SOCIEDAD › LO JUZGAN POR ULTRAJE A UNA PACIENTE DE 7 AñOS Y MEDIO
En Neuquén, empezó ayer el juicio por “abuso sexual gravemente ultrajante” contra un odontólogo de un barrio popular. Una nena a la que atendía contó los abusos a una amiga y ésta a su madre. Con la difusión del caso, otras pacientes se presentaron a testimoniar.
› Por Mariana Carbajal
Un odontólogo de la ciudad de Neuquén comenzó ayer a ser juzgado por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante” cometido presuntamente contra una de sus pacientes, una niña de 7 años y medio, a lo largo de más de un año, mientras le realizaba un tratamiento de ortodoncia. El dentista acusado se llama David Narváez. Tiene su consultorio en un barrio popular de la capital provincial, donde atiende a los grupos familiares que no tienen obra social, por cuotas mensuales relativamente bajas. Mañana está previsto que declare una joven de 20 años que también contó que fue víctima del mismo odontólogo en el mismo consultorio, una década atrás, pero que nunca llegó a denunciar el hecho y a partir de este caso se acercó a la Justicia para dar su testimonio.
“Ella nos decía que no quería ir al dentista. Pero yo la llevaba igual. Como yo también le tengo miedo al torno y a las agujas, pensé que era eso. Y además la atendía gratis. Uno cuida a los hijos de las personas que no conoce. ¿Cómo iba a esperar algo así de un profesional? Fue muy shockeante cuando nos enteramos”, recordó compungida Graciela Marín, la mamá de la niña. “A nosotros no nos contaba nada porque le daba vergüenza”, se lamentó. La mamá, el papá y los tres hermanos de la nena se atendían hacía años con el odontólogo. La familia se enteró del abuso, presuntamente cometido en 2010, en noviembre de 2011, porque la nena dijo algo a una amiga del barrio y ella se lo comentó a su mamá, quien a su vez habló con la madre de la víctima. Inmediatamente se hizo la denuncia.
Según declaró ayer la mamá de la niña, en la primera audiencia del juicio oral y público, Narváez les ofreció hacerle gratis el tratamiento de la pequeña, bajo la condición de que le permitieran presentar el caso como material de campo para un doctorado. “La nena tiene que entrar sola al consultorio, ganar confianza. Usted espérela afuera, en la sala de espera”, les decía el odontólogo, cada semana, cuando la llevaban a atenderse. La niña está bajo tratamiento psicológico. “Nos han dicho que va a ser largo”, dijo la mamá.
La instrucción del caso estuvo a cargo de la fiscal de Neuquén Sandra González Taboada. “Esperamos justicia, que no quede libre ni impune. Estas personas vuelven a hacer lo mismo”, dijo ayer Graciela Marín, mamá de la niña, a Página/12. El papá de la niña es herrero. El odontólogo atiende hace unos quince años en el mismo lugar, en el barrio Progreso, en la zona oeste de la ciudad de Neuquén.
El juicio oral y público lo lleva adelante la Cámara Criminal Primera de Neuquén, integrada por los jueces Mario Rodríguez Gómez, Andrés Repetto y Alfredo Elosu Larumbe. El fiscal del juicio es Velazco Copello. Interviene además como querellante en representación de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, la defensora Silvia Acevedo. Uno de los abogados de Narváez es Martín Segovia, quien fue representante legal del ex gobernador Jorge Sobisch en una causa de corrupción.
Ayer declararon la mamá de la niña, la perito forense que la escuchó en la Cámara Gesell y la madre de la amiga a quien la nena le contó sobre los abusos. Marín contó, entre otras cosas, que Narváez le indicaba llevar a la nena una vez por semana al consultorio para el tratamiento de ortodoncia. Afuera, en la calle, la colectiva feminista La Revuelta, que viene acompañando a la familia de la víctima, realizó una instalación con “mil muñecas combativas” para denunciar el abuso sexual infantil. Un año atrás, el 25 de abril, la organización realizó un escrache frente al consultorio del odontólogo acusado. A partir de esa acción, se contactó con un diario digital que cubrió la movida una mujer de 20 años que relató que unos 11 o 12 años atrás, ella también había sido víctima del mismo dentista, en el mismo consultorio. Desde el diario la pusieron en contacto con La Revuelta. “La joven declaró en la Justicia como testigo y a partir de su relato se realizó un allanamiento al consultorio de Narváez, donde se secuestró una ficha médica donde figuraban sus datos como paciente”, contó ayer a este diario Ruth Zurbriggen, de La Revuelta. La joven declarará mañana en el juicio. “Nos contó que tenía unos 9 o 10 años. Y que cuando sufrió el abuso se lo contó a sus papás. Los padres lo fueron a increpar al dentista y ella dejó de ir. Pero no hicieron la denuncia penal porque el papá pensó que como era obrero de la construcción no le iban a creer frente a la palabra de un profesional”, señaló Zurbriggen. La ONG le hizo otros escraches al odontólogo en el consultorio y también en el club donde juega al tenis. “A partir de la difusión del caso, han aparecido al menos otras dos víctimas del mismo dentista”, destacó Zurbriggen, quien a su vez puso énfasis en la importancia de que el tribunal crea en la palabra de la niña, para probar un delito en el que no suele haber testigos, como es el abuso sexual infantil.
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