Un hombre de 59 años murió ayer a la madrugada cuando era trasladado en forma particular al Hospital Santojanni desde la Villa 15, porque el SAME nunca llegó al lugar para asistirlo. Como consecuencia de lo sucedido, hubo incidentes entre los vecinos del asentamiento de Villa Lugano y el personal policial. No es la primera vez que la muerte tiene cara de discriminación: el caso de Humberto “Sapito” Ruiz ocurrió con las mismas características en la Villa 31 de Retiro, caso por el cual hoy dos médicas del SAME están procesadas, camino al juicio oral.

El hecho ocurrió ayer a la madrugada en la manzana 6, casa 31 de la Villa 15, en Villa Lugano, donde uniformados de la comisaría 48ª de la Policía Federal llegaron tras recibir el alerta por una serie de incidentes. En el lugar hallaron a un hombre identificado como Juan Mercado Camargo, de 59 años, tendido en el suelo, inconsciente, y junto a él su esposa, quien presentaba una lesión en el rostro.

Tanto la mujer como los vecinos se quejaron por la demora de la ambulancia del SAME, que nunca se presentó, por lo que la víctima fue finalmente trasladada de manera particular al Hospital Santojanni, donde llegó muerta. De acuerdo con los médicos, el hombre no presentaba heridas de arma de fuego ni de arma blanca, por lo que creen que murió por los golpes. Según fuentes policiales, la principal hipótesis apunta a que Mercado Camargo fue atacado por varios hombres.

En el asentamiento, los policías fueron agredidos por vecinos enardecidos, y dos de ellos resultaron lesionados, por lo que también fueron derivados al Santojanni, donde recibieron el alta.

Este caso, semejante a otros publicados o no en los medios, tienen como denominador común que la marginación se manifiesta en la pérdida de posibilidades de recibir atención médica durante una emergencia. En muchas ocasiones, las ambulancias no entran a las villas, argumentando temor a sufrir robos y violencia.

El caso de Humberto “Sapito” Ruiz fue un caso paradigmático y –al mismo tiempo– único, ya que su muerte derivó en el juicio a las dos médicas que se negaron a entrar a la villa. Sapito Ruiz falleció el 5 de abril de 2011, a las 10 de la mañana, después de sufrir convulsiones epilépticas durante la madrugada y la mañana de aquel día. Tal como describió este diario –único medio que relató la marginación desde el lugar mismo de la discriminación–, desde antes de las 7 de la mañana, Patricia Ruiz, su cuñada, intentó que las médicas del SAME ingresaran a la casa 24, de la manzana 22, de la Villa 31 de Retiro, a escasos 200 metros del exterior de la villa. Se negaron pese a que un policía se encontraba en el lugar para hacerles de custodia y los familiares y amigos se ofrecían a escoltarlas.

La investigación del caso derivó en el pedido de elevación a juicio, en noviembre de 2011, contra las médicas del SAME, Eva Celia Rodríguez y Marcela Susana Tela, presentado tanto por el equipo A de la Unidad Fiscal Este de la Ciudad, a cargo de Daniela Dupuy, como por los familiares de Sapito Ruiz. El pedido recayó en el Juzgado Contravencional y de Faltas Nº 9, a cargo de la jueza María Laura Martínez Vega.

La investigación fue contundente: entre la fiscalía y la querella presentaron unos 30 testigos: familiares de Sapito Ruiz, cuatro uniformados de la comisaría 46ª, que es la que ofreció acompañar a las médicas hasta la casa 24, los operadores telefónicos del SAME y los choferes de ambas ambulancias. También aportaron médicos y operadores del Hospital Fernández, de donde fueron derivadas las ambulancias, y los profesionales que seguían la historia clínica de la víctima. Una de las pruebas más contundentes fue un tramo de la comunicación radiofónica entre uno de los choferes de las ambulancias y el operador: “(...) no me voy a quedar más porque en cualquier momento van a venir todos los negros y van a armar un bardo terrible”. El 4 de julio pasado, la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas rechazó en un fallo unánime el recurso de inconstitucionalidad planteado por las médicas, con lo cual es inminente el comienzo del juicio oral.

El 3 de marzo de 2012, un joven identificado como Gustavo Maldonado murió a causa de una descarga eléctrica en la Villa 31 al no recibir atención médica, ya que la ambulancia del SAME que acudió al lugar tardó 45 minutos en llegar y arribó cuando ya había fallecido.