“Hubo testigos que vieron cuando a Fabián lo entraban en la comisaría. Hubo testigos que vieron cuando lo tiraron. ¿Qué más quieren los jueces? ¿Estar en vivo y en directo para ver bien?”, preguntó María Teresa Viera, madre de Fabián Gorosito. Los jueces de referencia, Angélica Parera, Susana De Carlo y Carlos Thompson, integran el Tribunal Oral No 5 de Morón que media hora antes de esas declaraciones había absuelto a los 11 bonaerenses acusados por el crimen y tortura de su hijo –cinco de ellos llegaron al juicio detenidos por amenazas–. El juicio se matizó entre la prohibición de ingreso a la prensa para proteger a una testigo que de todos modos fue amenazada; incorporación de pruebas a favor de la defensa por parte de uno de los jueces; menoscabo del tribunal a una testigo clave porque ejercía la prostitución; aceptación de un perito de parte que nunca reveló que era comisario. La familia apelará a Casación y analizan el jury.

El 14 de agosto de 2010, Fabián Gorosito, de 22 años, salió a bailar con unos amigos. Al día siguiente, por la tarde, su cuerpo apareció en un descampado a unas cinco cuadras de la estación de Mariano Acosta. La sospecha recayó sobre bonaerenses de la 6ª de Merlo. ¿Por qué?

Durante el juicio la familia fue aportando las pruebas que en un tribunal imparcial al menos hubieran arrasado con el beneficio de la duda: tres amigos habían sido detenidos y apaleados salvajemente una semana antes en la misma 6ª, y las preguntas durante la detención ilegal estaban dirigidas a encontrar a Fabián. Los amigos declararon en el juicio y señalaron a uniformados. Un cartonero que estaba demorado en la 6ª el 14 de agosto a la noche declaró como testigo de que al chico lo habían llevado a la comisaría. Aunque la habitual torpeza en el protocolo policial no sea indicativo de dolo sino de negligencia, al hallar el cuerpo no vallaron el lugar, no tomaron fotos del cuerpo, no labraron actas de lo declarado por la mujer y los chicos que lo encontraron. Los padres denunciaron haber sido amenazados. A tal punto fueron creídas las amenazas que a cinco de los once uniformados les dictaron prisión preventiva durante el juicio.

Y como detalle nada anecdótico del caso, Fabián Gorosito noviaba con una mujer que, luego se enteró, era la mujer de uno de los acusados.

La familia estuvo representada por el abogado Silvio Alfonzo, y como veedora del juicio fue admitida Margarita Jarque, en representación de la Comisión Provincial por la Memoria. Según aseguraron a este diario desde la CPM, “después de que se empezó a decir que Fabián salía con esa mujer fue víctima de hostigamientos, incluido el armado de una causa penal por robo y violación”.

El juicio pasó permanentemente por circunstancias sorprendentes. A principios de junio declaró como perito de parte el médico Juan José Fenoglio, que se presentó como “trabajador del Ministerio de Seguridad en tareas administrativas”, cuando desde el año 2006 es comisario inspector y, según señala la CPM, “estuvo a cargo de la Dirección de Sanidad de la Bonaerense”. Ayer, el abogado Alfonzo, después de la sentencia absolutoria, dijo a este diario que “agradecemos a Scioli y Casal que nos hayan enviado a un comisario encubierto como testigo”.

Una de las testigos de identidad reservada que declaró dijo haber visto cómo dos bonaerenses en moto llegaron hasta el descampado donde Gorosito intentaba ocultarse, y vio cómo corría, lo atrapaban y lo aplastaban contra el alambrado. La mujer identificó la ropa embarrada de la víctima que le mostró el fiscal, el color de pelo y la contextura física de los policías. Dio precisiones del lugar y la hora. La testigo ejerce la prostitución y se encontraba en ese momento en el vehículo de un cliente y desde allí pudo ver toda la escena. Desde la CPM denunciaron luego de aquella declaración que “en la audiencia, como ella no decía qué hacía allí, le preguntaron si usaba preservativos”. Ayer, Jarque aseguró que “el juez Thompson aportó pruebas para la defensa, es insólito. Como la testigo dio detalles específicos y era de noche, el juez le preguntó qué luz había. Y a la audiencia siguiente se apareció con un calendario lunar que determinaba si había luz de luna aquella noche. Un juez no puede hacer eso, es traer pruebas para una parte”.

A todo esto habrá que sumar que el Ministerio Público se hizo cargo de la investigación dos meses después de ocurrido el crimen, descansando entre tanto en los investigadores policiales, incluso parte de la instrucción en manos de la comisaría denunciada.

También hubo fuertes quejas al tribunal por la prohibición de ingreso a los padres de Fabián. En junio, la CPM realizó una conferencia de prensa para denunciar que “mientras a los padres no los dejan ingresar a las audiencias, a los policías imputados los dejan entrar armados porque están en funciones, no fueron pasados a disponibilidad”.

La acusación había pedido condenas perpetuas. La defensa, la absolución. Ayer, pasadas las 14.30, el tribunal dio lectura a la sentencia absolutoria. Los representantes de la familia apelarán a Casación y analizan un pedido de jury a los tres jueces. Hugo Cañón, copresidente de la CPM, sostuvo que “hay una alianza corporativa entre estos jueces y la policía. Desalienta porque uno quiere acudir a la legalidad, pero creo que hay que seguir los caminos institucionales: si es necesario hay que pedir juicio político a los jueces, reclamar a la Corte. Es el momento de democratizar la Justicia porque esta Justicia corporativa avala la impunidad”.

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