El debate sobre el uso terapéutico de la marihuana llegó a la Argentina. La diputada Irma Parentella (ARI) presentó ayer un proyecto de ley para habilitar el uso médico de la cannabis en la investigación clínica para el control de síntomas en pacientes que padecen cáncer y VIH. La iniciativa pretende que se permita la experimentación y la investigación sobre las diferentes variedades de la marihuana y su prescripción cuando los profesionales consideren que su uso tendrá ventajas respecto a otras drogas disponibles. “Existen estudios que avalan la eficacia del uso de esta droga para aliviar el dolor de los enfermos y además recibimos la inquietud de muchos médicos que trabajan en hospitales del país en el área de cuidados paliativos”, explicó Parentella a Página/12.
Hasta ahora, sólo Canadá y Portugal permiten el uso terapéutico de la marihuana, en tanto que los Estados Unidos lo habilitan con autorización judicial mediante. Aunque en varios países su uso también se extiende al tratamiento de la esclerosis múltiple, el proyecto presentado ayer en el Congreso Nacional se limita al uso en los enfermos de cáncer y VIH.
El principal objetivo es que pueda prescribirse tanto en su forma natural como en compuestos sintéticos para aliviar dolores y reducir las náuseas y vómitos en los pacientes que se tratan con quimioterapia y contrarrestar la pérdida del apetito, efecto habitual en los enfermos de VIH tratados con drogas antirretrovirales.
“La respuesta anticipada a los posibles cuestionamientos de este proyecto es: ¿qué necesidad hay de que una persona sufra cuando existe la posibilidad de aliviarle ese dolor?”, remarcó ayer Parentella, con la certeza de que su propuesta generará resistencia. Además de los “argumentos prejuiciosos”, la diputada señaló que “uno de los cuestionamientos más probables será a las posibilidades de que esta droga genere adicción en sus usuarios, argumentación que se rebate comparando la proporción de adicción a la marihuana, que es menor a la del tabaco e igual a la de los psicofármacos legales”.
El proyecto tiene como principal impulso “la opinión de profesionales del área de cuidados paliativos de hospitales que apoyan el levantamiento de la restricción que hoy existe para poder experimentar e investigar”, explicó la diputada. Al respecto, el coordinador de Cuidados Paliativos del Hospital Bonorino Udaondo, Gustavo De Simone, opinó que “en principio es una línea de investigación que está justificada. No puede haber objeciones a una iniciativa así mientras sea dentro de las normas éticas y científicas porque existen evidencias de su utilidad”.