SOCIEDAD › CONDENA A UN HOMBRE EN JUNíN POR EL HOMICIDIO DE SU NOVIA
La chica, de 22 años, le pidió a su pareja, de 38, que dejara de vender droga. Como respuesta, recibió un balazo. Un tribunal lo condenó por “homicidio agravado”. Si el crimen hubiese ocurrido después de sancionada la ley de femicidio, la condena hubiese sido a perpetua.
Un hombre fue condenado a 15 años de prisión como autor del crimen de su novia, una estudiante de maestra jardinera que le pedía que dejara de vender droga y que en 2011 fue asesinada de un balazo en la cabeza, en la ciudad bonaerense de Junín. Héctor Reyep, de 38 años, fue acusado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Junín por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” en perjuicio de Bárbara Zárate, de 22.
Si el crimen lo hubiese cometido después de diciembre de 2012, cuando entró en vigencia la ley de femicidio, Reyep estaría condenado a la pena de prisión perpetua.
“No estamos conformes con la pena que le dieron. Ahora espero que lo condenen en la causa que tiene por venta de drogas”, dijo Sandra Zárate, madre de la víctima, constituida como particular damnificada.
La fiscal Isabel Noemí Carniel había pedido en su alegato que el imputado fuera condenado por los jueces Miguel Angel Vilaseca, Karina Piegari y Esteban Melilli a 22 años de prisión. En tanto, el abogado querellante, Fernando Topa, solicitó 25 años de cárcel para Reyep, mientras que el defensor, Eduardo Aguilar, requirió que le fijaran una pena de seis meses por “homicidio culposo”, ya que consideró que el acusado disparó accidentalmente.
En ese sentido, Reyep dijo en sus “últimas palabras” que no podía expresar “el dolor” que le generó lo ocurrido y sostuvo que él está dispuesto a asumir su responsabilidad en el hecho, pero “no como un asesino”, explicó su abogado.
Sin embargo, Sandra afirmó que “las disculpas fueron sin sentido”, porque “una semana antes del homicidio” le dijo que iba a traerle la cabeza de su hija en una “caja”. “Técnicamente estoy satisfecho porque pudimos demostrar que tuvo intención de matarla, aunque la familia nunca va a estar conforme porque le arrancaron un pedazo de su vida”, afirmó el abogado Topa.
Durante la audiencia declararon varios testigos, entre ellos familiares y allegados a la víctima y al imputado, como la madre, una hermana y una prima de Zárate y la ex pareja de Reyep. También testificaron los peritos que sostuvieron que el disparo que mató a la joven fue efectuado a una distancia de entre 80 centímetros y 1,5 metro, de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba. “Se burló en todo momento de nosotros, para él (Reyep) mató una mosca”, indicó María Isabel Torres, tía de Bárbara.
El hecho ventilado en el debate ocurrió a las 6.30 del 8 de septiembre de 2011, en un departamento interno, ubicado en la calle Mariano Moreno 340 de Junín, donde la víctima y el acusado, apodado Peliculón y Loco, convivían desde hacía tres meses.
Allí se originó una discusión que terminó cuando Bárbara, oriunda de la localidad de Vedia, recibió un disparo en la cabeza efectuado con un revólver calibre .22. La vecina que escuchó la pelea y la posterior detonación observó a Reyep escapar a bordo de su auto Renault Megane gris.
Ante esa situación, la mujer llamó al 911, por lo que el personal de la comisaría 1ª de Junín llegó a la escena del crimen y constató que la joven se encontraba muerta. Los pesquisas secuestraron en la vivienda varios proyectiles calibre .22, pero nunca encontraron el arma homicida, por lo que creen que el imputado pudo haberla descartado en la huida.
Sobre la base de los primeros elementos reunidos en la causa, efectivos de la Departamental de Investigaciones (DDI) de Junín detuvieron al acusado la misma tarde del crimen, en una casaquinta ubicada en las afueras de la ciudad. La investigación por el crimen de Bárbara derivó en otra causa por “comercialización de estupefacientes agravada por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerla” y en la que el imputado fue procesado y enviado a juicio oral.
En ese sentido, según Topa, el móvil de homicidio fue que “Bárbara había tratado de convencer al acusado de que dejara de vender droga y, al no lograrlo, intentó finalizar la relación”. Al momento de ser asesinada, Bárbara estudiaba para maestra jardinera, vendía productos de cosméticos y tenía cuatro hermanas más, una de ellas gemela.
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