SOCIEDAD › AYER SE TERMINó LA JUNTA MéDICA ORDENADA POR EL JUEZ JAVIER RíOS EN EL CASO ANGELES
Era el último paso de importancia en la causa que sigue teniendo al portero Mangeri como principal acusado. Lo que pueden confirmar los estudios. El peso de las pruebas y la debilidad de su defensa.
› Por Raúl Kollmann
La junta médica convocada por el juez Javier Ríos terminó su trabajo anoche, y según dicen, anoche mismo el decano del Cuerpo Médico Forense, Roberto Luis Godoy, entregó el texto de las conclusiones al magistrado. Tras nueve horas de reunión, dieron por terminadas su tarea. Es una de las pocas medidas de prueba, de trascendencia, que faltaba incorporar al expediente. El próximo paso de importancia se dará el jueves cuando se realice la audiencia ante la Cámara del Crimen, que entre cinco y diez días más tarde se pronunciará sobre lo investigado hasta ahora. La indagatoria del encargado, Jorge Mangeri, no aportó ninguna novedad: llama la atención que haya tardado dos meses y 14 días para decir que no había visto a Angeles aquella mañana en la que presuntamente se cometió el asesinato, algo que cualquiera hubiese dicho desde el primer día. En el expediente, por el volumen de evidencia contra Mangeri, no parece haber demasiadas dudas. Las incertidumbres aparecen más en el ruido mediático.
El juez no convocó a una junta médica porque había discrepancias entre los médicos oficiales y los de las partes. Esas discrepancias son habituales: los profesionales de las defensas tienen visiones, por lo general, que favorecen a sus defendidos, mientras que los forenses oficiales suelen tener otra mirada. Ocurre en casi todas las causas.
Esta vez, la junta médica se convocó porque no había unanimidad entre los propios médicos oficiales. Por los trascendidos, es probable que las conclusiones que salgan sean más o menos las siguientes:
- Hubo un intento de estrangulamiento.
- Angeles murió asfixiada o sofocada, no por obra de la maquinaria de la basura.
- Hay indicios de tentativa de abuso sexual.
Cualquiera de estas conclusiones agravará la situación de Mangeri, aunque de todas maneras ya está imputado por homicidio agravado por alevosía. Podría agregarse casi la pena más grave por tratarse de un homicidio criminis causa, es decir un crimen para tapar la tentativa de abuso.
Las respuestas a las preguntas del juez –que son la base de la convocatoria de la junta médica– son un elemento de importancia en el expediente, aunque Ríos ya procesó a Mangeri sobre la base de los resultados de la autopsia y los primeros estudios genéticos. Las cosas no van a dar un giro significativo.
Esta semana tomará protagonismo la Sala VI de la Cámara del Crimen, encargada de revisar lo hecho hasta ahora. Mario Filosof, Marcelo Lucini y Ricardo Pinto tienen que resolver sobre dos pedidos de nulidad, la apelación del procesamiento y a la prisión preventiva presentados por la defensa del encargado. Ya se hicieron notar el viernes cuando adelantaron que el martes, a las 12.30, harán una inspección ocular al edificio de la calle Ravignani, algo poco habitual en camaristas que deben opinar sobre lo que está escrito en el expediente.
El jueves es el momento clave: se realiza la audiencia en que estarán Filosof, Lucini y Pinto, la defensa fundamentará su postura, lo propio hará Pablo Lanusse en representación de Franklin Rawson, el padre de Angeles; y también contestará a la defensa el fiscal de Cámara, Ricardo Sáenz, que estará acompañado por los fiscales de la causa, Paula Asaro a quien ahora se agregó formalmente Fernando Fiszer. Sáenz sostuvo ayer que “con la prueba que hay hasta el momento es suficiente para confirmar la prisión preventiva. No hay margen para que Mangeri quede en libertad”.
La audiencia se hará a las 9.30 del jueves en el quinto piso del edificio de la Cámara, en la calle Viamonte, frente al Teatro Colón. El acceso al periodismo estará permitido (hasta que se ocupe una sala colateral desde la cual se ve a la sala principal). La defensa puede pedir que Mangeri esté presente, pero no podrá hablar, porque se trata de una audiencia técnica. Por ejemplo, la defensa tendrá que explicar por qué consideran que deben anularse los estudios de ADN, los problemas de custodia, por qué debe anularse la primera toma de declaración a Mangeri y aspectos más bien jurídicos. El encargado pudo hablar en la indagatoria del viernes, no en la audiencia del jueves que viene.
Por lo que se sabe, la Cámara se tomara entre cinco y diez días para resolver. Los pronósticos son malos para Mangeri: ayer el fiscal Sáenz reiteró que no hay ningún elemento para nulificar lo hecho y que no existe margen para dejar al encargado en libertad.
