Lun 23.12.2013

SOCIEDAD  › OPINIóN

No nos iremos con la música a otra parte

› Por Claudia Fernándes Chaparro *

Los niños y adolescentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se quedan quietos ni indiferentes cuando perciben que sus derechos han sido vulnerados: tomaron los colegios por mejores condiciones edilicias; protestaron ante el 0800 que proponía denunciar alumnos; reclamaron ante el fracaso de la inscripción on line o cuando se restringieron las viandas y las becas, o ante el vaciamiento de las orquestas juveniles, o por la supresión de materias en las reformas curriculares. Siempre reaccionaron de manera activa y participativa.

El gobierno de Macri es, seguramente, el que ha debido enfrentar más reclamos por derechos no respetados de niños y adolescentes. Sus políticas están plagadas de violaciones a la Ley 114 de Protección Integral a la niñez y adolescencia, en particular, hacia los sectores sociales más vulnerables. Después del desgaste que ha sufrido la gestión de Esteban Bullrich con cientos de chicos y chicas que aún no tienen resuelta su inscripción en las escuelas, el Ministerio ha decidido abrir otro frente de conflicto, despidiendo al director coordinador de las Orquestas Infantiles y Juveniles, y Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de la Ciudad, Claudio Espector.

¿Estamos ante a una estrategia distractoria pensada por el alicaído Duran Barba? ¿Habrá sugerido al ministro Bullrich generar un problema para ocultar otro? No lo sabemos. Tampoco nos interesa. Las dos situaciones denotan falta de sensibilidad e, incluso, de efectividad. La contención, la educación, la inclusión son materia de discusión en el Plenario del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Así lo establece el plan transversal destinado a políticas de infancia y adolescencia. Que los niños tengan actividades culturales y se les garantice el derecho a la educación no puede ser puesto en tela de juicio, son derechos inalienables a todo niño o niña o adolescente.

Es por ello que la gestión de Bullrich está en decadencia. Habla de educación de calidad e inclusión pero tiene, desde por lo menos hace un año, a profesores, padres y niños realizando conciertos, para reclamar por la vigencia de las orquestas infantiles y juveniles, un programa que los hace libres y felices.

Ministro Bullrich, no nos iremos con la música a otra parte. No necesitamos su número de celular, necesitamos que todas las políticas que tome en su cartera estén basadas en el respeto de la Constitución y de las leyes locales de protección integral de la infancia, las únicas que le garantizarán no seguir equivocando el camino.

* Consejera por la Legislatura porteña ante el plenario de niños, niñas y adolescentes.

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