Vie 10.01.2014

SOCIEDAD  › AL MORIR ENCONTRARON A SU MADRE MOMIFICADA

Una larga convivencia

En Carapachay, un hombre falleció y al entrar en la casa la policía encontró el cadáver de su madre, sentado en la cocina, prácticamente momificada desde hacía 10 años.

Un hombre de 58 años fue encontrado muerto en su casa del partido bonaerense de Vicente López, y cuando la policía ingresó en la vivienda halló también el cuerpo casi momificado de su anciana madre, con el que aparentemente convivía desde hacía unos 10 años. Lo más rápido es asociar el caso al quizás anticipatorio film de Alfred Hitchcock, Psicosis, o Psycho en su título original. Para la fecha del estreno, 1960, Claudio Alferi tenía 5 años, y su madre, Margarita Aimar de Alferi, 43. O 53. No está claro, porque las autoridades determinaron que la mujer tenía 90 años, pero no aclararon si al momento de su muerte, hace unos imprecisos 10 años, o si siguió cumpliendo hasta la actualidad.

El hallazgo se produjo ayer, luego de que los vecinos del señor Alferi radicaran varias denuncias por el olor a descompuesto que emanaba de la casa ubicada en Fray Cayetano Rodríguez 3374, entre Castelli y Montes de Oca, en la localidad de Carapachay, de Vicente López.

Según relataron los voceros policiales, cuando los uniformados de la Jefatura Departamental Conurbano Norte llegaron al lugar, y sin necesidad de apelar a su olfato de sabuesos, constataron que se percibía un olor putrefacto y acto seguido comenzaron a indagar entre los vecinos.

Quedó claro que el mal olor se venía dando en las narices de los vecinos desde hacía unos 20 días, lo que de algún modo indica que los polis serían sabuesos de una especie salchicha, con buen olfato, pero de reacciones algo lerdas.

La vivienda estaba cerrada con llave desde el interior, por lo que, resuelto el nuevo trámite de convocar a los bomberos, la forzaron y entraron acompañados por un pariente de las víctimas, convocado para la ocasión. Finalmente, al entrar en la cocina, los sabuesos encontraron el cadáver de la anciana, identificada como Margarita Aimar de Alferi. La mujer estaba sentada al costado de la mesa, cubierta con bolsas, sábanas y frazadas y casi momificada naturalmente, es decir seca por el paso del tiempo y de convivir con su hijo.

Los voceros de los sabuesos relataron que la anciana tenía colocado un “par de pantuflas de invierno”, obviamente para protegerla del frío, y que, por la forma en que estaba cubierta por las sábanas, frazadas y un pañuelo en la cabeza, parecía “como arropada cariñosamente”.

En otra silla, sólo con un calzoncillo puesto, apoyada la zona lumbar y las extremidades tocando el suelo, como si se hubiera deslizado, los polibomberos hallaron el cuerpo de don Claudio.

A diferencia de la mujer, cuyo aspecto hizo creer inicialmente a los peritos que llevaba entre 8 y 10 años de fallecida, Alferi presentaba un avanzado estado de descomposición con una data de muerte que los expertos calcularon en alrededor de 30 días. De ahí, imaginan los voceros, provendría el mal olor detectado tempranamente por el vecindario y con cierta rémora por las autoridades.

De acuerdo con lo relatado por las fuentes, la casa estaba llena de basura, como cartones, botellas de plástico vacías, bolsas de nylon, pero pese a haber revuelto entre tanto residuo, los peritos no pudieron dar con rastros que permitieran el grito de alarma: un corte en la cabeza, un cráneo fracturado, signos de ahorcamiento, un bate de béisbol teñido de rojo, un pituto suelto, cerraduras violentadas o vidrios de ventana rotos. Nada que intranquilizara. Necesariamente el miedo tendría que venir por la asociación de lo raro y sobrenatural.

Psicosis, de Hitchcock, o no, lo cierto es que la principal hipótesis de los sabuesos es que ambos murieron de forma natural, claro que es un dato que deberá ser corroborado por los peritos forenses.

¿Cuál es el escenario que se dibujan los investigadores? Creen que en algún momento la anciana falleció, dato que no exige demasiada corroboración pero habría que cumplir con las normas legales, y que el hijo sufrió seguramente por ese motivo algún tipo de trastorno psicológico y decidió continuar su vida como si nada hubiera ocurrido, con su madre sentada en el living, perdón, en la cocina, ya que no se había movido de allí desde hacía una década, conversando con ella, abrigándola en invierno para que no tomara un resfriado o en verano porque le daba chuchos de frío el ventilador que requería su hijo, algo más caliente que ella. Al ver la gran cantidad de basura esparcida por toda la casa, los expertos creyeron que el hombre pudo haber sufrido un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo, comúnmente conocido como “síndrome de acaparador compulsivo”, que lleva a quienes lo padecen a conservar todo tipo de objetos sin poder desprenderse de ellos. Aunque la explicación podría ser de pacotilla, ya que también se podría entender que el hombre, tal como hizo con su madre, no admitía sufrir más pérdidas.

Respecto de la muerte de su madre, los vecinos refirieron a la policía que “no la veían desde hacía unos ocho o diez años” y Alferi nunca les dijo que había muerto, sino que siempre que le consultaban por ella les manifestaba que estaba “bien” y en su casa. Lo cual era cierto.

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