Vie 27.09.2013

SOCIEDAD  › PRISION PREVENTIVA EN RUSIA PARA LOS ACTIVISTAS ARGENTINOS DE GREENPEACE DETENIDOS EN UNA PROTESTA

Una jaula para los ambientalistas

La Justicia rusa fijó dos meses de detención para los dos ecologistas argentinos arrestados en el Artico. Durante ese lapso se sustanciará la investigación. Pueden darles hasta 15 años de cárcel. También tienen preventiva 19 activistas de otros países.

Los activistas detenidos debieron declarar ante el juez encerrados en una jaula. Aquí, el suizo Marco Weber.

La Justicia rusa dispuso la prisión preventiva de 21 de los 30 activistas detenidos el jueves de la semana pasada en el Artico, entre ellos los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, donde protestaban contra la explotación petrolera en la zona. En la mayoría de los casos, incluidos los argentinos, la detención es por dos meses, hasta que se sustancie la investigación. Están acusados por “piratería”, un delito por el que pueden recibir hasta 15 años de prisión.

Los ambientalistas viajaban en el rompehielos Arctic Sunrise y desde allí intentaron escalar la plataforma petrolera de Gazprom, en el mar de Pechora, para alertar sobre el peligro que la actividad implica en esa zona, rodeada de tres reservas naturales. Al persistir en el intento, la Guardia Costera los detuvo, remolcó el buque hasta la bahía de Murmansk y los activistas quedaron a disposición de la Justicia, que ayer comenzó con las audiencias y fue disponiendo dos meses de prisión preventiva a medida que declaraban, según dijeron, por “peligro de fuga”.

La medida recayó también sobre Speziale, de 21 años, que realizaba su primera misión de esa envergadura, y Pérez Orsi, de 40 y miembro de Greenpeace Internacional.

Además fueron detenidos el capitán del Arctic Sunrise, el estadounidense Peter Wilcox; los rusos Roman Dolgov, coordinador del programa del Artico de Greenpeace, y Denis Sinyakov, conocido fotógrafo de prensa y dos activistas, junto con tres británicos, dos canadienses, dos neocelandeses, un polaco, un suizo, un francés, una danesa, un turco, un italiano y un australiano.

Dolgov explicó durante la audiencia que es experto en contaminación marina y que no participó en la acción de protesta, pero igual deberá pasar dos meses tras las rejas. Lo mismo le ocurrió a Sinyakov, contratado para documentar el viaje del Arctic Sunrise. “El proceso criminal por el que soy culpado se llama periodismo. Lo voy a seguir haciendo”, dijo el fotógrafo.

En otros siete casos, entre ellos el de la brasileña Ana Paula Maciel, se decidió que seguirán tres días más bajo custodia, hasta la próxima audiencia.

La Justicia los investiga por piratería organizada, por lo que podrían ser condenados con hasta 15 años de prisión. Greenpeace Argentina repudió la decisión del tribunal por ordenar la prisión preventiva para los tripulantes. “Ninguno de los miembros de la organización cometió el delito de piratería”, afirmó Martín Prieto, director ejecutivo local de la ONG, y señaló: “Nuestra acción fue en una plataforma de petróleo, Greenpeace nunca abordó un barco ni tuvo el propósito de robo, mucho menos existió violencia por parte de la organización”.

Según el artículo 227 del Código Penal ruso, para acusar de piratería a quien ataque un barco debe mediar el propósito de robo de bienes o mercadería a bordo, hacerlo con violencia o amenazar con emplearla. Y ninguno de esos supuestos se dio en este caso. “Greenpeace tiene más de cuarenta años de historia en acciones pacíficas”, señaló.

Prieto consideró “contradictorio que a 24 horas de la declaración pública del presidente Vladimir Putin, que afirmó que no existió delito de piratería, una corte rusa los comience a investigar por ello”. “Resulta evidente que se trata de un intento de silenciar la protesta no violenta e intimidarnos. Toda la organización continuará firme exigiendo su liberación y la protección del Artico”, afirmó el dirigente.

La filial rusa de la ONG dijo que las autoridades trasladaron a más magistrados a Murmansk ante la falta de jueces para atender ese proceso.

Los llamados internacionales para que Rusia ponga en libertad a los activistas se incrementaron ayer, mientras Gazprom reiteraba que la acción de la ONG puso en peligro la salud e incluso la vida de los trabajadores de la plataforma Prirazlomnaya, que espera poner en producción en 2014.

Los detenidos fueron llevados esposados a la sala judicial, donde, como es usual en Rusia, siguieron el proceso en una jaula. La televisión estatal transmitió una parte en vivo desde el tribunal.

Todavía hay trece activistas que no recibieron ninguna comunicación. La portavoz de Greenpeace en Moscú, Tatyana Vasilyeva, especuló con que la audiencia continuaría anoche, porque sin una decisión del tribunal los detenidos deberían ser liberados.

Greenpeace convocó para hoy a las 19 a una concentración pacífica frente a la Embajada de Rusia en la ciudad de Buenos Aires (Rodríguez Peña 1741), para mostrar apoyo y reclamar por la liberación de los activistas.

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