Quien fuera el único detenido por el extraño robo al Hotel Algeciras de Pinamar, Sebastián Noviello, ya liberado el sábado, se presentó ante el juez de la causa para pedir una verificación de la contabilidad del hotel. Es que Noviello duda mucho de que el robo haya existido. “Yo volví a dormir aquella noche al Algeciras a las 4.45. El atraco supuestamente fue a las 4.10. Y yo me encontré al encargado durmiendo, no había nadie alarmado, ningún patrullero, nada. ¿Cómo es posible que media hora después de un robo así no haya rastro de nada y un encargado durmiendo?”, se preguntó Sebastián.

El juez Diego Olivera Zapiola concedió la libertad de Noviello ante las pruebas de que estaba en la puerta del boliche SuperXV con un amigo y dos chicas, todos los cuales se presentaron a declarar el viernes. Un custodio del boliche también testimonió que los jóvenes estaban allí, mensajes de texto probaron lo mismo y las imágenes del domo del municipio certificaron el momento en que Noviello y un amigo iban hacia SuperXV y el momento en que regresaban al hotel, más allá de las 4.30, después del horario en el que se produjo el supuesto robo.

“Nosotros volvimos al hotel –le dijo Sebastián al programa Rayos X, de Radio del Plata–, nos acostamos a dormir y dejamos la habitación a las 9.30, porque era la hora en que teníamos que dejar libre el cuarto. ¿Tiene lógica que quien roba un lugar vuelva a dormir al mismo lugar? Y no sólo eso. La noche siguiente volvimos a pedir habitación, pero no había. De manera que acá se armó un culpable rapidito para entregarle algún resultado al gobernador. Y me apuntaron a mí que no tengo ningún antecedente, trabajo en los cuatro locales de venta de semillas de mi familia y no voy a permitir que ensucien mi nombre.” Las sospechas contra Noviello empezaron porque se registró en el hotel a las 23.45 de aquel sábado y además hizo ingresar a un amigo, Martín Pi-zzorno, en la misma habitación, aprovechando que la habitación era grande y que Pizzorno recién llegaba a Pinamar y no tenía alojamiento.

La prueba más sólida de la existencia del robo es que una encargada registró un golpe en un ojo. Del otro lado hay elementos que llenaron de dudas a los investigadores policiales desde el primer minuto. Por ejemplo, la cantidad de dinero que supuestamente se llevaron los ladrones, 380.000 pesos. Demasiado efectivo para un hotel que tiene 80 habitaciones que cuestan unos mil pesos la noche. La administradora afirma que era la recaudación del Algeciras y de otro hotel, pero ni así dan las cuentas: la gran mayoría de los pasajeros paga con tarjeta, no en efectivo. En ese marco es que el abogado de la familia Noviello, Claudio Bonafó, pidió no sólo una pericia contable del hotel, sino que el propio fiscal, Juan Pablo Calderón, le enviaría a la AFIP un pedido de informes sobre la facturación del Algeciras.

La cuestión de las imágenes de las cámaras también llama la atención. Se trata de cámaras que se activan cuando hay un movimiento y una de ellas estaba instalada en el hall del hotel. No registra ni la llegada ni la salida ni el paso de los supuestos ladrones. Tampoco en el domo de cámaras municipales se detecta a los atracadores que habrían entrado por una puerta lateral y tenían puestos pasamontañas.

Por otra parte, seguían detenidos hasta anoche dos amigos de Noviello, de apellidos Honeker y Startari, que tenían sendas armas en su poder. Los dos tenían alquilada una casa lujosa ubicada a 200 metros del Algeciras y tienen un muy buen pasar económico: en la casa había dos camionetas, una moto Harley-Davidson y un cuatriciclo. La documentación de las armas estaba a su nombre, pero el permiso de tenencia, vencido. El fiscal aceptó su excarcelación y el juez estaba por resolver anoche. De todas maneras, los dos apresados fueron desvinculados de la causa del robo del hotel, que actualmente no tiene detenidos.

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