SOCIEDAD
› FEBRERO FUE BUENO EN LA COSTA, PERO EL GASTO CAYO COMO NUNCA ANTES
Balance de una temporada gasolera
Después de un comienzo difícil, las playas tuvieron buen nivel de ocupación, pero los hábitos cambiaron: el promedio de gasto bajó estrepitosamente. Hasta en Pinamar se sorprendieron de los ocupantes de hoteles que comían en sus habitaciones. El sur se salvó con el turismo chileno.
› Por Alejandra Dandan
Hasta hace unos años las normas del buen gusto lo hubiesen impedido. Ahora ya nadie se acuerda del decoro cuando piensa en ahorros. Los dueños de los hoteles más caros de la costa están sorprendidos. Por primera vez los turistas abandonaron las propuestas de gastronomía elaborada y las cambiaron por el delivery. Este fue uno de los rasgos más fuertes marcados por la crisis en la mayor parte de los puntos turísticos del país. Aunque en febrero la cantidad de veraneantes fue mejor incluso que en otras temporadas, el nivel de consumo y de gasto cayó en algunos casos hasta el 50 por ciento. En tanto, mientras la costa ya anuncia el final del verano, el sur encontró paliativos propios. Allí el dólar devaluado atrajo a muchísimos chilenos: hasta este fin de semana eran el 80 por ciento de los extranjeros que estaban en Bariloche.
Fermín González es el presidente de la Asociación de Hoteles de Pinamar y es uno de los más sorprendidos por este cambio de costumbres que crece y se desborda entre la clase turística de la zona. Buena parte de los alojamientos más caros de Pinamar se encontraron con que sus visitantes descartaban las opciones de la casa para sumarse a la onda gasolera de los deliveries. “Antes si hasta nos parecía feo este tipo de pedidos en los hoteles”, comenta González algo resignado con estos cambios que, después de todo, al menos le han dejado pasar la temporada.
A comienzos de diciembre y después del desembarco furioso de una crisis que se empecina en instalarse y en profundizarse hasta correr todo tipo de límites, nadie hubiese previsto este cierre de temporada. En términos generales los números de febrero fueron sorprendentemente mejores que febrero del año pasado y algo más bajos que los de enero. Sólo en Pinamar hubo ocupación semiplena todos los fines de semana de febrero, tanto como en la segunda quincena de enero. En números, la gente del gremio de los hoteles habla de un 90 por ciento de viernes a lunes. Estos datos que se hicieron aún más explosivos en los dos últimos fines de semanas de enero, cayeron en la semana hasta un 50 por ciento.
Ese turismo de escapadas que viene consolidándose en los últimos años tuvo uno de sus picos más expresivos en Mar del Plata. Allí aunque febrero se mantuvo equilibradamente parejo, los operadores se encontraron con un superávit de esa clase turística de pocos días. “El 60 por ciento de los que llegaron pidieron alquileres por tres, cinco o siete días”, explica Miguel Angel Donsini de la Cámara de Martilleros de esa ciudad. “Ese tipo de alquileres cortos que antes era excepcional –sigue Donsini– ahora es la regla general.” Aun con este trasfondo, los veraneantes tuvieron cierta estabilidad. De acuerdo al Ente de Turismo, febrero mantuvo los mismos números del año pasado con dos fines de semana en los que la ocupación llegó casi al 100 por ciento. Aun así la caída se notó, pero en el consumo: según Donsini la baja fue de un 30 por ciento. El achique fue evidente en los alquileres. Aquellos que hasta ahora tomaban un contrato por una casa de tres ambientes pidieron lugares más chicos. Las parejas más jóvenes, en cambio, se readaptaron compartiendo alquileres. Ese fenómeno fue fuerte en la zona del Bosque Peralta Ramos, donde la tribu de inquilinos rotativos se abalanzó sobre los alquileres que parten de 2000 pesos mensuales.
Todo eso fue ocurriendo mientras en la costa comenzaban a aparecer una población que desde hacía años no llegaba. El planeta de los acorralados que hasta ahora solía viajar afuera del país buscó ahí algunas alternativas. La Secretaría de Turismo de la Nación aseguró que hubo en total un 45 por ciento menos de turistas que viajaron afuera del país y que Brasil perdió 80 por ciento de su público argentino. De allí salieron algunos de los números que al menos lograron neutralizar las estrepitosas condiciones de la crisis.
El nuevo titular del área de Turismo de Bariloche, Sebastián Dinardo, está demasiado entusiasmado con las idas y vueltas que han dado tanto la crisis como el dólar en todas estas semanas: “A nosotros –dice– nossalvó la devaluación”. Dinardo no tiene dudas. Gracias al peso rebajado Bariloche está lleno de chilenos. Del total de visitantes un 30 por ciento es extranjero, y un 80 por ciento de ellos son exclusivamente chilenos, de buen pasar y cargados de dólares. “Se duplicó la cantidad que teníamos otras temporadas”, sostiene. En este momento el nivel de ocupación en Bariloche también parece bueno: febrero se mantuvo al 44 por ciento y superó a los visitantes de enero, que lograron ocupar sólo un 39 por ciento de las plazas. Eso se fue dando al compás del movimiento con los precios: durante el primer mes del año casi todos los valores se mantuvieron igual a los de la temporada baja.
En medio de estas buenas nuevas, Villa Carlos Paz siguió con los números más complicados. Ni enero fue bueno ni las primeras semanas de febrero. Este fin de semana los lugares con mayor índice de ocupación fueron hoteles de 1 y 2 estrellas con 81 y 84 por ciento respectivamente.
En términos de balance, Mar del Plata está a punto de bajar las cortinas. La Cámara de Martilleros vaticinó ya el final de la temporada que se acortó, dicen, por el comienzo demasiado rápido del ciclo lectivo. Estas mismas quejas suenan en Pinamar, donde el propio Fermín González sigue preocupado. “Lo único que fue mejor que el año pasado fue la ocupación pero –aclara– no el rendimiento.” Con la perspectiva de diciembre, buena parte del sector turístico rebajó los precios y puso promociones para levantar los números de una temporada que se anunciaba como dramática. Ahora que todo termina y ellos están cerrando, todo el mundo ha empezado hacer sus cuentas, que lo único que no tienen son dólares.