Mié 16.07.2003

SOCIEDAD

Un músico dirigirá la Filarmónica de Buenos Aires por orden judicial

Es un director de orquesta ciego que dijo haber sido discriminado. Ahora, una jueza ordenó programar un concierto a su cargo.

Sentía que tenía la capacidad suficiente para pararse frente a una orquesta de música clásica y dirigir a sus integrantes sin más trámite. Sin embargo, fue a los tribunales para lograrlo: Gabriel Bergogna, músico y ciego de nacimiento, denunció años atrás que no pudo dirigir la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires porque lo discriminaron. Ahora, la Justicia le dio la razón. Una jueza ordenó en un fallo al gobierno de la ciudad que programara para el año próximo un concierto con esa orquesta a cargo de Bergogna, que además es concertista de piano y compositor. La nueva ilusión del maestro ya está en marcha.
Gabriel Bergogna nació ciego hace 42 años y ya de pequeño mostró una fuerte inclinación hacía la música. Sus padres, entusiasmados por ese don, contrataron de inmediato una profesora de piano, con quien Gabriel comenzó una larga carrera que lo llevó, tras su paso por el conservatorio, a ser el primer concertista ciego de la orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
Pero su ambición fue más allá. No sólo quería tocar, también quería dirigir. Lo logró en octubre de 1998 cuando, ayudado por su mujer, se plantó frente a los 70 integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil General San Martín y comenzó a mover su batuta. “Fue un concierto maravilloso, de un éxito arrollador”, recuerda el pianista.
Con esta experiencia a cuestas, comenzó su peregrinaje por diversas orquestas con la intención de dirigirlas, al menos, una vez como director invitado. Sin embargo, no resultaba sencillo. Cuando llegaba a los directores, dice, siempre encontraba un no como respuesta. “Me discriminaban porque era ciego –asegura–. Por ello, me dirigí a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y junto con Eduardo Barcesat presentamos un amparo contra el gobierno de la ciudad y de la Nación para que me permitieran dirigir”, sostuvo Bergogna.
La causa comenzó su trámite en la Justicia, hasta que el gobierno porteño prefirió llegar a un acuerdo con el director: “El 27 de abril de 2002, Bergogna dará un concierto con la Filarmónica de la Ciudad en las escalinatas de la Facultad de Derecho”, explicaron en su momento los funcionarios.
Parecía todo solucionado, pero en realidad nada pudo ser peor. Días antes del concierto, la Filarmónica en pleno se reunió para su primer ensayo en el teatro Colón. “Allí, un grupito de 39 concertistas, sobre los 110 que integran la orquesta, se levantaron del ensayo y elevaron una carta diciendo que yo no sabía dirigir. Fue cuando me di cuenta que, como en el fútbol, en la música también existen las camarillas. Nunca olvidaré lo mal que la pase ese día”, explicó a Página/12 el pianista, que hoy, en la Dante Alighieri, interpretará las seis sonatas de Beethoven.
Tras ese episodio, Bergogna retornó a la Justicia. Ahora, la jueza en lo contencioso administrativo Liliana Heiland le dio la razón. “En el 2004 finalmente el concierto se va a hacer, ya que la Justicia obligó al gobierno de la ciudad a cumplir lo pautado antes del escándalo. Y si esta gente sigue estando en la orquesta la enfrentaré con toda la autoridad musical y profesional que me da mi experiencia”, concluyó Bergogna.

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