SOCIEDAD › EL ABOGADO DIJO QUE HUBO “DOS ACTORES” EN EL CRIMEN DE ANGELES Y QUE EL PORTERO ES UNO DE ELLOS
Miguel Angel Pierri aseguró que en el homicidio de la adolescente actuaron “un atacante y un encubridor” y sostuvo que no sabe cuál de los papeles desempeñó Jorge Mangeri. La nueva versión llega después de que se encontrara ADN del encargado en una uña de la chica.
› Por Emilio Ruchansky
Pasadas las 18, cuando terminaron de salir amigos y familiares de los detenidos del penal de Ezeiza, los movileros de televisión supieron que Miguel Angel Pierri, el abogado de Jorge Mangeri, no fue a visitar al único imputado por el asesinato de Angeles Rawson. Por la mañana, este defensor dijo que iría a verlo para decirle “con la causa en la mano, porque acá dice esto y él dice otra cosa”. Tampoco fue Marcelo Biondi, su colaborador. Ambos se llamaron a silencio mediático, pero antes sembraron más dudas. “Para nosotros hay dos actores, eso significa que tenemos un atacante y un encubridor, no sé quién es quién”, dijo Pierri. Luego relacionó esta hipótesis con dos allanamientos hechos en las primeras horas de ayer en obras en construcción cercanas a la casa de Angeles, tras el testimonio de un taxista que habría llevado al acusado el día del crimen.
La visita de los defensores a Mangeri tenía un motivo claro: repreguntarle si tuvo participación en el crimen, luego de que el lunes pasado se divulgara el resultado positivo de un cotejo de ADN entre el imputado y el resto de material genético hallado bajo una uña de Angeles. Pierri sostuvo, en la entrevista que dio a varios medios televisivos, que creía que el encargado estaba encubriendo a otra persona. Es decir, no negó la participación en el hecho, simplemente intentó ubicarlo en otro papel, más beneficioso en la escala penal.
Pierri se deshizo en elogios al juez Javier Ríos, por realizar un allanamiento a última hora del lunes en dos obras en construcción sobre la calle Soler al 5500, entre Fitz Roy y Humboldt. “Es un juez de campo, de acción, un juez respetuoso”, dijo. El último adjetivo lo atribuyó al hecho de que fue llamado desde el juzgado para asistir a la declaración del taxista que juró haber llevado desde ese lugar del barrio de Palermo hasta la casa del portero, a sólo cinco cuadras. Pierri concluyó que la fiscal Paula Asaro buscaba en esas obras una posible escena previa al asesinato. “Ojalá que encontremos la escena del crimen, porque tengo muchas esperanzas en esa escena del crimen porque eso nos va a abrir la segunda participación y nos va a demostrar muchas cosas”, agregó este abogado, que reconoció que en su estudio trabajan tratando de cubrir “todas las hipótesis”. Pierri no explicó por qué cree que “falta otro jugador” en el caso, habló de su experiencia y comentó sobre el expediente: “Me pasan muchas cosas por la cabeza en base a lo que leí anoche, me pasan cosas que me convienen y cosas no me convienen”, deslizó.
Marcelo Biondi, según comentó Pierri, estuvo reunido el lunes pasado por la noche con Asaro, quien le contó por qué creía que había un solo actor en el hecho. “La fiscal sostiene que Mangeri es responsable y tiene cerrado el caso. Yo no. Creo que falta mover piezas”, dijo. Los investigadores afirmaron que el único acusado bien pudo secuestrar, golpear y maniatar a la víctima solo, antes de tirarla envuelta en bolsas en un contenedor de basura. Las motivaciones sexuales no están descartadas, aunque sí el abuso sexual consumado. Pierri desechó ayer ambas situaciones.
Cuando le preguntaron si su defendido iba a declarar, el abogado recordó que asumió como defensor recién el lunes pasado, vio esa tarde la causa y terminó de “puntearla” ayer de madrugada. Además, señaló que el juez debe resolver la situación procesal de Mangeri el próximo 2 de julio. “Es muy poco tiempo el que tenemos para hablar de una declaración”, afirmó. Hasta ahora, el encargado se negó a declarar como imputado el mismo día de su detención y luego pidió entrevistarse con el juez, pero se arrepintió tras hablar con su defensor oficial, Carlos Garay.
La estrategia de la defensa, el lunes pasado, pasaba por negar la autoincriminación, hecha momentos antes de su detención ante la fiscal y uno de sus secretarios. Esos dichos, aseguraron entonces Biondi y Pierri, eran fruto de un “apriete” sufrido por el acusado. Luego afirmaron que al visitarlo dos veces en el penal de Ezeiza, Mangeri se había desvinculado del crimen y decía ser inocente, otro motivo para la visita no concretada de ayer. La prueba de ADN obligó a reformular la defensa, orientada a probar los supuestos apremios ilegales.
“Mangeri ya está complicado porque hay una fiscal que direccionó la plena acusación que se le puede dirigir a un hombre en el Código Penal, que es el homicidio”, dijo Pierri ayer. En la fiscalía aguardaban aún algunos estudios complementarios sobre las heridas presentes en el cuerpo del acusado y otros vinculados con cruces telefónicos y ubicación del celular de Mangeri el día del crimen. Mangeri, en tanto, pasó otro día en la cárcel, al parecer sin visitas, mientras su abogado insistía, temprano: “Yo estoy acá para defender incondicionalmente a mi cliente y buscar su mejor juicio si es necesario”.
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