Los doctores Miguel Angel Pierri y Marcelo Biondi adelantaron que la declaración de Mangeri –tras dos meses y medio– haría temblar Tribunales. Estaba la expectativa de que mencionara a alguien, que hablara de que la chica se fue en un auto, que diera un número de patente, que pusiera sospechas sobre un ex novio. Nada. Se limitó a decir que no vio a la adolescente aquel 10 de junio y que toda la causa está armada, incluyendo el ADN.
La declaración hizo agua por todos lados. Además de que no vio a Angeles, Mangeri hizo eje en que fue apretado en distintas circunstancias: en la calle por supuestos policías, dentro de la fiscalía por otros dos efectivos, la propia fiscal participó de la trama y, textual, “usted plantó el ADN”, le dijo al juez, que en los tiempos de la autopsia y la extracción de sangre estaba de licencia.
Sobre el apriete en la calle, dio sucesivamente las siguientes versiones:
- Que fue el miércoles 12 de junio a la mañana cuando baldeaba la vereda del edificio de enfrente de Ravignani donde también trabajaba.
- Que no fue el miércoles, sino el jueves, también a la mañana mientras baldeaba.
Estas versiones no tenían mucho sentido porque el lugar estaba por entonces lleno de móviles de radio y televisión.
- En la indagatoria del viernes cambió entonces: fue el jueves, no a la mañana, sino a la madrugada y no fue mientras baldeaba enfrente, sino cuando iba a una clínica a hacerse ver.
- En su primera versión dijo que se trató de un Polo negro en el que iba un hombre bajito que tenía una pistola y un cuchillo Tramontina.
- El viernes dijo que eran dos hombres. Ya no hubo cuchillo, sólo la pistola.
- En la primera versión dijo que le gritaron: “Te conviene venir a declarar” (sic).
- El viernes dijo que le gritaron: “Hijo de puta, vos sabés, hacete cargo, andá a declarar, si no va a ser peor”.
Lo asombroso es que si la estrategia de defensa fue que lo apremiaron, en la indagatoria se olvidó de mencionar el principal apriete que había denunciado anteriormente: que lo subieron a un patrullero, le pegaron, lo picanearon –luego dijo que no fue picaneado sino quemado– y lo tiraron frente a la mezquita de Palermo.
La carga con la que llega Mangeri a estas instancias de la causa son pesadas:
- Hay ADN de él debajo de las uñas de Angeles.
- Aunque con menos intensidad, también hay ADN de él en la soga con la que estaban atados los tobillos de la chica. Es ADN producto de la escamación de células al tocar, al hacer nudos.
- En el cuerpo de Mangeri hay lesiones –33 en total–, muchas de las cuales son compatibles con la defensa de la chica. Incluso hay una marca en la ingle, lo que apuntaría a que tenía los pantalones bajados.
- Está probado que Angeles llegó al edificio aquella mañana y que no entró a su departamento, lo que está documentado por la doméstica, Dominga. Mangeri estaba allí.
- El encargado incurrió en decenas de contradicciones.
- La chica apareció en la basura, lo que él manejaba en el edificio.
- Ese día les pidió a los vecinos que sacaran antes la basura.
- Su primo declaró que Mangeri lo fue a ver y que le preguntó: “Si fui yo, ¿qué pasaría?”.
- Dejó de usar su celular. Llamó al primo, por ejemplo, desde un celular que pidió prestado a un vendedor ambulante. Todo indica que ya estaba en fuga –le dijo al primo que quería irse a Corrientes o Chaco– y argumentó que perdió el celular y la tarjeta Sube.
- Hay numerosos testimonios que dicen que estaba pálido aquel día, que su conducta fue extraña. Entre otros, lo dicen dos vecinas y la administradora del edificio. El mismo sostiene que después del mediodía se sintió enfermo y que tuvo que atenderse en una clínica. Afirma que fue por una gripe.
- La fiscal Asaro citó a Mangeri para que dé su testimonio el miércoles, el jueves y luego lo van a buscar el viernes. Es decir que se borró dos días y medio.
- Aunque no es válido desde el punto de vista judicial, lo cierto es que confesó ante la fiscal Asaro: “Fui yo, soy el responsable de lo que ocurrió en la calle Ravignani”. La fórmula parece rara, pero el viernes usó un idioma muy parecido: “Se me imputan hechos que no cometí”; “una señora rubia que dijo ser fiscal”; “se me ha privado de la libertad”; “la causa está direccionada”, términos muy ajenos a los de un encargado.
- Tampoco se podrá argumentar en su contra, pero lo cierto es que Mangeri estuvo dos meses y medio sin declarar y hasta rechazó someterse las pericias psiquiátricas.
Comienza mañana una semana clave en la que también declarará el último integrante de la familia de Angeles, el medio hermano, Axel, el único que estaba aquella mañana en el departamento. Faltan asimismo los estudios de las llamadas telefónicas de todos los protagonistas y el análisis de las imágenes de la mitad de las cámaras de seguridad de la zona. De todas maneras, lo más significativo es que la pelota pasa a la Cámara del Crimen. Hasta ahora, hay un juez que imputó, procesó y dictó la prisión preventiva del encargado. Ahora darán su opinión otros tres magistrados.
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