SOCIEDAD › HOMENAJE Y VIGILIA FRENTE A LA COMISARIA DE LA PLATA DONDE DESAPARECIO EL ESTUDIANTE
El 17 de agosto de 1993, Miguel Bru era torturado hasta la muerte en la 9ª de La Plata. Rosa Schonfeld, su madre, repasa las dos décadas de lucha y cuenta lo que significó ese reclamo para la sociedad. Hoy habrá un acto en La Plata. El jueves, Gieco participa en otro homenaje.
› Por Carlos Rodríguez
“No teníamos contacto con la realidad. El papá de Miguel era policía, creíamos en las instituciones. Con la desaparición de Miguel conocimos la corrupción policial y judicial, la complicidad política.” Rosa, la madre del estudiante desaparecido Miguel Bru, en diálogo con Página/12, a 20 años del hecho que cambió su vida y la de su familia, recuerda que en agosto de 1993 “el gobernador bonaerense era (Eduardo) Duhalde, quien afirmaba que teníamos ‘la mejor policía del mundo’, con (Pedro) Klodczyk a la cabeza, cuando era una policía que torturaba y asesinaba jóvenes”. Rosa Bru admite, a pesar de todo, que también descubrieron “el compromiso y la solidaridad, sobre todo de los estudiantes que eran compañeros de Miguel y que fueron los que salieron a luchar por el esclarecimiento. Sin ellos, tal vez todavía estaríamos esperando que regresara de Brasil o de los países donde nos decían que se había ido”. Hoy, desde las 19 y hasta las 2 de mañana, se hará una vigilia para recordar a Miguel Bru, frente a la sede de la comisaría novena de La Plata, donde fue torturado y asesinado.
Las marchas y reclamos permitieron saber que a Miguel lo habían llevado a la comisaría novena de La Plata. “El último registro visual de su existencia quedaría grabado en los ojos de un preso desde una celda (...) cuando su cuerpo agonizante –o ya sin vida– fue arrastrado a través de un pasillo por un grupo de policías”, tras una sesión de tortura, escribe el periodista Pablo Morosi en su libro ¿Dónde está Miguel?, publicado en estos días por Marea Editorial. Morosi, con Cristian Alarcón, escribieron las primeras notas sobre el caso en el suplemento La Plata de Página/12.
El cuerpo de Bru sigue sin aparecer, pero en 1999 los policías Walter Abrigo y Justo López fueron condenados a prisión perpetua como autores materiales del crimen. En el mismo juicio recibieron una pena de tres años el comisario Juan Domingo Ojeda y el suboficial Ramón Cerecetto. Otros tres oficiales fueron imputados por el crimen el mismo año, pero la causa fue archivada en 2004 sin producir sanciones.
En su recuerdo, Rosa Bru dice que uno de los primeros policías a los que recurrieron para que investigaran, les comentó: “Esto es muy serio, ya le dimos intervención a un juez”. El primer magistrado fue Amílcar Vara, luego acusado de corrupción y complicidad con los policías a los que debía investigar. El caso comenzó a resolverse por medio del testimonio de una mujer que dio el nombre de un detenido, Jorge “Chavo” Duarte, que había escuchado y presenciado la sesión de tortura en la que falleció Bru, en la madrugada del 17 de agosto de 1993, hasta el retiro del cuerpo 24 horas después. Para tratar de ocultar los hechos, los policías hicieron cerrar, incluso, una abertura en la celda desde donde el testigo había visto cómo sacaban a Bru. Un peritaje corroboró la existencia de esa ventana.
“Nosotros éramos ignorantes, crecimos a 140 kilómetros del lugar donde había un juez. Nos ayudaron los jóvenes, los amigos y compañeros de Miguel. Algunos de ellos eran hijos de padres desaparecidos y conocían bien las mentiras del poder. Lo lamentable es que hoy, todavía, seguimos interviniendo en denuncias contra las fuerzas del Estado por torturas y asesinatos de jóvenes”, recalca Rosa Bru. El impulso que generó el apoyo a la búsqueda de justicia por el caso llevó a la creación de la Asociación Miguel Bru, que además de brindar asesoramiento y asistencia profesional a las víctimas, tiene talleres para la enseñanza de oficios para jóvenes y personas de todas las edades.
“Hoy se hacen marchas por la inseguridad, pero se apunta hacia otro lado, porque la policía y las fuerzas de seguridad siguen teniendo la mira en los jóvenes pobres. Hace poco, una vecina vino indignada porque un chico de 9 años se estaba drogando en la calle. Se indignaba por el chico y no por el narcotraficante, al que también conocía. Todavía hay que machacar sobre la conciencia para que se entienda que hay complicidad de las fuerzas del Estado en estos temas. Lo positivo es que hoy tenemos muchos más medios para expresarnos y para denunciar”, sostiene Rosa.
Como todos los años, los amigos y familiares de Miguel Bru realizarán hoy la ya tradicional vigilia frente a la comisaría novena, en 5 y 59 de la ciudad de La Plata. Al acto asistirá la decana de la Facultad de Periodismo platense, Florencia Saintout, se instalará una radio abierta, se proyectarán videos, habrá una exposición fotográfica y música en vivo.
Los homenajes seguirán el jueves, desde las 11, en la misma facultad, donde el recuerdo de Miguel Bru es permanente porque era estudiante de periodismo. Se realizará una Jornada Contra la Violencia Policial y la Complicidad Judicial. Se presentará el documental Rosa Bru: 20 años de lucha y el cantautor León Gieco, padrino de la Asociación Bru, recibirá el Premio Rodolfo Walsh a la Comunicación Popular. Estarán presentes el juez español Baltasar Garzón, el ex fiscal Hugo Cañón y familiares de víctimas de la violencia policial.
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