SOCIEDAD › CONFIRMAN QUE PESQUERA USó LA MISMA PISTOLA PARA MATAR A GRAFFIGNA Y SUICIDARSE
La fiscal Cristina Caamaño determinó con la prueba del dermotest que Pesquera se había disparado en la sien. La fiscal Asaro, por su lado, comprobó que el arma utilizada para el suicidio había sido usada antes en la muerte de Graffigna.
› Por Raúl Kollmann
El misterio de dos muertes se resolvió ayer en una sola tarde. La fiscal Cristina Caamaño, que instruyó el expediente por la muerte del seudoempresario (no tenía empresas) Alfredo Pesquera, certificó que se trató de un suicidio. El dermotest demostró que fue Pesquera quien disparó la pistola Tanfoglio calibre .40. Pero la fiscal realizó ayer el mismo cotejo entre el proyectil del suicidio y el proyectil que mató en junio al financista Miguel Angel Graffigna, con lo que se demostró que los disparos salieron de la misma pistola. Esto dejó en claro que Pesquera mató a Graffigna –tal como lo descubrió la fiscal Paula Asaro– y se suicidó este fin de semana, cuando se conoció que el juzgado allanó su casa y ordenó su captura.
El punto de partida de los misterios fue el asesinato de Graffigna, dentro de su lujoso Peugeot RCZ, un auto valuado en unos 80 mil dólares. Graffigna fue encontrado con un tiro en la cara y en el vehículo había rastros de pelea.
La investigación estuvo a cargo de Asaro y contó con una gran impulsora, la madre de Graffigna, Rita Tiscornia. Sin embargo, la mujer tenía una hipótesis equivocada.
El caso oscilaba entre dos teorías:
Tiscornia sostenía que el asesinato fue instigado por una ex esposa de Graffigna y tenía como principal objetivo recuperar una hija cuya tenencia había sido otorgada por la Justicia al financista. Todos los antecedentes del caso eran tenebrosos. Graffigna y Romina, su ex esposa, estuvieron presos por el asesinato de una pareja en Villa Elisa, con la que mantuvieron una relación swinger. Sin embargo, el doble crimen habría tenido como objetivo robarles a las víctimas un cuadro de Picasso. Los hechos llevaron a Graffigna y a Romina a vivir en México, y allí una nueva pareja que ella conformó terminó denunciándola por aquel doble homicidio. Después de una temporada tras las rejas, ambos fueron absueltos por falta de pruebas. Sin embargo, la disputa por la hija quedó planteada y la madre de Graffigna estaba segura de que Romina contrató un sicario para matar al financista.
Del otro lado, una paciente investigación de la fiscal Asaro determinó que Pesquera le debía una cantidad de dinero al luchador Jorge “Acero” Cali y el encargado de cobrar la deuda era Graffigna. Asaro descubrió esa pista analizando la computadora de la víctima y luego el GPS del auto le permitió establecer que Graffigna había pasado por la casa de Pesquera minutos antes del asesinato. Todo indica que hubo una pelea por el dinero dentro del auto, Pesquera le arrebató a Graffigna el arma y terminó matándolo. Tras redactar su dictamen, Asaro se lo entregó al juez Javier Ríos, y éste ordenó el allanamiento de la casa de Pesquera y su detención. Horas más tarde el seudoempresario apareció muerto dentro de su camioneta BMW.
Con su labor de ayer, las dos fiscales –Caamaño y Asaro– terminaron aclarando ambas muertes. Caamaño certificó mediante un dermotest que la pistola encontrada junto a Pesquera dentro de la camioneta había sido disparada por él mismo. El dermotest establece los rastros de pólvora en la mano usada para efectuar el disparo. Pero, además, se hizo un doble cotejo entre el proyectil encontrado en el cuerpo de Graffigna y el alojado en la cabeza de Pesquera. Primero se hizo a través de una comparación fotográfica de ambos proyectiles y luego mediante un indubitable cotejo de computadora. El trabajo pericial determinó que los dos proyectiles salieron de la misma arma, la Tanfoglio calibre .40 que Graffigna había comprado pocos días antes de su muerte.
Ninguno de los protagonistas de esta historia llevaba adelante una vida común. Graffigna era prestamista, pero además regenteaba locales bailables que, según parece, daba en alquiler. Tenía un auto lujoso, pero vivía alquilando. Con Pesquera pasaba algo parecido. Tenía muchas deudas, una camioneta de 100 mil dólares, pero vivía mudándose, alquilando siempre y haciendo negocios muy poco claros.
Además se lo imputó por varias estafas.
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