestradas tres jóvenes mujeres durante una década, compareció ayer ante un tribunal de Ohio tres días después del rescate de las víctimas que conmocionó a Estados Unidos. El ex conductor de un micro escolar fue acusado de cuatro casos de secuestro y tres de violación y no se pronunció durante la audiencia en la que el tribunal le dictó una fianza de ocho millones de dólares. Junto al principal imputado estuvieron también sus dos hermanos, aunque ambos quedaron en libertad. El fiscal anunció que pedirá la pena de muerte para el acusado.
Durante toda la audiencia, Castro, de 52 años, permaneció de pie y esposado, mirando al suelo y sólo se dirigió en voz baja a su abogada, mientras el tribunal dictó una fianza de dos millones de dólares por cada uno de los cuatro casos, por lo que permanecerá detenido. El estadounidense de origen puertorriqueño se presentó ante la corte con la defensora de oficio Kathleen DeMetz, quien dijo que su defendido había sido “acusado de secuestro y violación en un caso, de secuestro y violación en el segundo, de secuestro y violación en el tercero y de secuestro en el cuarto”. Los primeros tres casos son los de Michelle Knight, de 32 años; Amanda Berry, de 27, y Gina DeJesus, de 23, mientras que el cuarto corresponde al de la hija de Berry, de 6 años.
Con respecto a la fianza, la defensora sostuvo que “el señor Castro tiene 52 años. Ha vivido en la zona por 39 años. Recibe compensación por desempleo y hasta donde yo sé, no tiene condenas por delitos graves”. También agregó que Castro tenía riesgo de suicidio y que debía ser colocado bajo vigilancia especial una vez que se encuentre en la cárcel del condado.
Por su parte, el fiscal del condado Brian Murphy explicó que los cargos contra Castro “se basan en decisiones premeditadas para secuestrar a tres jóvenes mujeres de las calles de South Side de Cleveland”. A su vez, Murphy detalló que “dos de las víctimas sufrieron una horrenda experiencia durante más de una década, una tercera por casi una década, y la dura experiencia resultó en una niña pequeña que se cree nació durante el cautiverio de una de las mujeres”. Y agregó que “junto con el cautiverio, hubo repetidas golpizas. Fueron atadas e impedidas y abusadas sexualmente, básicamente sin ser nunca libres de dejar esta residencia”.
El escrito de la acusación indica que Castro retuvo a las jóvenes durante unos diez años y en ese tiempo las dejó salir de la casa solamente en dos ocasiones y por unos minutos, pero únicamente al garaje.
El secuestro concluyó el pasado lunes, cuando Berry consiguió pedir auxilio y uno de los vecinos, Charles Ramsey, que comía en un restaurante cercano, al escuchar sus gritos la ayudó a romper la puerta de la casa desde la que la joven pedía ayuda.
Aunque la investigación del caso no está cerrada, los expertos no creen que haya más víctimas, a la vez que estudian con qué frecuencia estuvieron embarazadas las mujeres y por qué se produjeron los supuestos abortos.
La jueza de la corte municipal Lauren Moore fijó los términos de la fianza e instruyó para que Castro no tenga contacto alguno con sus presuntas víctimas.
Junto a Ariel Castro comparecieron los dos hermanos del acusado, Pedro, de 54 años, y Onil, de 50, por cargos no relacionados con las acusaciones formuladas contra el primero. Los dos hermanos fueron detenidos el lunes junto a Ariel pero el miércoles, el fiscal del caso advirtió que no presentaría cargos contra ellos al considerar que no estaban relacionados con el secuestro de las jóvenes. Pedro y Onil tenían pendientes acusaciones por dos delitos menores relacionados con el consumo de alcohol y drogas en público y fueron puestos en libertad por la jueza.
En cuanto a las mujeres que estuvieron cautivas, Amanda Berry y Gina DeJesus se reencontraron el miércoles con sus familias, mientras que Michelle Knight permanecía todavía hospitalizada en Cleveland.
Según reveló la televisión estadounidense, una hija de Castro, Arlene, era la “mejor amiga” de una de las víctimas, DeJesus, cuya familia mantuvo todos estos años otros contactos con el ahora acusado. La propia Arlene apareció una década atrás en un ciclo estadounidense sobre personas desaparecidas, American Most Wanted, porque fue la última en ver a Gina DeJesus el día de su desaparición. El tío de DeJesus, por su parte, tocó en varias bandas con Castro y llegó a visitarlo en su casa.
Otro hijo del acusado, Anthony, dijo que se mudó de la casa de su padre hace mucho tiempo y que tenía poco contacto con él: “Había lugares en la casa a los que nunca podíamos ir: había cerrojos en el sótano, en el ático, en el garaje”, declaró.
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