Trabajadores de los Talleres Protegidos del hospital Borda nucleados en ATE lanzaron una campaña de recolección de fondos para reconstruir el edificio en el que, hasta julio del año pasado, funcionó el taller Nº19 y que fue demolido el 26 de abril por el gobierno porteño.

“Vamos a hacer un taller igual al que se demolió. Era un taller antiguo, un monumento histórico el que tiraron abajo, por lo tanto vamos a intentar reconstruirlo con las mismas características que tenía”, explicó Ernesto Balbiano, secretario adjunto de la Comisión Interna de ATE Talleres Protegidos. El diseño de los planos estará a cargo del ex decano de la Facultad de Arquitectura y miembro de Carta Abierta, Jaime Sorín, quien adelantó que realizará la tarea “como colaboración”. “Todavía no tenemos plazos establecidos, recién vi cómo quedó el terreno. Me voy a poner a trabajar con la gente del taller e iremos ajustándonos a sus necesidades, porque son ellos los que lo van a usar”, explicó.

Para financiar el proyecto, la comisión interna tiene previsto realizar distintas actividades a beneficio y la apertura de una cuenta para recibir donaciones en el Banco Nación. Ricardo Talavera, secretario gremial de la Comisión Interna de ATE Talleres Protegidos, señaló que “el 2 de junio se hace una actuación a beneficio en el Teatro Fray Mocho, para empezar a juntar los fondos”.

Los dirigentes gremiales se mostraron confiados en el éxito de la convocatoria, porque “hemos recibido la solidaridad de un montón de gente, inclusive de distintos sectores sociales y políticos que están dispuestos a brindar una colaboración”. A la vez, los delegados de la comisión interna están recolectando firmas para que la Legislatura ordene la reconstrucción del taller y la cancelación del proyecto para construir allí un centro cívico. De todos modos, los delegados de ATE admitieron que “será difícil” que el Gobierno de la Ciudad devuelva administrativamente allí el taller. “Posiblemente tengamos que hacer un emprendimiento productivo con los pacientes. Pero siempre vamos por la de máxima, que es que vuelvan los compañeros y los pacientes a trabajar ahí”, explicó Balbiano.

El taller protegido cuenta con tres secciones: herrería, carpintería y pintura. “Ahí se hacían muebles para los hospitales de la Ciudad, los fabricaban los pacientes junto con nosotros, que nos vinculamos con ellos a través del trabajo, para que vayan recuperando sus habilidades”, contó Balbiano.