SOCIEDAD
› PARA ESTADOS UNIDOS, ARGENTINA YA NO ES RIESGOSA
Vía libre para los turistas
El Departamento de Estado sacó al país de la lista negra. El ingreso de extranjeros cayó casi el 9 por ciento el año pasado.
De la “Warning list” –lista de riesgo– de mediados de enero pasado a un país “con su seguridad pública ampliamente restaurada” para ayer, 1º de marzo. Así de rápido cambió la imagen que de la Argentina tiene el Departamento de Estado de Estados Unidos, encargado entre otras cosas de advertirles a los turistas norteamericanos cuáles son los lugares del mundo en los que conviene no veranear. “El paso dado es de fundamental importancia para que los turistas no sólo de ese país sino de todo el mundo sigan llegando a la Argentina”, se entusiasmó Daniel Scioli, secretario de Turismo y Deportes de la Nación. Sin embargo, Página/12 accedió a un documento elaborado por la Dirección de Competitividad Turística de la Secretaría que muestra una disminución en la llegada de turistas durante el año pasado de casi 260 mil respecto de 2000.
“EE.UU. afirmó que viajar a la Argentina es riesgoso”, anunciaba Turismo en un comunicado pocos días después de comenzado 2002, cuando los cacerolazos se asentaban y el corralito era el eje material de la ruidosa protesta. “Evitar zonas donde se producen grandes reuniones de gente, las mismas pueden poner en riesgo la integridad física.” “Los desórdenes públicos pueden afectar el acceso a bancos, cajeros, aerolíneas, y pueden limitar el libre movimiento.” Estas eran algunas de las recomendaciones que el Departamento de Estado norteamericano hacía a los valientes que desafiaban las trágicas imágenes televisivas que llegaban y continúan llegando al país del Norte.
“El problema fue la repercusión que tuvo esa advertencia, que fue tenida en cuenta por las cancillerías y departamentos turísticos de otros países”, comentó a este diario una fuente de la Secretaría de Turismo, que agregó que “el gobierno francés, por ejemplo, no sólo se hizo eco en aquel momento sino que hoy mantiene la misma posición negativa”.
Las advertencias de hace 45 días seguían con frases como “Se están cometiendo con mayor frecuencia invasiones armadas (!) a restaurantes, negocios y casas de moda” y “Hay muchos taxis falsos, en los que los pasajeros son asaltados”.
Ayer, la lectura fue otra: “La seguridad pública está ampliamente restaurada. La mayoría de los servicios financieros se están reestableciendo”. “Las manifestaciones que se realizan en los espacios públicos se desarrollan pacíficamente.” En el medio, Scioli acompañó al canciller Carlos Ruckauf en su visita de principios de febrero a Estados Unidos, con el fin de conseguir que la administración Bush sacara al país de la categoría “de riesgo”, en la que acompañaba a Ruanda, Nepal y Uzbekistán.
–¿Qué sucedió en apenas un mes y medio para que se diera este cambio de calificación? –preguntó este diario a Scioli.
–Además de la visita, tuvimos una serie importante de reuniones con el embajador James Walsh y contactos telefónicos con Washington en los que los convencimos de que la realidad del país no era tal y que era necesario dar un nuevo veredicto, por la importancia que tiene para nosotros el ingreso de divisas a través del turismo.
Pero más allá de las idas y vueltas en la opinión del Departamento estadounidense sobre la Argentina, los números que registran la llegada de turistas durante los últimos dos años son más que preocupantes: mientras que en 2000 entraron al país más de 2.900.000 turistas provenientes de todo el mundo, en 2001 ingresaron alrededor de 2.650.000, lo que representa una caída de 8,85 por ciento. En términos monetarios, la caída fue de 250 millones de dólares: los ingresos descendieron de 2816 millones de dólares en 2000 a 2566 millones en 2001.
Informe: Darío Nudler.