Un estudiante ruso de unos 15 años tomó más de 20 alumnos de rehenes y mató a un profesor y a un policía en un ataque perpetrado en una escuela de la periferia de Moscú. El alumno ingresó con un fusil y otra arma y amenazó en los accesos de la escuela al guardia, que logró activar las alarmas. Luego se dirigió a la clase del profesor de geografía y le disparó y, cuando arribó la policía, abrió nuevamente fuego, con lo que mató a un agente e hirió a otro. El joven quería diplomarse con medalla de oro, pero el profesor de geografía no lo habría ayudado a llegar a ese resultado, lo que derivó en el ataque. El padre del estudiante fue quien intervino para convencer a su hijo de que liberara a los rehenes, unos 20 estudiantes, y se entregara.