La madre y los hermanos de Ariel Castro, sospechado de haber secuestrado y violado a tres mujeres en su casa de Cleveland, Estados Unidos, aseguraron sentirse “perseguidos y atormentados” por su relación familiar con el acusado y volvieron a negar tener conocimiento de sus actividades. En tanto, el abogado de las víctimas Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight dijo que las jóvenes no darán declaraciones, por lo menos hasta que finalice el proceso judicial.

“Si yo hubiera sabido que mi hermano estaba haciendo algo así, lo habría denunciado, aunque fuera mi hermano”, confesó al canal CNN Pedro Castro, de 54 años, hermano de Ariel, el acusado de los secuestros.

Pedro y su hermano menor, Onil, de 50 años, fueron arrestados junto con Ariel Castro, el pasado lunes, después de que un vecino rescatara a tres mujeres y una nena de seis años nacida en cautiverio, de la casa de Ariel en Cleveland, Ohio.

A pesar de esto, tanto Pedro como Onil fueron liberados más tarde, ya que la policía no encontró evidencias de que participaron de los ilícitos.

Al respecto, ambos declararon que temen ser estigmatizados por haber estado detenidos. “Va a ser algo que me persiga, ya que la gente va a pensar: claro Pedro tuvo algo que ver con esto. Y Pedro no tuvo nada que ver con esto”, dijo el hermano de Ariel, hablando de él en tercera persona. Su hermano Onil agregó: “La gente que me conoce sabe que Onil Castro no es esa persona y no tiene nada que ver con esto. Yo nunca hubiera pensado en hacer una cosa de este tipo”.

Los dos familiares del acusado, y su madre de 71 años, contaron que la gente tira piedras contra sus casas y que reciben amenazas de muerte vía Internet.

“Tengo un hijo enfermo que ha cometido algo bien grave, estoy sufriendo mucho, pido perdón a aquellas madres. Que las chicas me perdonen”, dijo, por su parte, la madre del acusado, Lilian Rodríguez, abordada por periodistas.

Por su parte, el abogado de las víctimas informó que dos de las tres mujeres están muy felices por haberse reencontrado con sus familiares, pero que por el momento no hablarán con la prensa.

Amanda Berry, de 27 años, y Gina DeJesus, de 23, expresaron su felicidad por haberse reunido con sus seres queridos, en un escueto comunicado que fue leído por su abogado James Wooley, a la prensa. Mientras que Michelle Knight, de 32 años, por el momento no lo hizo.

“Yo le quiero agradecer a cada uno de ustedes por lo que hizo y por lo que continúan haciendo”, afirmó Berry, según el comunicado. DeJesus, por su parte, expresó que “necesita tiempo para estar con su familia”, mientras que Knight informó que gozaba de buena salud y que se sentía “feliz y segura”, y agregó que se reuniría con su familia y sus amigos, y aquellos que la apoyaron, en su debido momento.

Además el abogado agregó que las tres mujeres no darán ninguna entrevista “hasta nuevo aviso”, pese a las numerosas peticiones que habían recibido.

Diferente a sus compañeras de secuestro, Knight todavía no se ha encontrado con su familia. La joven había tenido una vida difícil ya antes del secuestro porque en la secundaria fue violada por uno de sus compañeros de clase y, fruto de la agresión, quedó embarazada y tuvo que abandonar sus estudios. Además, había sido maltratada por la pareja de su madre, quien había estado en la cárcel por protagonizar episodios violentos.

“Ella fue golpeada con tanta fuerza por Castro que deberá ser sometida a una operación de reconstrucción de la cara y perdió la audición de uno de sus oídos”, contó su abuela Deborah Knight. Según el relato de Michelle a los policías, habría quedado embarazada al menos cinco veces durante su cautiverio, pero el victimario la habría golpeado cada vez hasta hacerla abortar. En el hospital, ella se negó a recibir visitas, entre ellas las de su madre, que viajó desde Florida. Actualmente no se sabe la ubicación de Michelle, aunque algunos medios afirmaron que la familia de DeJesus quería adoptarla.

El pasado jueves, las autoridades acusaron a Castro por el secuestro de cuatro personas (incluida la hija que tuvo con Amanda Berry en cautiverio) y la repetida violación de las tres mujeres. Por estos cargos, los fiscales que llevan el caso podrían pedir la pena de muerte.