SOCIEDAD
› POCAS PISTAS EN EL CASO DEL SECUESTRO DE ASTRADA
La comunicación más esperada
“Tal vez los secuestradores le manden un mail al presidente de River o a un amigo de la familia, no sabemos; estamos esperando”, dijo a este diario una fuente de la investigación del secuestro de Rubén Astrada, y su frase reunía los tres ejes que ayer definían el estado del caso: la espera de una comunicación de los secuestradores; la probabilidad de que procuren llegar a la familia Astrada por un canal alternativo; y, también, el “no sabemos”, el hermetismo concertado por todas las fuentes. El clima entre los investigadores, en las primeras horas de la noche de ayer, era de cierta inquietud: “El hecho mismo de que sigan pasando los días –ya hace cuatro desde que se produjo el secuestro– indica que las cosas están peor”, señaló uno de ellos.
“No hay ninguna información”, empezó diciendo la fuente y rectificó: “No hay nada que pueda decirle”. Y, ante el interés de Página/12 por esa nada que no podía ser dicha, retrocedió: “Sería mentira decir que no hay nada porque estamos haciendo muchas cosas, pero hablar no sería nada prudente”. Las líneas de investigación que trascendieron son dos. Por una parte, el peritaje de los autos utilizados por los secuestradores y las declaraciones del propietario de uno de los vehículos, que había sido robado a cara descubierta para ser empleado en el secuestro. Ayer, las fuentes subrayaban que los vehículos fueron tres (y no cinco, como se había afirmado anteriormente): un Volkswagen Polo verde, un Volkswagen Golf violeta y un Renault, todos los cuales aparecieron en la zona norte del Conurbano bonaerense. Por otra parte, continuaban los exámenes sobre los videos que registran los autos en los puestos de peaje de las autopistas de la zona norte.
Las fuentes insistieron en desmentir versiones difundidas por algunos medios de comunicación: “La supuesta información de que para el secuestro se habrían sumado tres bandas distintas no tiene ningún fundamento; es tan falsa como la que lo adjudicó a la denominada ‘Banda de los Enanos’”. En cuanto a una posible relación entre los captores de Astrada y los que en su momento secuestraron al hermano de Víctor Zapata –jugador de River, como Leonardo Astrada, hijo de Rubén–, no hubo una desmentida similar: “También su modalidad es idéntica a la de los que secuestraron al hermano de (el jugador de Boca) Román Riquelme, pero, al fin y al cabo, es igual a la de muchos otros secuestros”, comentó la fuente.
En todo caso, anoche el clima entre los investigadores no era el más optimista: “El hecho mismo de que sigan pasando los días indica que las cosas están peor, no mejor”. De todos modos, “estamos preparados, esperando una comunicación” de los secuestradores, lo cual no equivale a un llamado telefónico a la familia: “No son tontos, saben que teléfonos los teléfonos ‘tomados’ y hay mil formas de comunicarse: desde un mail o una carta al presidente de River hasta el llamado telefónico a un amigo de la familia; puede venir de cualquier forma”.
En sintonía con el resto de los investigadores, Juan Pablo Cafiero, ministro de Seguridad bonaerense, manifestó que “no hay nada que se pueda dar a conocer”, ya que “la persona sigue en cautiverio y, hasta que no se libere, no hacemos ningún tipo de declaración”. El funcionario pidió “entender a la familia del secuestrado, que está pasando días de angustia, y no llenarla de información de cualquier lado”.
Rubén Astrada, de 61 años, fue secuestrado el jueves, a cinco cuadras de su casa en Boulogne, cuando iba en su Ford Focus blanco hacia su trabajo.