La polémica por la nacionalidad de Carlos Gardel volvió con todo y ahora aspira a convertirse en cuestión de Estado. Con ese pedido se encontrará el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, a su regreso de Europa, cuando reciba una carta dejada el lunes en la Casa Rosada por quienes aseguran ser la prima hermana y la sobrina nieta del cantante, Irene Gardes y Elena Irene Gardes. Las mujeres esperan poder reunirse con el primer mandatario para lograr su apoyo y “enfrentar las gestiones que se están realizando en Uruguay con el fin de demostrar que Carlos Gardel nació en Tacuarembó, y no en Francia, para luego repatriar sus restos mortales”, que hoy están en el cementerio de la Chacarita.
Ni la discusión sobre el lugar de nacimiento de Gardel ni el reclamo de la familia son nuevos. Sin embargo, el pedido de intervención a Kirchner llega como “la última carta de los Gardes”, según ellos mismos dicen, ante la reciente propuesta del Parlamento uruguayo de que se le realicen exámenes de ADN a los restos del cantante, muerto en Colombia el 24 de junio de 1935 y enterrado en Chacarita junto a su madre, Berthe Gardes.
La versión uruguaya dice que Gardel nació en el departamento de Tacuarembó –que en su honor fue rebautizado Carlos Gardel dos años atrás–, y que fue fruto de la unión prohibida del coronel Carlos Escayola y su cuñada, quienes en un intento de evitar el escándalo familiar se lo entregaron a Berthe, una inmigrante francesa en la Argentina, para que lo cuidara. La prueba de esto sería un pasaporte del cantante en el que figuran estos datos pero que los Gardes argumentan que fueron falsificados por el mismo Gardel para evitar ser llamado a pelear como francés en la Primera Guerra Mundial.
De este lado del Río de la Plata, la versión coincide sólo en que Gardel fue fruto de una relación escandalosa. En este caso, el relato dice que Berthe tuvo una historia de amor con Joseph Gardes, un pariente lejano que además era seminarista, y quedó embarazada. “La vergüenza de la familia hizo que Berthe, que era huérfana, fuera expulsada a Toulouse, donde nació Carlos, y que todos los Gardes se vinieran para la Argentina, salvo Joseph, que fue enviado a Asia y Africa para alejarlo de ellos”, explica Irene, quien el lunes le dejó la carta al Presidente en la que solicita su “apoyo y colaboración” para efectuar los estudios de ADN.
Así es como Berthe habría llegado a la Argentina en 1893, con su hijo de dos años, Charles Romuald Gardes, en busca de Joseph, al que nunca volvió a encontrar. Según Irene y Elena Irene, la historia es conocida por toda la familia pero “fue ocultada sistemáticamente durante años por todos los hermanos de Joseph, quienes juraron a su madre, Lucie Gregoire, que nunca contarían la verdad”.
La historia coincide con la que cuenta Heriberto Gardes, quien vive en la localidad bonaerense de Pehuajó, y dice ser “el primer sobrino de Gardel”, hijo de uno de los medio hermanos del cantante, y que asegura estar dispuesto a que se le hagan “todas las pruebas de ADN y muestras de sangre necesarias” para que se demuestre su parentesco con Gardel.
Lo cierto es que existe la posibilidad de que la polémica ni siquiera termine con las muestras de ADN, ya que hoy nadie tiene la certeza de que los supuestos restos de la Chacarita sean realmente los de Gardel: “Nosotros queremos creer que sí. Sería la única manera de que descansara en paz”, señala Irene. En tanto su abogado, Juan Angel Pini, plantea: “Todos sabemos que murió en un accidente de avión en 1935 y que, en ese momento, los cuerpos se identificaban por la dentadura. No quiero subestimar a los colombianos, pero tampoco puedo asegurar que sean sus restos. Si no son, acá se terminó la historia”, dice sin dudar. En tanto, apuestan a que el efecto K los ayude.

Producción: Paula Bistagnino