Vie 01.03.2002

SOCIEDAD

Las pruebas nucleares en EE.UU. causaron 15.000 muertes por cáncer

Así lo reveló un informe oficial, cuya difusión el gobierno retrasó. Se trata de ensayos hechos durante la Guerra Fría.

Por Julian Berger *
Desde Washington

Un estudio del gobierno norteamericano dice que la precipitación radiactiva de las pruebas nucleares de la Guerra Fría llevadas a cabo por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética ha provocado la muerte de aproximadamente unos 15000 norteamericanos. El estudio fue llevado adelante por el Instituto Nacional del Cáncer y los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, pero su publicación fue retrasada por el gobierno. Sin embargo, extractos del informe fueron obtenidos por Tom Harkin, senador demócrata por Iowa, y publicados en el sitio de Internet del Instituto para la Investigación sobre Energía y Medio Ambiente (IEER).
El estudio estima que unas 80.000 personas que vivieron o nacieron en Estados Unidos en los últimos 50 años han contraído o contraerán cáncer como resultado de los tests nucleares norteamericanos realizados en Nevada y el Océano Pacífico, los soviéticos de Kazajstán y este de Rusia, los franceses del Pacífico y los británicos de la isla Navidad.
De esa cifra, se estima que 15.000 casos fueron fatales. El informe dice que cualquiera que haya vivido en Estados Unidos ha sido expuesto. “El mensaje es que somos todos víctimas”, dijo Bob Schaeffer, de la Alianza para la Información Nuclear, una alianza de grupos de presión. Agregó que el resumen del informe obtenido por Harkin está fechado en agosto de 2001, pero no se hizo público por la resistencia de los gobiernos de reconocer el impacto de programas nucleares en el pasado.
“Tanto por parte del gobierno norteamericano como del británico hay una tendencia a negar el daño hecho a no combatientes por el programa de armas nucleares –dijo–. Queremos que esta información llegue a la gente que vive en las áreas más afectadas, para que pueda ser analizada y tratada”. El presidente del IEER, Arjun Makhijani, dijo: “Este informe y otros datos oficiales muestran que hubo puntos calientes a miles de kilómetros de los lugares donde se realizaron las pruebas. Los puntos calientes debidos a las pruebas en Nevada se produjeron tan lejos como Nueva York y Maine. Los de las pruebas en el área del Pacífico se expandieron por todo Estados Unidos, desde California, Oregon, Washington y al oeste hasta New Hampshire”.
El estudio, que costó 1.850.000 dólares, tomó dos años y midió isótopos radioactivos en todo Estados Unidos. Lisa Ledwidge, una bióloga del IEER, felicitó al gobierno por realizar un estudio epidemiológico. “Es la única potencia nuclear que lo hizo –dijo–. Pero no es suficiente estimar números o decir que uno lo siente. El daño aún está ocurriendo”.
Las pruebas enviaron partículas de desechos a la atmósfera y luego se depositó en isótopos altamente radioactivos en forma de lluvia. “Cualquier persona que vivió en los Estados unidos desde 1951 ha estado expuesta la radioactividad –sostiene el estudio– y todos los órganos y tejidos del cuerpo han recibido alguna exposición”.
En las áreas más afectadas, el impacto habría sido equivalente al efecto de una radiografía de torso por año, más alta que el total recomendado para niños o mujeres embarazadas. La mortalidad fue estimada por la comparación entre la incidencia de cáncer en las áreas más afectadas con la media nacional.
En los comienzos de las pruebas nucleares se le dio escaso o ningún aviso a la gente que vivía o trabajaba en la zona. Durante mucho tiempo se especuló que el legendario actor John Wayne contrajo cáncer y murió como resultado de los efectos de una bomba en Nevada, a 160 kilómetros del lugar donde estaba haciendo una película sobre Genghis Khan, en 1954. En 1980, 91 de los 220 miembros del elenco habían contraído o muerto de cáncer. Sin embargo, la conexión entre las muertes y el test de Nevada nunca se probó a nivel judicial. El último estudio fue ordenado por el Congreso en 1998 después de que un informe inicial, que examinó sólo la dispersión de iodo-131, encontró que la exposición había sido considerable en todo Estados Unidos. El nuevo informe se diseñó para estudiar la dispersión de otros elementos radioactivos y estimar su impacto en la salud pública.

* De The Guardian, especial para Página/12.

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