A una semana del paso del huracán Manuel por el estado mexicano de Guerrero, algunas comunidades de la capital estatal, Chilpancingo, seguían incomunicadas y hay más de cinco mil desplazados de la Sierra Madre, en el sur, que bajaron a pie de sus alejadas localidades.

Los pobladores huyen por el temor a que cerros cercanos a sus caseríos se derrumben como sucedió en la comuna cafetera de La Pintada, del municipio de Atoyac de Alvarez, donde un alud sepultó el lunes último unas 40 casas en las que se cree había 68 personas, y cuyo paradero se desconoce.

Las comunidades donde se ha dado el mayor desplazamiento por la emergencia son Azinyahualco, El Fresno, El Naranjo, Cuapango, Cuapanguito y San Vicente, ubicadas al oeste de Chilpancingo, en la Sierra Madre Sur.

Estas poblaciones, cuya actividad era agrícola y maderera, se convirtieron en pueblos fantasma en riesgo de ser tapados por los cerros cercanos al punto del deslave por la humedad que dejaron las intensas precipitaciones provocadas por Manuel, que continúan con motivo de la actual temporada de lluvias.

“La gente de la sierra es muy fuerte y vamos a resistir. Lo que nos falta son vehículos y apoyo del gobierno” para traer residentes de otros pueblos “que se quedaron incomunicados, pero estamos esperando que hoy más gente se nos una para ir por los que faltan”, relató Rubén Santos, un habitante de San Vicente.

Aunque a Chilpancingo llegaron miles de desplazados, muchos siguen en caminos de la sierra, donde improvisaron campamentos con lonas para cubrirse de las lluvias, o en poblados incomunicados, en los que escasean alimentos y el agua potable. “Nosotros les pasábamos comida, pero nos vinimos porque los cerros se iban a caer y ahora no sabemos qué va a ser de ellos”, dijo Santos.

El alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, reconoció que la contingencia rebasó sus posibilidades y consideró como “un evento devastador” los daños ocasionados por Manuel. En algunos de los pueblos que quedaron incomunicados, el alimento llega por puentes aéreos, pero los helicópteros son insuficientes para el número de comunidades afectadas.

Por medio de la radio de la Universidad Autónoma de Guerrero, los habitantes de los pueblos incomunicados piden ayuda y alertan de la falta de alimentos, la suba de los precios en las ciudades principales y denuncian el acaparamiento de despensas y apoyos por parte de las autoridades.