Mié 24.07.2013

SOCIEDAD  › MACRI INAUGURA HOY EL METROBúS, QUE EMPIEZA A FUNCIONAR PARA EL PúBLICO A LAS 14

Donde había árboles, colectivos

Para los críticos, se trata sólo de un costoso sistema de carriles exclusivos. Para el gobierno porteño, bajaría a la mitad el tiempo de recorrido de la avenida. Se pone en marcha por las elecciones: la obra aún no está terminada.

› Por Eduardo Videla

La de ayer fue la noche más larga para los obreros que construyen el metrobús (MTB) 9 de Julio, que se pondrá en marcha hoy a las 14, pese a que la obra no está terminada. Por la nueva traza circularán 11 líneas de colectivos, aunque sólo dos lo harán de punta a punta. El plan original contemplaba cinco estaciones, que terminaron siendo 17. Así, el centro de la avenida más ancha del mundo, donde antes había vistosos jacarandás y palos borrachos, ahora luce techada casi de punta a punta: solo en el área de Protección Histórica de la Avenida de Mayo, en el Obelisco y el edificio de Obras Públicas no habrá estaciones. Ese trayecto de tres kilómetros, prometen en el gobierno porteño, será recorrido en 14 minutos, menos de la mitad de lo que requiere hoy. Las mayores dificultades se presentarán en la entrada y la salida de los carriles: el problema recién se resolvería cuando se construya un túnel bajo los terraplenes de la autopista 25 de Mayo, una obra que ya está en proceso de licitación.

El sol había caído sobre la Ciudad pero los martillos neumáticos seguían rompiendo pavimento mientras otros operarios colocaban vidrios y carteles e instalaban semáforos. Para ver los canteros laterales de cemento que separan los carriles para colectivos de los automóviles, habrá que esperar: hasta ayer habían sido colocados la mitad de los separadores y sólo algunos de los 500 arbolitos prometidos para reemplazar los que se extrajeron.

Tanto apuro obedece a razones electorales: el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, no quiere privarse del acto de inauguración antes de las elecciones primarias (PASO). Después de casi ocho meses de trastornos en el tránsito y otras molestias, parece haber llegado el momento de poner el sistema en marcha. Es que de acuerdo con el Código Electoral, no puede haber inauguraciones de obras en los quince días previos a las elecciones. Ese plazo vence este sábado. La inauguración formal será a las 12, frente al Teatro Colón, y dos horas después empezarán a circular los colectivos.

La idea original del llamado sistema metrobús es priorizar el transporte público. Por eso, la avenida 9 de Julio, que antes tenía catorce carriles para uso de automóviles particulares, ahora tendrá solo diez (cinco por mano), mientras que los otros cuatro estarán destinados a los colectivos. Como compensación para los autos, se agregó un carril en Bernardo de Irigoyen-Carlos Pellegrini y en Lima-Cerrito, a expensas de los espacios verdes laterales, que perdieron 2,5 metros a lo largo de toda la avenida.

Para el legislador porteño Adrián Camps (PSA), más que metrobús, se trata de carriles exclusivos. “De acuerdo con la ley sancionada por la Legislatura, el metrobús implicaba licitar una nueva tecnología menos contaminante, con vehículos articulados. Pero acá se trata de poner los mismos colectivos que hoy van por otras calles en carriles exclusivos”, sostuvo Camps.

Con ese punto de vista coincidió Enrique Viale (Nueva Izquierda), uno de los autores del amparo que paralizó la obra en febrero. “Son carriles exclusivos y, para que tengan impacto visual, decidieron que debían estar por el centro, sin estudiar otras opciones menos dañinas para el paisaje”, afirmó.

Dos de los mayores cuestionamientos que recibió el proyecto de metrobús fueron el ambiental y el paisajístico. La eliminación de las plazoletas centrales y la extracción de más de 300 añosos árboles (algunos de ellos trasplantados, otros sacrificados) implicó no sólo una pérdida de espacios verdes sino una drástica modificación del paisaje de la tradicional avenida porteña. También perdió una parte de su ancho la Plaza de la República.

Otra crítica radica en que su traza coincide, en gran parte, con la de la línea C de subte, con el cual pasaría a competir. También se objeta el elevado costo de la obra, que superaría los 226 millones de pesos.

Por los cuatro carriles centrales, los colectivos circularán en sentido inverso a los autos: por la mano izquierda, como si estuviera en una ciuda británica. Es porque las estaciones están en el centro de la avenida y las puertas a la derecha de los ómnibus.

Por esos carriles circularán once líneas: el 9, el 10, el 17, el 45, el 59, el 67, el 70, el 91, el 98 el 100 y el 129. De ellos, sólo harán todo el recorrido dos líneas, el 67 y el 129. Del resto, la mayoría sale de los carriles exclusivos entre Paraguay y Marcelo T. de Alvear o entre Santa Fe y Arenales e ingresan por Santa Fe o Córdoba, según de donde provengan. El 98 hace un breve recorrido entre Belgrano y San Juan.

De las once líneas, sólo tres recorrían el eje Carlos Pellegrini-Bernardo de Irigoyen y Cerrito-Lima en su totalidad y otras tres lo harían parcialmente. El resto tiene recorrido por otras calles hasta hoy (el 9, 10, 17 y 45 van por Chacabuco-Maipú y Piedras-Esmeralda, que ahora quedan liberadas de colectivos).

Otras once líneas que no van por la 9 de Julio cambiarán su recorrido a partir de hoy. Se trata de la 5, la 6, la 24, la 26, la 53, la 75, la 98, la 115, la 152 y la 195, que circulan por calles laterales, y el 7 y el 111, que van por calles del microcentro.

Para orientar a los desconcertados pasajeros que buscan las nuevas paradas prometen la presencia de personal con material informativo. Se puede consultar en http://movilidad.buenosaires.gob.ar/metrobus/.

Para el diputado Camps, “la supuesta ganancia en el tiempo de viaje es una falacia”, ya que “no están resueltos los problemas de conectividad hacia el norte y el sur de la Ciudad: así, lo que se gana al recorrer los carriles exclusivos, se perderá en ingresar y salir de ellos”, vaticinó.

Para resolverlo, el gobierno porteño diagramó un complejo sistema de semáforos y líneas rojas pintadas sobre el pavimento para tratar de ordenar la salida sur, a la altura de Humberto I. En ese punto, los colectivos que entran a los carriles exclusivos y salen de ellos se cruzan, por lo que la circulación será ordenada por un sistema de semáforos. Según explicó a Página/12 el secretario de Transporte, Guillermo Dietrich, el nuevo sistema “no debería ocasionar congestiones en la bajada de la Autopista 9 de Julio ni en la avenida San Juan”.

En esa zona, anoche, una cuadrilla de obreros destruía con martillo neumático un separador de cemento de la nueva calle abierta para salir a Lima, por un aparente defecto de construcción. En los flamantes andenes otros empleados colocaban carteles, vidrios y barandas de hierro mientras otra cuadrilla sembraba de plantas unos canteros. El propio Dietrich, que recorría anoche la obra y supervisaba los trabajos que se hacían contra reloj, dijo que recién en agosto se terminarán de colocar los canteros laterales de cemento y de plantar los prometidos nuevos árboles de la 9 de Julio.

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