Un niño de 10 años y un joven de 19 fueron asesinados a balazos en Paraná, Entre Ríos, y por el doble crimen fue detenido un recluso condenado a prisión perpetua, que gozaba de una salida laboral de un penal de esa ciudad. La principal hipótesis de los investigadores es que el detenido es un sicario contratado para llevar adelante una venganza a raíz de conflictos entre dos familias que viven en la zona.

El episodio sucedió en la mañana de ayer cerca del barrio Itatí II, donde los chicos –hermanastros entre sí– vendían huevos en un carro, como lo hacían habitualmente. Cuando iban por la calle El Guarán, sorpresivamente fueron atacados a tiros desde un Peugeot 405 que pasó a metros de su carro.

A raíz del ataque, Eduardo Barreto, el joven de 19 años, recibió un impacto en el pecho que le produjo la muerte en el lugar. En tanto, Brian Bouchet, de 10, fue alcanzado por un tiro en la cabeza y murió en el hospital de Paraná, hasta donde fue llevado de urgencia.

El sindicado autor de los disparos fue detenido minutos después en una casa del barrio Paraná XVI, hasta donde llegó la policía en base a datos obtenidos en la escena del ataque. Se trata de un recluso condenado a prisión perpetua por homicidio y robo a mano armada, que estaba alojado en la Unidad Penal de Paraná y al momento del ataque contaba con un permiso de salida sociolaboral que vencía este mediodía.

Los investigadores creen que el detenido no tuvo una verdadera motivación para atacar a los hermanos, sino que actuó como sicario a pedido de alguien que lo contrató para hacerlo. Es que, de acuerdo con la principal pista policial, los niños habrían sido asesinados por venganza en el marco de una rivalidad entre dos familias que se inició en diciembre último con otro crimen.

Tras el doble homicidio, vecinos de la calle Hernandarias de Paraná, ubicada cerca de donde se produjeron los asesinatos, incendiaron dos casas pertenecientes a los familiares del detenido.